Las tres batallas del once del Alavés
El acompañante de Blanco y las dos bandas ofensivas aún mantienen abierta una pugna con claros ganadores en el resto de parcelas
Las dos semanas de parón entre el encuentro contra el Girona y el que le medirá al Celta el sábado de la próxima semana (14. ... 00 horas) servirán al Deportivo Alavés para olvidarse de las malas sensaciones de Montilivi, pero el Chacho Coudet también usará el paréntesis competitivo para avanzar en la configuración de un once a dos velocidades. Por un lado, la alineación albiazul cuenta, bien por rendimiento o por necesidad, con un núcleo de jugadores indiscutibles. Pero también otras parcelas han vivido durante las últimas jornadas un ir y venir de futbolistas sin que ninguna fórmula logre convencer engrasar del todo la máquina albiazul.
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Coudet ha aprovechado esos altibajos para rotar. Eso le permitió encontrar frescura hace dos semanas, con el compromiso copero ante el Getxo y el buen desempeño de la primera parte frente al Espanyol, pero no tuvo continuidad en Montilivi. Entonces el técnico mantuvo su esquema de dos delanteros, una de las certezas que parece haber encontrado. La convivencia entre Lucas Boyé y Toni Martínez ha permitido actuaciones sólidas del equipo, aunque no se haya traducido en un especial impulso goleador, pero la entrada de Mariano fruto de la sanción del argentino no pudo replicar ese desempeño. Con Boyé de vuelta ante el Celta -equipo en el que jugó en la 2017-2018-, Coudet resuelve una de las incógnitas de su once. Pero no la única.
Las dudas del entrenador residen sobre todo en el centro del campo, toda vez que las bajas de la defensa le han dejado sin alternativas que probar. Ahí Antonio Blanco es fijo e indiscutible por su desempeño y porque ningún otro jugador de su plantilla ofrece un calco de sus virtudes. Aunque el cordobés aguanta con cuatro amarillas, es un hecho que sólo descansará cuando vea la quinta. Pero más variaciones hay con la identidad de su acompañante.
En los últimos tres encuentros de Liga el titular ha sido Denis Suárez. Partió de inicio en Vallecas, marcó en el triunfo ante el Espanyol y también fue de la partida contra el Girona. Eso ha relegado a la suplencia a Pablo Ibáñez, que entre esos tres encuentros apenas amasa media hora de juego. Ambos, de perfiles diferentes, también cambian la fisonomía del equipo. Ibáñez tiene un perfil más físico, de un mayor recorrido y también trabajo defensivo, mientras que Denis encaja menos en ese fútbol de ida y vuelta pero lo compensa con una mayor calidad técnica. Eso hace también que su posición de partida en el campo sea diferente. El navarro juega a la par de Blanco en el doble pivote, mientras que el gallego ejerce en una parcela algo más adelantada, lo que configura una suerte de sistema 1-4-1-3-2 que Coudet quiso implementar en su llegada al banquillo albiazul.
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Extremos puros u otro perfil
El gran desafío para el técnico es cómo dar cabida a ambos. El ex de Osasuna ha perdido protagonismo de forma considerable a pesar de que su inicio de temporada fue notable. Sin hueco en el doble pivote y con la posición de mediapunta fuera de la ecuación, su encaje en la alineación pasa por una reconversión que le permita aportar sus virtudes caído a una banda.
El encaje de un buen Pablo Ibáñez, relegado del once por Denis Suárez, es uno de los retos de Coudet
Carlos Vicente ha perdido el filo del curso pasado y #el técnico ha apostado por la técnica de Calebe
Precisamente son los carriles los que también plantean incógnitas a Coudet. Ni el derecho ni el izquierdo tienen dueños claros, si bien en verano parecían propiedad de Carlos Vicente y Carles Aleñá. Pero el aragonés sólo ha sido titular en uno de los últimos cinco encuentros, contra el Rayo, y el catalán ha vuelto a partir de inicio en las últimas jornadas tras haberse caído del equipo entre la sexta y la novena, con la excepción de la séptima.
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Han sido Abde y Calebe los que se han alternado con ellos. En ambos casos han sido perfiles opuestos. Extremos más puros el aragonés y el argelino y jugadores con tendencia interior el catalán y el brasileño. Estos últimos encajan mejor en el perfil de jugadores de banda que busca Coudet, pero no han logrado dejar su impronta con continuidad en unas bandas que echan de menos el filo de un Vicente en horas bajas. Aún le queda más de una semana a Coudet para darle vueltas a un puzle con aún varias piezas pendientes de colocar.
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