Un Alavés entre el funambulismo y la finura
Coudet redobla con Calebe y Aleñá su apuesta por un equipo atrevido con el balón pero aún impreciso cuando sale desde la defensa
El protagonismo fue de Mariano porque en el fútbol son los goles los que mandan. Aunque el segundo partido de la pretemporada del ... Deportivo Alavés dejó también espacio para algunos actores secundarios que empiezan a asomar en el reparto albiazul. Del estreno de los tres últimos fichajes, Aleñá, Calebe y Yusi, a pinceladas del fútbol que busca aplicar el Chacho Coudet. Si bien la pegajosa pátina de una pretemporada que satura las piernas hasta el punto de nublar las mentes matiza cualquier convencimiento categórico, para bien o para mal, es un hecho que el plantel albiazul al menos tiene claro cuál es el camino por el que quiere ir. Luego la realidad será la encargada de ratificar o refutar una idea que se sale de lo visto en Mendizorroza a lo largo de las últimas temporadas.
A Coudet no se le puede achacar que diga una cosa y haga la contraria. Desde su llegada aseguró que quería un equipo protagonista, pero que las circunstancias mentales de una plantilla al filo del abismo no ayudaban a ello. Entonces priorizó ganar casi como fuera. Ahora el escenario es diferente, la presión ya no está y el técnico ha redoblado su apuesta por ver un Alavés atrevido y protagonista. Otra cosa es que deba encontrar la difusa línea entre atrevimiento y temeridad, algo que volvió a verse ante el Castellón.
Si ya la del Athletic se antojaba como una prueba de nivel para testar la salida desde atrás, el club orellut dobló la dificultad. Su perfil ofensivo, casi kamikaze por momentos, situaba esa primera línea defensiva casi al borde del área albiazul. Pero eso no frenó al Alavés. Siguió intentando construir en corto, lo que le llevó a incurrir en un buen número de pérdidas delicadas y a desconectarse de su parcela ofensiva fruto de la imprecisión.
Aunque también encontró momentos de fluidez, señal de que la maquinaria se va engrasando. Todo es más fácil cuando el balón llega al doble pivote, mucho más dotado para la construcción que una zaga de perfil clásico a la que le falta algún solista dotado para la salida. En realidad, el más entonado en eso fue un Diarra que incluso se lanzó a la conducción y el regate con insospechado éxito. Como un tanque sobre la cuerda floja.
Volvió a ser por momentos un equipo asimétrico, con una banda izquierda de tendencia interior y un extremo diestro clásico
La apuesta del técnico también queda clara cuando opta por juntar sobre el césped a Carles Aleñá y Calebe. Sobre todo cuando los sitúa fuera de su teórica posición ideal. Durante un cuarto de hora de la segunda parte la banda derecha fue para el brasileño y la izquierda para el catalán, aunque ambos dejaron vacíos los carriles para jugar por dentro. La entrada de Pinillos en la zurda en la segunda mitad planteó un escenario similar, con Yusi como escudero con una autopista por delante. El resto del tiempo esa idea de olvidarse de los extremos ofreció matices. Fue un Alavés asimétrico. Si el atacante de la izquierda se metía hacia dentro, el de la derecha se quedaba pegado a la cal. Abde, eso sí, se quedó sin minutos tras actuar a buen nivel frente al Athletic.
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