Quincoces, un seleccionador efímero

Se trata de Jacinto Fernández de Quincoces, nacido en Barakaldo en 1905, que vistió la camisola albiazul entre 1922 y 1931 y de 1936 a 1939. Fue nombrado técnico nacional el 26 de enero de 1945 en sustitución de Eduardo Teus, cuando la II Guerra Mundial llegaba a su fin. Era una coyuntura difícil, pues desde el final de la Guerra Civil y el inicio del conflicto mundial, España solo había jugado unos pocos amistosos contra países neutrales o del Eje (Alemania, Italia, Francia, Suiza y Portugal) entre 1941 y 1942. Después, hubo un parón de tres años que coincidió con el cambio de política internacional de Franco, quien se fue alejando de las potencias fascistas para intentar congraciarse con los Aliados.

En estas circunstancias, la designación de Jacinto Quincoces fue acogida con ilusión, en especial en el País Vasco. El 28 de enero, EL CORREO publicó una entrevista en la que recogía las primeras impresiones del otrora «mejor defensa del mundo», «el gran jugador que del modesto Baracaldo y del Deportivo Alavés saltó a las canchas internacionales». Quincoces se mostraba «satisfecho, pero preocupado al propio tiempo». «Fácilmente comprenderás mi alegría por volver de lleno al fútbol, al que me debo desde hace muchos años. Pero, al propio tiempo, me inquieta extraordinariamente la enorme responsabilidad del cargo con que he sido, injustamente desde luego, honrado. No olvides que los momentos son en extremo difíciles», señaló el protagonista.

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Con prudencia, el nuevo técnico prefirió no dar nombres de posibles seleccionados, aunque consideraba que «en España hay elementos de bastante calidad para formar un conjunto que nos traiga de nuevo jornadas de gloria para nuestro fútbol». Además, quería así evitarse «disgustos por parte de los críticos deportivos», que, al igual que hoy, opinaban sobre la mejor alineación de España. De hecho, en otra entrevista, esta en 'Pensamiento Alavés', se mostraba «escamado de los periodistas». Por ello, este diario añadía que «su hermetismo es así, por decirlo, proverbial. Habla de todo, con esa su peculiar simpatía y esa su sonrisa a flor de labios, más bien irónica», pero sin soltar prenda sobre los futbolistas elegidos.

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Quincoces solo dirigió a España en dos partidos, ambos contra Portugal, el primero en Lisboa el 11 de marzo de 1945 y el segundo en La Coruña el 6 de mayo del mismo año. La selección lusa nunca había ganado hasta entonces a su vecina ibérica, por lo que afrontó el primer choque «con el ánimo inflamado de patriotismo y de deseos incontenibles de revancha». Sin embargo, el once dirigido por el exalbiazul logró un meritorio empate a dos en Lisboa en un encuentro en el que debutó con España el mítico Telmo Zarra. En la revancha en Galicia, la selección venció a Portugal por 4-2 ante 45.000 espectadores que abarrotaron Riazor. El técnico vasco declaró que «el equipo ha jugado como lo he visto jugar casi siempre en mis tiempos de jugador. Hoy ha salido a relucir la clásica furia nacional», dijo. Desde Vitoria, se destacó el triunfo de «nuestro Jacinto Quincoces».

Al día siguiente de la victoria española contra Portugal, Alemania se rendía sin condiciones y terminaba la guerra en Europa. En los dos partidos que había dirigido al once español, Quincoces había hecho un buen papel, con un empate y una victoria, pero su labor al frente de la selección estaba a punto de llegar a su fin. El 4 de julio de 1945, tras poco más de cinco meses en el cargo, se anunciaba que el antiguo jugador del Alavés renunciaba a ser seleccionador para entrenar al Real Madrid.