Manu García renueva las ilusiones
El criterio del asturiano permite al Alavés aumentar su caudal ofensivo y reforzar sus convicciones
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Veláquez vuelve a apostar por el mismo once que utilizó contra el Mallorca
El Deportivo Alavés se jugará la permanencia con los que ayer saltaron al campo. Julio Velázquez repitió el once que usó contra el Mallorca. Señal ... de que confía plenamente en los que partieron de inicio y que, a su vez, nadie de la segunda unidad ha logrado irrumpir tras casi dos semanas sin competición. El que sí que mejorado su situación de forma ostensible desde la llegada de Velázquez al equipo es Manu García. El asturiano volvió a ser titular en el centro del campo, donde no encadenaba dos titulares desde las dos primeras jornadas de Liga. En la zona ancha ocupó un rol versátil. En ocasiones ejerció de enganche tras Joselu; pero otras, cuando el equipo estaba más atascado, buscó retrasar su posición para estar más cerca del origen de la jugada. Pero aportó pausa y verticalidad con la pelota, carencias crónicas del equipo durante el curso. El asturiano parece atravesar su momento más dulce de curso en el punto cumbre de la temporada.
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Las bandas del Villarreal, principal quebradero del cabeza del Alavés
Aunque el Villarreal hizo muchos cambios respecto al once contra el Liverpool -solo repitieron Pau, Parejo y Chukwueze y los dos primeros fueron cambiados al descanso-, configuró un once plagado de talento. En Mendizorroza, Unai Emery dio una notable importancia a las bandas. El propio Chukwueze fue el estilete por la derecha, mientras que el peso ofensivo de la izquierda recayó en un lateral, el exalbiazul Alfonso Pedraza, que aprovechó las internadas del atacante de su banda, Moi Gómez. De esa forma logró el equipo amarillo generar sus principales ocasiones de peligro durante la primera mitad. Tras el descanso, Estupiñán entró por Pedraza en un cambio si cabe más ofensivo que buscaba castigar el desgaste físico albiazul. Así, Velázquez buscó equilibrar ese potencial peligro en la banda con la entrada de Martín. El canterano, que tampoco con el nuevo técnico ha logrado tener continuidad desde el once titular, se colocó por delante de Ximo. Logró taponar esa potencial fuga, pero además consiguió sumarse al ataque con criterio, como un extremo natural. Minutos muy valiosos para el vitoriano, que termina contrato en apenas dos meses.
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Un equipo con colmillo que pudo sentenciar tras el descanso
La notable mejoría colectiva del equipo se plasmó, sobre todo, a la hora de generar situaciones de peligro en ataque. El Alavés mejoró en cantidad y calidad respecto a anteriores partidos, donde se había quedado muy corto. Llevaba cuatro seguidos sin marcar dos goles, hito que no lograba desde su derrota en casa frente al Granada. Llegó más, pero también mejor. Como muestra, su brillante estadística al término de la primera mitad. Disparó dos veces a puerta y marcó dos goles, en los que Laguardia y Escalante se valieron de la fragilidad defensiva del equipo visitante. Tras el descanso no se amilanó y siguió buscando la portería rival. Solo ya en el tramo final, fruto del empuje del Villarreal en busca del empate sobre la bocina, se tuvo que encerrar en su campo y entonces sufrió para aguantar algunas de las mejores ocasiones del conjunto visitante. Hasta entonces, había merecido marcar el tercero. Joselu tuvo dos buenas ocasiones y el equipo logró llegar con cierta frecuencia al área de Asenjo. Solo le faltó dar continuidad a la puntería de la primera parte, pero volvió a ser un Alavés muy mejorado en el plano ofensivo. Uno que hizo sobrados méritos para ganar.
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Brillante reacción colectiva e individual tras el gol visitante
El infortunio de una acción aislada amenazó con derrumbar todo los construido por el Deportivo Alavés durante la primera mitad. Un balón centrado de Chukwueze superó por sorpresa a Pacheco nada más comenzar la segunda parte y volvió a dejar al equipo vitoriano caminando sobre el alambre. Pero ni el bloque ni el guardameta se hundieron. Más bien al contrario. Pacheco emergió en el tramo final para realizar varias acciones de mérito que permitieron al equipo mantener la ventaja. La más notable, un mano a mano con Alcácer en el 85 que sacó con brillantez. En el plano colectivo el equipo no acusó el gol, sino que salió rápido en busca del tercero. El gol que frenase en seco la reacción del cuadro amarillo. Solo le faltó algo de puntería para lograrlo, pero con ese empuje logró impedir que el Villarreal terminara de meterse en el partido. Al equipo de Emery le costó salir y rentabilizar sus contraataques. Durante muchos minutos de la segunda parte, el control siguió siendo de una plantilla albiazul que también salió reforzada en el plano psicológico.
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Reflotadas las ilusiones de permanencia, ahora a cuatro puntos
El Alavés necesitaba ganar para apurar sus opciones de permanencia y lo hizo. Está, a falta de que jueguen sus rivales, a cuatro puntos. Un margen todavía considerable, pero que le da algo más de vida cara al esprint decisivo del campeonato. El equipo vitoriano viajará a casa del Celta el próximo sábado (18.30 horas). Un duelo frente a un adversario sin nada en juego -no está matemáticamente salvado, pero sí a nueve del descenso- que precederá a otro en una situación idéntica, el Espanyol (miércoles 11, 19 horas). Ahí buscará el Alavés dar continuidad a sus buenas sensaciones.
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