Con las botas puestas
En un encuentro donde no había nada que perder mientras no te pinten la cara, el Alavés respondió hasta la extenuación haciendo sufrir a un Barcelona con dudas que no dio la puntilla definitiva hasta el descuento
El Alavés cayó con honor en el Camp Nou, recién inaugurado, haciendo sufrir a un Barcelona con sus dudas y que no nos dio la ... puntilla definitiva hasta el descuento. Es decir, un valiente equipo alavesista tuvo opciones de puntuar y de jugársela hasta el final del partido, con Boyé siempre como punta de lanza. Y eso que el Barça venía escocido de su clara derrota en Londres ante el Chelsea, arma de doble filo que se intensificó cuando el Alavés marcó su gol antes del minuto 1.
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A balón parado exprimió el navarro Ibáñez un rechace tras un córner, donde también intervino Parada, este sábado lateral izquierdo para marcar a Lamine Yamal. Ambas novedades fueron de la partida, así como dos extremos verdaderos, aunque a pierna cambiada como Abde y Calebe. Sin el manido esquema de dos puntas que tampoco dio resultado en las dos últimas derrotas, el Alavés tuteó al rival en toda la primera parte. Incluso con más remates ofensivos que un contrario de alta alcurnia, pero es que este 'león herido' volteó el marcador demasiado rápido. Su incuestionable calidad, y esta vez con su tridente ofensivo por primera vez esta temporada por la recuperación de Raphinha, hizo el resto.
Marcaron Lamine y Olmo, pero el brasileño demostró por qué fue su mejor hombre el año pasado. Y ambas jugadas con el mismo sello: llegada con la pelota a la línea de fondo y pase de la muerte. Podría hablarse de fallos de marcaje, pero es que defender esas acciones profundas, donde no puedes mirar a la vez al balón y a tu par, son palabras mayores. Aun así, el Alavés porfió hasta el descanso, aprovechando al contragolpe los espacios de la adelantada zaga culé. Y eso que la presión asfixiante al poseedor albiazul del balón contribuía al excelso y mutuo desgaste físico de todos los jugadores.
De esta forma, la reanudación no tuvo el mismo ritmo de juego, ni las mismas ocasiones de gol. Se intentó recuperar la frescura del duelo con las sustituciones y si el Barça no disminuyó en calidad –destacando la reaparición de Pedri–, el Alavés probó con otras alternativas.
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Porque hay que reconocer que el atrevido técnico local Flick no se cortó en empezar con una retaguardia y medular hasta insultante por su juventud. Y nuestro visitante Coudet cambió primero los extremos –su mayor dolor de cabeza este curso con turno para Aleñá y Carlos Vicente–, para después su centro del campo y al final acabar otra vez con dos delanteros mediante el socorrido Toni Martínez. Pero la lesión de Parada le trastocó sus planes –aunque no su táctica de cuatro defensas–, para cambiar de banda a Jonny y terminar jugando con el pivote Antonio Blanco de lateral derecho. Es así como vio otra tarjeta amarilla para sumar cinco que le dejará sin jugar el próximo derbi en Mendizorroza ante la Real Sociedad, pero con el consuelo de poder sumar con Guevara y Guridi, igual que en el Camp Nou.
Porque como conclusión y en un encuentro donde no había nada que perder mientras no te pinten la cara, el Alavés la dio hasta la extenuación. Otra cosa es que ya van tres duelos consecutivos sin puntuar y el colchón sobre el descenso va menguando, pero el objetivo es no desviar el rumbo, aunque se juegue con tres defensas, un mediapunta o dos delanteros, por tocar registros diferentes. Lo más importante es seguir disfrutando de buena salud y que el míster tenga donde elegir para acabar el año con la tranquilidad de centrarte sólo en lo que depende de ti.
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