Asier Villalibre ya es del Alavés

El desenlace esperado por dos partes destinadas a reencontrarse desde aquel flechazo mutuo que sintieron en la cesión del delantero a Mendizorroza en la segunda parte de la campaña 2022-23. Un episodio tan breve como intenso. No pudo ser el verano pasado, tampoco en invierno. Ahora vuelven a reencontrarse, ya en la elite, y con un vínculo más fuerte y duradero.

Habían llegado más ofertas por el ariete a las oficinas de Ibaigane, algunas más jugosas para el Athletic, pero Villalibre tenía muy claro desde el principio que si abandonaba la nave rojiblanca sería para volver a vestir de albiazul. Quedaba por encontrar la fórmula que satisficiera a las tres partes y los directores deportivos, Sergio Fernández por un lado y Mikel González por el otro, ya la han encontrado.

Era cuestión de tiempo. El punta, de hecho, tenía permiso del club bilbaíno para ausentarse de la primera semana de entrenamientos de pretemporada. Tampoco se ha ejercitado este lunes. Señal inequívoca de que Ernesto Valverde no contaba con él. Ahora volverá a trabajar a las órdenes de Luis García Plaza en Ibaia, junto a muchos de los compañeros con los que ascendió a Primera. Los Sivera, Tenaglia, Abqar, Sedlar, Javi López, Benavídez, Antonio Blanco, Guridi... El Búfalo, como en casa.

Continúa así una historia de amor a primera vista que empezó en febrero del año pasado, cuando Villalibre selló su estreno con la camiseta albiazul con un doblete ante el Eibar en Mendizorroza. Perdería incidencia después, pero volvió a ser decisivo en el tramo final de la temporada, incluido el gol más valioso de todos, el del Ciutat de Valencia. «Venir aquí es una de las mejores decisiones que he tomado nunca», confesó en EL CORREO tras el ascenso.

Ahora, camino de los 27 años y después de un año agridulce en el Athletic –seis goles en Copa y dos en Liga, pero sin continuidad que buscaba en los planes de Valverde en el torneo doméstico–, retorna a Mendizorroza con el reto de reencontrar aquellas felices sensaciones que le permitan aprobar de una vez por todas la asignatura pendiente de la Primera División (11 goles en 102 partidos con la camiseta rojiblanca).

Porque su condición de héroe del ascenso y el amor incondicional que le profesa la parroquia albiazul no le van a garantizar la titularidad en el once de Luis García, que tiene en Kike García un perfil similar al del ariete vizcaíno. Parecido también al del tercero en discordia, Joaquín Panichelli, aunque éste puede salir cedido. Y el club albiazul rastrea el mercado en busca de unas características diferentes para la demarcación. Ahí puede encajar el polivalente Stoichkov, que también está cerca.