Un verano para revolucionar al Alavés
El Chacho Coudet trabajará en la pretemporada sin la presión del descenso y con la confianza reforzada para dar forma a un equipo más combinativo, igual de físico y con nuevas variantes
En menos de una semana, Eduardo Coudet (Buenos Aires, 1974) saltará al césped de Ibaia para dar inicio a la pretemporada del Deportivo Alavés. Con ... el sufrimiento de la permanencia lograda en mayo archivado en el recuerdo y con la tinta de la firma de su renovación hasta 2026 ya seca, el entrenador argentino se prepara para un verano en el que tendrá un elemento clave que le faltó en sus primeros seis meses en Mendizorroza: tiempo para trabajar con calma y dar forma a su equipo.
El Chacho llegó en diciembre a un conjunto en shock tras el despido de Luis García y que estaba inmerso en la vorágine por evitar el descenso. La catarsis era obligada en un momento de enorme presión y escasez de puntos –cuatro de 27–. Pero los resultados tardaron en llegar y Coudet tuvo que adaptar su libreto para no caer al pozo. «La tensión hacía que tomar riesgos no fuera lo mejor. La frase 'muero con la mía' no existe. Yo no quiero morir por mostrar una cosa que nos va a complicar», reconoció en este periódico.
Sin embargo, con el billete para un tercer curso seguido en Primera ya sellado, la confianza del club y del vestuario afianzada y el mercado como elemento moldeador, el Chacho apuesta por construir un Alavés que sea «protagonista». Un bloque que pueda «imponerse desde la posesión y la presión» tal y como dijo en su presentación. «Intentaremos que se vea un equipo más suelto, más combinativo, sin dejar de sostener cosas primordiales como la agresividad», añadió Coudet, que aspira a encontrar el equilibrio entre sus deseos y las posibilidades de su plantilla. Con este objetivo, el entrenador argentino ha ido dándole forma a su idea en Buenos Aires, donde ha estado descansando junto a su familia desde el final del curso.
El Chacho está convencido de que, sin la tensión del descenso, su Alavés jugará mejor y de forma más vistosa sin perder la competitividad que les permitió salvarse. El fútbol ofensivo y combinativo trenzado a ratos ante Osasuna en la última jornada es el modelo a seguir por el argentino, ilusionado con una pretemporada en la que espera que la base cimentada en su primer medio año de albiazul sirva ahora para ir más allá en el césped en su segunda campaña, tal y como hizo en el Celta. «Creo que las cosas van a salir bien, pero podemos hacerlo mejor. Para eso necesitamos tiempo y lo vamos a tener», repite el entrenador argentino.
Coudet, junto al Pato Graff –asistente–, Octavio Manera y Guido Cretari –preparadores físicos– ha diseñado una pretemporada en la que no disputarán su primer amistoso –ante el Athletic en Laguardia el 22 de julio– hasta más de dos semanas después de empezar los entrenamientos –sábado 5–. El Chacho quiere machacar, desde el inicio en Ibaia, su plan de juego con mucho balón y a alta intensidad para que los automatismos se asienten. Pero también desea afianzar la resistencia de un conjunto que fue el sexto que más kilómetros corrió de media por partido en la última Liga (112,8), estando el 53,01% del tiempo en campo rival.
«Los números físicos fueron relevantes. Obligábamos a los equipos a jugar en campo rival porque tenemos defensas muy rápidos que al espacio no pierden», apuntó un preparador que mantendrá la misma línea. Las dobles sesiones, habituales a su llegada, se repetirán en julio. Los futbolistas necesitan piernas para poder morder al rival y jugar a un ritmo alto. «El correr sin descanso y disputar cada pelota como si fuera la última va de la mano de la idiosincrasia del club y de lo que quiere la afición. Y no lo vamos a perder», explicó el Chacho, que trabajó desde el inicio en lograr un blindaje que no se transformó en números hasta el epílogo –cuatro goles encajados y cinco porterías a cero en las últimas nueve jornadas– que ahora desean conservar: «Quiero tener más posesión y atacar más que el rival, pero también estar lejos de mi meta».
Sacar el balón jugado
El Alavés de Coudet fue más directo que lo que le hubiera gustado a su entrenador. «No es lo mismo salir jugando desde el portero siendo octavo que decimoséptimo», confesó, pidiendo a sus jugadores ser «más directos desde atrás» para aprovechar «las segundas jugadas» y, ya en campo rival, «comenzar a jugar». Este verano, el Chacho, entre nuevas variantes tácticas, hará hincapié en empezar las jugadas desde el fondo, con su portero y sus centrales siendo los que inicien la acción.
Será uno de los elementos que trabajará con una plantilla de 22 jugadores con contrato que ha perdido varias piezas importantes para Coudet –Kike García, Aleñá, Manu Sánchez, Jordán, Abqar...– y que, de momento, sólo ha tenido un fichaje –Pablo Ibáñez–. Sin embargo, Blanco, Vicente, Panichelli y el resto de titulares continúan –por ahora– a pesar de estar cotizados en el mercado. «Vamos a buscar jugadores técnicos que nos puedan elevar en el juego combinativo, sin renunciar a la parte física y la disputa», dijo el Chacho, en constante contacto con Sergio Fernández.
Aspiran a firmar jugadores físicos, con buen pie y polivalentes para que Coudet tenga herramientas para dar forma a su equipo. «Vamos a trabajar para armar un bloque no solo de características técnicas. Tiene que ser también fuerte mentalmente», detalló el argentino, que cree que con la pretemporada y las primeras jornadas logrará ensamblar un Alavés más reconocible y fiable.
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