Ayuntamiento de Bilbao

Decepcionante homenaje a Sorotan Bele con presencia de la Banda Municipal

Se llenaron las sillas de Abandoibarra durante el nostálgico repertorio lastrado por la voz feble, los nervios y la escasa ósmosis entre el grupo guipuzcoano de pop celta y la nutrida banda bilbaína

Miércoles, 20 de agosto 2025, 07:04

Martes, cuarto día de la Semana Grande, y por fin empieza a despegar la fiesta. La primera tarde de toros, los temibles de Dolores Aguirre, ... aviva la jornada y despierta discordias en los tendidos (en los toros la gente protesta, por el control del tiempo, por los toreros, por los picadores…), en la terraza del Bar Zuloa de Dr. Areilza vemos 50 minutos del Carranza Trío rodeados de rockabillies, en la casa de los mellizos vemos a Mbappé, y por la noche hay que decidir a qué bolo institucional ir entre los tres que arrancan a la misma hora, las 23.30, con lo cual es imposible hacer doblete festivalero.

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El jefe en su inmensa sapiencia descarta el góspel de la Plaza Nueva con Rebeca Rods y Black Light Gospel Choir (la lideresa es viguesa y el coro madrileño), también el Mariachi Imperial Elegancia Mexicana en La Pérgola, y opta por Sorotan Bele, algo así como los Celtas Cortos euskaldunes, en colaboración con la Banda Municipal de Bilbao en Abandoibarra. Y en este punto, imbuidos de espíritu taurino, brota nuestra protesta: ¿por qué para acceder a la explanada de Abandoibarra se debe dar un rodeo absurdo? Hay tres vías de acceso a ese lugar de conciertos (¡que carece de bar!, como observaron varios amigos el lunes durante el conciertazo de Coque Malla!), pero dos están cerradas, prohibidas, también la de las escaleras, la óptima para llegar desde el centro. ¿A qué cráneo privilegiado del ayuntamiento se le ha ocurrido este pastoreo del paisanaje, al que verdaderamente trata como a una manada de mansos? ¡Estamos hartos de dar rodeos! Menos mal que al acabar los conciertos abren las tres entradas.

Bueno, al lío: pensábamos que el concierto llamado Sorotan Bele Gogoan (Sorotan Bele en la Memoria) iba a ser blando, inane y corto, pero fue peor: largo (aunque no se hizo eterno: 19 temas en 90 minutos exactos), con mala ligazón entre la banda municipal bilbaína y el grupo guipuzcoano resucitado, muy mal cantado por Gorka Sarriegi (dio sensación de no creer en el repertorio), con nervios evidentes en los dos miembros principales (en sus dos primeros parlamentos Sarriegi se lió y no sabía si era la orquesta o la banda municipal de Bilbao, y luego Urbil Artola, hijo de Txomin, presentó con voz extrañamente trémula un par de canciones que revisaron sin respaldo de la banda), y un protagonismo escaso de la Banda Municipal de Bilbao, que en la ecualización fue colocada a muy bajo volumen (qué diferencia con su labor de acompañamiento el sábado a Abraham Cupeiro en la Plaza Nueva, cuyas partituras eran buenas y no como no los arreglos poco imaginativos que dan forma a este proyecto nostálgico).

Anunciaba en 2020 la discográfica y agencia de Mungia Baga Biga sobre este proyecto nostálgico: «Se cumplen 30 años de la fundación de Sorotan Bele, y para celebrarlo durante 2020 hemos preparado el espectáculo musical 'Sorotan Bele Gogoan'. Las Bandas Municipales tocarán junto a miembros fundadores de Sorotan Bele (Gorka Sarriegi y Urbil Artola) las canciones más memorables del grupo. Para facilitar el trabajo, Xabier Zabala ha escrito las partituras de estas canciones».

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Y un lustro después ahí siguen con esta empresa de explotación / exploitation. No fue brillante la colaboración entre la Banda de Bilbao, dirigida por Iñaki Urkizu, y el repertorio de Sorotan Bele (Hondarribia, 1990-1996), que funcionaron como el agua y el aceite. De los 19 temas en 90 minutos, con mayor presencia del primero de sus tres álbumes publicados en los 90, dos fueron hits repetidos en los bises ('Arratzalde honetan' y 'Zortzi orduko ekaitza', que fueron infinitamente más coreados al final), otros dos instrumentales (uno de ellos el orquestal del prólogo, otro el de Sorotan Bele a solas), y uno más un pregrabado que Ruper Ordorika dedicó al añorado flautista de Sorotan Bele, Mikel Errazkin (1973-2008), quien dejó la banda debido a una trombosis sufrida en 1994 y que le paralizó la mitad derecha del cuerpo, aunque siguió componiendo para ella.

La verdad es que esperábamos más. Hubo escasa interacción entre la banda municipal y el grupo de pop celta (de hecho a menudo no se oía a la banda, aunque estaba tocando), y desde el prólogo instrumental se pudo barruntar el conservadurismo atroz que imperaría en la velada y la sencillez anti-evolutiva de las orquestaciones. Y lo que también sorprendió fue la insegura o cuando menos poco carismática presencia escénica de Sarriegi, muy nervioso al principio, cantando con afinación mejorable incluso, y físicamente recordando al ex Siniestro Total Miguel Costas pidiendo «esas palmas, coño».

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Este del martes fue el concierto número 366 de lo que vamos de año y el segundo peor de todos, sólo por detrás de una actuación en el BBK Live de un rapero bermeano. Cuando se oía la orquestación se podía evocar a Oskorri, pero el conjunto pecó de pobre (por arreglos y acústica), y más si lo comparamos con el concierto sinfónico de Celtas Cortos este mayo en el Euskalduna, que casi se cuela en la lista de lo mejor del año.

En fin, repasemos el repertorio de Abandoibarra intentando no zaherir a nadie. La primera versión de 'Arratzalde honetan' cursó verbenera y nostálgica, crepuscular a lo Celtas Cortos llegó un 'Argiaren hiria' sin ligazón banda-grupo, los arreglos fueron vulgares en 'Uxo zuria', una balada celta al gusto Ken Zazpi pareció 'Amaren besoetan' (con la flauta bucólica en uno de tantos momentos protagonista), muy floja le quedó al grupo a solas 'Hilargi non zaude' (ejem, pensamos que con los años iban a peor), más arreglos vulgares lastraron 'Ilundu aurretik', la gente predispuesta y sentada coreó 'Mariñelaren zei', al folk metal suavito se asemejó 'Zortzi orduko ekaitza', el mejor tema del lote llegó en el primer bis y fue 'Sing-sing-ati-ko folk & rolla', un rocanrolito que resonó a Niko Etxart, entre Oskorri y los Pogues les quedó la flautista 'Iriz nait', y a modo se segundo bis repitieron 'Zortzi orduko ekaitza', que logró que se formaron animadas cadenetas en vanguardia, con niños y mayores.

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