Alavés 1-1 Osasuna
El Alavés se despide con intensidadEl orden albiazul y un espectacular Sivera frustran el sueño europeo de un Osasuna que rozó la épica en los instantes finales
El Alavés tiró de inercia competitiva para disputar el último partido con la intensidad de los anteriores y rascar un empate que podría ayudarle a ... ganar alguna posición en la tabla final. Entre el orden albiazul y un espectacular Sivera, que desquició a Budimir y a todo Osasuna con sus soberbias intervenciones, frustraron el sueño navarro de colarse en los puestos europeos. Una opción que los visitantes solo rozaron en los épicos instantes finales, cuando el tanto de Raúl García y una prolongación de siete minutos les hicieron creer. Cuando incluso una parte de Mendizorroza, con sus cánticos, exhortaban a los albiazules a unos instantes de relajación para facilitar el tanto que hubiese colado a los rojillos en la Conference, dado que el Rayo tropezó en Mallorca.
El duelo había comenzado con modificaciones en el once inicial. Coudet incluyó a Sedlar en el centro de la zaga en el partido de su despedida como albiazul y concedió también la titularidad a Protesoni. Además de Abqar y Diarra, el club anunció que tanto Mouriño como Jordán habían quedado fuera de la convocatoria debido a molestias físicas. Todo ello ante un adversario exigido en su pelea europea y que se plantó en Mendizorroza con sus mejores galas. De hecho, como luego se demostraría, un triunfo les concedía un buen porcentaje de éxito.
Pero al cuadro alavesista le sentó bien soltar el yunque de los partidos agónicos y, con la salvación en el bolsillo, habitar finalmente uno despojado de nervios propios. Apareció así un choque abierto, de más atrevimiento de lo habitual, como certificó por ejemplo el disparo que Blanco estuvo cerca de embocar en vaselina desde casi el centro del campo. Salida dominadora del Alavés ante un oponente tenso, aunque siempre peligroso. Topó Budimir con un paradón de Sivera en un cabezazo y el ariete volvió a estar cerca después del gol con un tiro cruzado. En un ida y vuelta entretenido, algo que en pocas ocasiones se ha podido decir de un partido de los vitorianos en este ejercicio. El portero alavesista acabaría por convertirse en la pared que amarró al menos un empate para los vitorianos.
El Alavés tiraba de inercia y sostenía así bastante de la intensidad y orden que le ha permitido salvar la categoría. Ya se sabe que en otras condiciones, las de la anarquía o la fragilidad defensiva, no hay modesto que sobreviva. Otra cuestión es cuando todo queda reducido al sistema binario. Es decir, a partidos donde solo cabe el 1 y el 0 en el marcador. Así ha sucedido en los nueve últimos duelos ligueros. En ese tramo donde el cuadro vitoriano ha eludido lo que en algunas fases de la temporada se antojaba como más probable. Osasuna había despertado ya a través de un centro del campo de calidad, con Aimar Oroz como estandarte. Cualquiera en realidad podía abrir el marcador en la primera mitad. Lo rozó Protesoni y después los visitantes Catena, en una ocasión clamorosa, y Budimir.
Carlos Vicente adelantó a los albiazules y Raúl García igualó en el minuto 89
Todo quedaba pendiente de una segunda mitad que para el rival resultaba ardiente, con pavesas encendidas también en otros campos. El Alavés, a lo suyo, negaba hasta lo que parecía innegable. Como un cabezazo cruzado de Budimir que Sivera sacó en una acrobática intervención. Todavía con las manos osasunistas en la cara por incredulidad llegó otra jugada clave. El penalti de Juan Cruz sobre Tenaglia en una acción aislada. Carlos Vicente anotó y el Alavés llegó a colocarse en la decimotercera posición. Esa que garantizaba un buen puñado de euros más gracias al reparto por la situación en la tabla.
Arrancaron los cambios ante una situación extrema. Osasuna se dejó de convenciones para sumar efectivos al ataque y quedar expuesto a cualquier cosa. El Alavés respondió con aplomo defensivo, aunque de nuevo con escasez de ideas para convertir ataques prometedores en al menos ocasiones. Los tres últimos goles del campeonato llegaron de penalti. A la progresión defensiva pocas veces ha acompañado la claridad en las zonas decisivas del ataque. Aunque frente a los navarros, el cuadro vitoriano, con Aleñá o Carlos Vicente entonados, sí combinaron en ocasiones con mucho criterio.
El asedio visitante acabó por pura insistencia de estallar en las redes de Sivera. Ya cuando el defensor Catena ejercía de delantero centro. A la desesperada llegó el tanto de Raúl García y unos instantes para la épica. El meta albiazul despejó una falta de Arnaiz, Toni Martínez erró en un disparo lejano sin portero y el VAR anuló una roja a Pica con falta incluida cerca del área alavesista tras detectar un fuera de juego previo. Osasuna se ahogó pese a atisbar la orilla europea y el Alavés cerró de forma más que digna una temporada de sobresaltos. Esa que arrancó con otra reconstrucción excesiva –sobre todo en defensa– y ha acabado con alivio como podía haber finalizado de otra manera. Debería servir de advertencia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
- Temas
- Deportivo Alavés
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.