Alavés 1-2 Sevilla
El Alavés se atasca en una tarde grisCae ante un Sevilla más entonado que dominó siempre el ritmo y al que los albiazules, por momentos desbordados, sólo inquietaron en el tramo final
De la alegría del derbi a la tristeza de la primera derrota de la temporada en Mendizorroza. El Alavés se atascó en una tarde ... gris ante un Sevilla más entonado que dominó siempre el ritmo del partido. Cómodo primero el equipo visitante al contragolpe ante un cuadro vitoriano demasiado poroso y sólido después para reducir a casi nada la producción ofensiva albiazul. Un accidente (la imprudencia de Marcao) permitió al conjunto vitoriano igualar pronto la desventaja inicial en el penalti anotado por Carlos Vicente, pero la inercia del choque acabó por llevar el 1-2 al marcador. Sólo al final, con la agitación de los cambios y la obligación de arriesgar, existió cierta sensación de peligro en el área del meta Odysseas. Apareció entonces el otro fútbol, con varios premios Goya repartidos entre los futbolistas visitantes por sus magníficas interpretaciones de presuntas lesiones. Emergió así de nuevo el recuerdo de aquel pretérito Sevilla cuyos centrales disponían de fichas federativas cuando bien podrían haber tenido también las correspondientes policiales.
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Deportivo Alavés
ivera; Jonny, Tenaglia, Garcés, Diarra (Yusi, min.72); Antonio Blanco, Denis Suárez (Abde, min.72); Carlos Vicente, Aleñá (Ibáñez, min.58), Guridi (Martínez, min.58); Lucas Boyé (Mariano, min.72).
1S
-
2
Sevilla FC
Odysseas; Carmona (Juanlu, min.86), Azpilicueta, Nianzou (Gudelj, min.75), Marcao; Suazo, Mendy, Agoumé; Vargas (Adams, min.75), Alfon (Alexis, min.14), Isaac (Peque, min.86).
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Goles 0-1: Vargas, min. 10. 1-1: Vicente, de penalti, min. 15. 1-2: Alexis, min. 67.
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Árbitro Galech Apezteguía (Comité Navarro). Mostró tarjeta amarilla al locales Blanco (min.89) y al entrenador Coudet, y a los visitantes Vargas (min.39), Nianzou (min.44), Mendy (min.77), Suazo (min.84), Odysseas (min.85), Peque (min.94) y Azpilicueta (min.97).
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Incidencias 17.525 espectadores en Mendizorroza
Denis Suárez y Boyé habían debutado en Bilbao y Coudet los incorporó a la titularidad. Ambos, como el equipo, pasaron con discreción sobre el césped. La verdad es que casi nada funcionó este sábado en un Alavés siempre desajustado. El dibujo sevillista de tres centrales y la potencia física de sus jugadores, que ganaban cada balón dividido, anularon a un Alavés que acumuló imprecisiones en el eje y donde Carlos Vicente volvió a ser una de las pocas opciones para generar producción ofensiva. Además, un rival intenso y rápido en el movimiento del balón al contragolpe generó dudas desde el principio. Tras un aviso inicial de Alfon, había marcado Vargas con un gran zapatazo tras un indulto de la zaga albiazul a su larga carrera y después del 1-1 llegaría otro gol anulado a los sevillistas.
Quizás fuera sea la nota negativa del choque. El Alavés que se había mostrado bastante regular en su trabajo defensivo en las jornadas iniciales se vio inmerso en un duelo descontrolado. Vargas, Romero y Alexis (que entró por el lesionado Alfon) aunaban velocidad y dinamismo para atacar con profundidad y peligro. Era una amenaza latente que se convertiría en realidad tras la reanudación. Para el cuadro albiazul, la realidad, con poco balón en los pies y demasiados errores en los envíos, se trataba de sobrevivir. Lo consiguió hasta el descanso.
Ni enlazaba juego el Alavés entre líneas ni lograba Boyé estirar el equipo cuando se trataba de jugar en largo. Nianzou era un bloque de granito en las disputas. Difícil de mover incluso para un ariete tan rudo en los contactos como el albiazul. A cambio, Vargas y Carmona comenzaban a disfrutar de una autopista por la banda derecha. Problemas de nuevo para Diarra y Aleñá, dos de los que menos se supo durante el duelo.
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No se modificó el guion tras el paso por los vestuarios y el Sevilla volvió a imponer su ritmo. Se jugó casi siempre a lo que la escuadra andaluza quiso y también generó más peligro en el área rival. Dos parámetros que suelen indicar quién dispone de más opciones para ganar caían para el adversario. Pablo Ibáñez y Toni Martínez entraron en el campo y Coudet lo intentó con dos puntas. Tampoco. No le resulta sencillo al equipo crear oportunidades. Basta recordar que los tres últimos goles han llegado en dos penaltis y un tanto en propia puerta. Que los dos anteriores se produjeron en segundas jugadas. Vamos, que por el momento el mayor control del balón no se traduce en filo real. No ya de goles, sino de profundidad.
Problemas
No había cambio de contexto y Coudet lo iba a intentar con la entrada de Mariano y Guevara cuando llegó el 1-2. Superado Diarra, Carmona dejó un balón de calidad y Alexis lo colocó en la red. Así que finalmente a Mariano se le sumaron Abde y Yusi para tratar de agitar el árbol. Con el riesgo de quedarse sin sustituciones a veinte minutos del final. Al menos las piernas frescas permitieron ganar metros y jugar más tiempo en campo contrario. Vertical Abde en ocasiones, extramotivado Yusi. Aparecieron acciones cerca del área rival y a balón parado. Poco más.
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Bueno, apareció el Sevilla de la cara B. Con esa sucesión de interrupciones que anulaban cualquier intención de poner ritmo. Ese oficio de veteranos como Azpilicueta y, en realidad, de casi todo el equipo andaluz. Dolores musculares, repentinos desmayos, quejas permanentes… Con todo ello convivió en los minutos finales -siete de descuento- un Alavés voluntarioso, más activo por la izquierda con Yusi y Abde, pero sin precisión ni remate. Si en las mentes más optimistas existió el más mínimo atisbo de euforia tras el triunfo en Bilbao, ha debido ya desaparecer. Mientras futbolísticamente no se demuestre lo contrario, el conjunto albiazul sigue obligado a picar piedra.
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