Rimando en defensa de la igualdad

«Si el bertsolarismo sigue vivo y con fuerza en la ciudad es gracias a las iniciativas populares», explica Oihana Bartra. Esta bilbaína lleva más de dos décadas improvisando en diferentes plazas, y ha sido testigo directo de cómo se ha mantenido esta centenaria tradición en la ciudad. «Por parte del Ayuntamiento no ha habido una apuesta seria para apoyarlo. Hubo un año en que la iniciativa de cantar en Santiago en fiestas estuvo a punto de no celebrarse porque las ayudas económicas no eran suficientes y se pudo aguantar gracias a la escuela de bertsos de Santutxu», recuerda. Esta expresión cultural es interesante, según Bartra, porque personas de edades muy diferentes cantan sobre los mismos temas y «llegan a todo el mundo». «Estuve en un recital y había una persona latinoamericana que estaba alucinado de cómo había entre el público personas de ochenta años y de quince escuchando a los mismos bertsolaris y debatiendo sobre lo que cantaban estos. Ha conseguido llegar a gente de características muy diferentes».

Aissa es la mujer más joven que actuará hoy a la una de la tarde en Santiago. También es la primera vez que lo hará en la Aste Nagusia. Acostumbrada a los pequeños escenarios, «sin tanta publicidad», se muestra con mucha ilusión, pero «como en cada recital que participo». Para ella, el bertsolarismo goza de buena salud. «Creo que hay más bertsolaris, más plazas diferentes y más diversidad que nunca, y hay muchas opciones para experimentar cosas nuevas. No sé que deparará el futuro, pero hay ganas, y yo quiero formar parte de ese futuro», relata. Ya participó en una ocasión en una sesión de únicamente mujeres y le resultó muy emocionante. Eso sí, no le parece tan bien que actos de este tipo sean motivo de noticia, aunque «hoy en día es así, hace falta mucho trabajo para que se normalice». De todos modos, espera con ganas la actuación, dado que «las que van a cantar conmigo son increíbles y vamos a participar juntas mujeres de distintos niveles».

«El ambiente que se crea en la plaza Santiago suele ser una gozada», cuenta Nerea Ibarzabal, que será el tercer año que participa. Empezó con los bertsos a los once años, donde conoció a Aissa, y ahora comparte escenario con veteranas como Oihana o Uxue Alberdi, entre otras. «Es una estupenda suerte coincidir con mujeres de otras generaciones. En la cultura del 'cuadrillismo' que hay en Euskadi, tener la oportunidad de hablar con gente de diez años más de tus problemas y que te ayuden es una gran suerte», relata. Desde su punto de vista, el movimiento bertsolari ha sabido amoldarse a los tiempos a medida que la sociedad ha ido cambiando. Por ejemplo, que haya cada vez más mujeres unidas. Pero como sus compañeras, afirma que la diferencia de ser mujer es enorme: «tenemos muchos límites». «Alguno puede pensar que no, porque nuestro mundo está un poco idealizado, pero la diferencia de género existe. Por ejemplo, muchos organizadores siguen viendo a los hombres como autoridad a la hora de hablar de dinero».

Para la escritora Uxue Alberdi siempre es especial cantar en Bilbao. Es la ciudad de su época de estudiante, y también se estrenó aquí como bertsolari. Según ella, el bertsolarismo vive un momento muy interesante porque, entre otras cosas, «nunca ha habido una red de relaciones entre mujeres como la que tenemos ahora». «Compartimos muchos momentos, conversaciones y vivencias, y eso resulta muy enriquecedor», explica. Acaba de publicar el ensayo 'Kontrako eztarritik', donde quince mujeres bertsolaris cuentan las diferentes situaciones que muestran la desigualdad entre hombres y mujeres. Alberdi y sus compañeras han sacado a la luz este debate, con el que han querido demostrar que el sufrimiento que han podido vivir se debe a un machismo estructural. «Sería muy fácil decir que en nuestro ámbito no existe ese problema, pero claro que lo hay», relata. El libro es una herramienta para las nuevas bertsolaris, pero también para los hombres que intentan cambiar su actitud.