Falta de ambición salvada por la campana
Las 4 claves del partido ·
El videoarbitraje sale en auxilio de un Alavés muy anodino en ataque que pareció conformarse con un punto en un partido infumable en Gijón-
1
Esta vez la revisión de la jugada salió favorable y cuando ya nadie la esperaba
Era el minuto 97 de un partido infumable cuando el Sporting se aprovechó de que el Alavés no nadaba ni, visto lo visto, guardaba la ... ropa. El mazazo. Un gol que castigaba la racanería albiazul y que nadie protestó en el bando vitoriano. Por eso el estadio y los protagonistas quedaron sumidos en el desconcierto cuando Quintero González se echó la mano al oído para darle al botón de pausa en el saque del círculo central. El VAR estaba revisando algo, aunque sobre el césped nadie parecía saber el qué. Era un fuera de juego en el inicio de la jugada. Esta vez salió cara. Si ante el Andorra y la Ponferradina el videoarbitraje fue perverso con el conjunto vitoriano, en Gijón se disfrazó de la campana que salvó a un aspirante al ascenso que no fue tal.
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2
Otro duelo sin marcar, el quinto en siete jornadas, y sin apenas generar
Otro partido sin marcar. Y van cinco en las últimas siete jornadas. El Alavés lleva siete partidos seguidos sin marcar en la primera parte, pero es que en El Molinón casi no generó ni inquietud. El único acercamiento que se aproximó al 'uy' antes del descanso fue un remate alto de Tenaglia. En la reanudación la volvió a tener el argentino, que con todo a favor estrelló el balón contra el defensor que cuidaba la portería una vez superado Cuéllar. Después, en los dos minutos más interesantes del partido -no es mucho decir de un auténtico tostón-, Guridi y Villalibre probaron fortuna.
Poco que contar en el capítulo ofensivo, en realidad. A la escuadra de Luis García Plaza le está costando un mundo generar ocasiones. Pero lo peor fue la sensación de falta de ambición que mostró un equipo albiazul que en el tramo final parecía conformarse con el punto. Los intentos postreros, de hecho, correspondieron al Sporting -el palo y el gol anulado-, y en ningún momento dio la imagen de que el conjunto babazorro tenía un ascenso en juego.
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3
Delanteros desconectados de un juego colectivo bastante plano
Con Miguel de la Fuente sancionado, la plaza de delantero en el plan de Luis García fue para Asier Villalibre, pero el Búfalo apenas entró en contacto con la pelota en un juego ofensivo muy plano que no le va bien a sus características. El gernikarra (490 minutos sin ver puerta) es un ariete de área que necesita balón y éste estuvo principalmente en el centro del campo. Pero tampoco Sylla tuvo mejor suerte cuando entró. El senegalés tuvo espacios para correr, que en principio es su mayor virtud, pero su salida, una vez más, no tuvo ninguna incidencia en el desarrollo del partido. Al Alavés le cuesta muchísimo acercarse a la inmediaciones de la portería rival con fluidez y se encomienda a los chispazo de un Luis Rioja que lleva unos cuantos partidos en un tono gris.
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Una zaga mermada, los calambres de Laguardia y dos bandas polivalentes
El equipo vitoriano llegó a Gijón con una defensa de circunstancias. Sin sus tres centrales más utilizados -Maras, Abqar y Sedlar- y con Laguardia como único jugador puro para tal demarcación. El elegido para acompañar al capitán, lo esperado, fue el polivalente Rubén Duarte, que completó otro buen encuentro hasta que le pillaron la espalda en la jugada del balón anulado. Para entonces el maño, que terminó acalambrado, ya no estaba en el campo y fue Tenaglia, otro lateral, el que finalizó el encuentro en esa posición.
Los dos carrileros habituales centraron su posición y fueron Anderson Arroyo y Javi López los que ocuparon las bandas. El canario jugó mediatizado por una amarilla tras pérdida que vio en el minuto 15 del encuentro. Se antojaba peligrosa, pero el joven canterano aguantó hasta el final, favorecido también por un partido en el que tampoco pasaron demasiadas cosas. Si el Alavés generó poco, el Sporting tampoco se acercó a Sivera hasta el final. En el primer tiempo, el balón más peligroso que le llegó al alicantino fue la devolución de un balón que el Alavés había tirado previamente fuera.
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