Perfil personal
El más prometedor de la saga Simeone: supersticioso y admirador de GriezmannEl pequeño de los tres hijos varones del Cholo es el único que ha logrado entrar en la disciplina del Atlético, mientras Giovanni golea en el Nápoles y Gianluca ficha por el Tudelano
Giuliano Simeone lleva el fútbol en la sangre por culpa de su padre, el Cholo. Nació en Roma en 2002, cuando el entrenador del Atlético ... de Madrid jugaba en la Lazio. A los cuatro años se fue a Argentina a vivir con su madre Carolina Baldini y entró en la academia de River Plate como antes habían hecho sus dos hermanos mayores. Veían vídeos de Diego Pablo vestido de corto, pero en lugar de replicar ese rol de centrocampista de contención, se vieron tentados a jugar más cerca del área.
El ídolo del nuevo delantero del Alavés es Antoine Griezmann y de Luis Suárez adquirió una de sus supersticiones. Es fácil reconocer sobre el césped al italo-argentino porque siempre juega con la mano derecha vendada. El primer día imitó al uruguayo marcó dos goles. 25 goles en total hace dos temporadas con el filial colchonero, la puerta de entrada a hacer su debut en el Metropolitano a las órdenes de su padre.
Cuenta el Cholo que Giuliano fue el primero en enterarse que sería el entrenador del Atlético de Madrid en 2011. «Estábamos en una confitería y le digo 'flaco, sabes que me llamaron del Atlético de Madrid. Y Guiliano, que era chiquito, y mojaba una medialuna en la leche me decía: papi, pero ahí es donde juega Ronaldo, donde está Messi, qué bueno, pero si te toca ganar no vas a volver más», relató el técnico cuando superó los partidos de Luis Aragonés en el banquillo rojiblanco.
Las primeras temporadas, el pequeño de los tres varones Simeone viajaba con regularidad a Madrid y hacía las funciones de recogepelotas en el Calderón. Ahí adquirió la vena rojiblanca del partido a partido y saltó a la fama al correr la banda para celebrar un gol junto a su padre. Inquieto, veloz y eléctrico, como su juego, el Atlético se quedó prendado de sus cualidades pese a las reticencias del Cholo a dirigir a alguno de sus vástagos. «Es muy difícil tener un hijo en el vestuario, tanto por él como por la relación que tiene con los demás jugadores».
A Giovanni (Madrid, 1995), Gianluca (Buenos Aires,1998) y Giuliano nunca les ha pesado el apellido. Se enorgullecen del apodo de 'Cholitos' que les colocaron en Argentina aunque cada uno quiere labrar su camino a base de goles. El más curtido en el área es el mayor. Ha jugado en cinco equipos de la Serie A italiana y ha movido 65 millones en traspasos. A sus 28 años, ya ha sido internacional con la albiceleste y campeón de Liga con el Nápoles (9 goles), que le ha fichado hasta 2026.
El mediano lleva una trayectoria más discreta. Sin debutar con el primer equipo de River Plate, fue cedido al Frosinone italiano y al Unión La Calera chileno. Luego pasó por otro equipo argentino, el Gimnasia y Esgrima, que en 2019 le prestó al UD Ibiza. En la isla solo jugó en el filial y en el más modesto el CD Ibiza. Tras una campaña en el Xerez, esta semana ha fichado por el Tudelano, que jugará contra el filial del Alavés en 2ª RFEF.
Nada que ver con Giuliano, al que los que le conocen le otorgan un talento innato que ninguno de sus familiares posee. Tras una batalla legal con River Plate, que al parecer mantiene un porcentaje de sus derechos, el Atlético le fichó en 2019, debutó en 2022 con el primer equipo en un tiempo de descuento y le ha renovado hasta 2028. El único de los hijos del Cholo que ha logrado vestir de rojiblanco y que esperan que en Mendizorroza acabe de hacer los méritos suficientes para ponerse definitivamente a sus órdenes.
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