Cádiz-Alavés
La mayoría de edad albiazulAnálisis ·
El Glorioso arranca su temporada número dieciocho en Primera División con una derrota que le anticipa el hermoso sufrimiento de volver a vivir entre la noblezaPertenezco a esa generación de albiazules que, ignoro si por derrotismo sociológico o espabilada a base de golpes tercos de realidad, pensaba que jamás vería ... al Alavés en Primera. Que eso de disfrutar de tu equipo en la elite correspondía a otras aficiones. Y es que desde 1956 hasta el ascenso en Mendizorroza contra el Rayo de 1998 habían transcurrido cuatro décadas largas de peregrinaje a través de un desierto sin salida. Tiempos de Tercera cuando no había cánticos alusivos a 'la B', -¿verdad Jaén?- o del Barcelona de Segunda a finales de los setenta en los que el bravo equipo albiazul amagaba sin clavar ni una sola vez el dardo en la diana.
Pues resulta que El Glorioso se nos ha hecho un mozo. Este lunes entró en la mayoría de edad al cumplir su temporada número dieciocho entre la nobleza del fútbol. Dudo de que me comprendan las nuevas camadas del Deportivo, ajenas a aquellas visita del Calvo Sotelo de Puertollano o la Cultural Leonesa, pero lo que ahora les parece un hábito -de monje austero, que aquí no vuela la tela de los jeques- sonaba a bella extravagancia en nuestros oídos.
Les voy a dar un dato, que diría Yolanda Díaz en el Congreso a la portavoz de la bancada popular. Durante 93 años de vida, nada menos, el Glorioso sólo militó once campañas en Primera. De las últimas ocho, la que este lunes levantó el telón supone la séptima. Bendita sea la 'mala' y nueva costumbre.
El equipo que entrena Luis García Plaza estrenó su derecho a voto allá donde la vida es un Carnaval. Un club que poco ha mirado desde siempre hacia adentro para extraer carburante de origen propio alineó en Cádiz a Guevara y actualiza el concepto de los productos autóctonos. Ahora defiende el lema de los canteranos sin fronteras, jugadores llegados de allí o de allá para crecer en Ibaia.
No hubo puesta de largo con motivo de la mayoría de edad porque el balompié se practica en calzones cortos y esas fiestas huelen a la naftalina de los elitismos anacrónicos. Pero sí agradeció el aire fresco en la cara de regresar a la Liga de las Estrellas donde los modestos malviven siempre en la zozobra de acabar estrellados. El Alavés volvía a la división de las conversaciones relevantes menos de dos meses después de su agónico ascenso en Valencia. Otra de esas muescas con el filo de la navaja que nos procuran cierto sentimiento de identidad.
Lástima que San Emeterio tardase sólo siete minutos en recordar al Glorioso la bella tortura de volver a vivir entre la nobleza. Creíamos que ese apellido nos era propio e intransferible después de su 2+1 de 2010 con la camiseta del Baskonia y resulta que marca el tanto de la derrota albiazul. El bálsamo para un equipo amarillo que hasta la pausa de hidratación -el beber agua de toda la vida- en la primera parte superaba netamente al Deportivo con criterio y hasta buen gusto.
A fuerza de sinceridad, el conjunto de la Tacita 'plateá' se mereció el triunfo más que el nuestro. Aunque al menos el Alavés acabó en el área rival hasta el punto de descubrir a un discípulo de Ivanovic en el 'tiempo muerto' gaditano de la segunda parte. Fali hablaba de «disfrutar defendiendo». Así lo decía este tipo de aspecto rudo y piel morena de tantos lunes como el de este lunes al sol. La imagen eterna del futbolista añejo.
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