El Alavés espera a la artillería blaugrana con la zaga entre algodones

Lo que condiciona sobremanera el puzzle de Luis García Plaza a la hora de encarar tan exigente reto. El central serbio, que se retiró con una lesión muscular en el Coliseum, es el que más complicado lo tiene. Más opciones de jugar tiene el marroquí, que también fue sustituido ante el Getafe porque tenía «cargado el tendón». Y el carrilero gallego, que se perdió el duelo ante los azulones por una sobrecarga tras jugar noventa minutos en el Bernabéu, hará una prueba en el último entrenamiento, el sábado en Mendizorroza, aunque la proximidad de otro parón liguero, la próxima semana, invita a la cautela en pos de una recuperación total.

A la espera de Facundo Garcés –refuerzo invernal–, la zaga es la línea más corta de efectivos de este Alavés. La única que no dobla sus posiciones: siete piezas para cuatro puestos –el octavo pasajero es el central del filial Pica–, apuntaladas por la polivalencia de jugadores como Tenaglia o Diarra, aún en proceso de adaptación a un campeonato que no perdona sus titubeos. Erosionada además por «la Ley de Murphy» aplicada al fútbol, como destacó Luis García, que ve cómo los problemas físicos se están cebando precisamente en esta zona.

Desde la primera jornada, cuando Carlos Vicente tuvo que ejercer de improvisado lateral derecho por las ausencias de Tenaglia y Novoa. El gallego, mermado de inicio por una lesión en pretemporada, ya se ha perdido dos jornadas por problemas físicos; el argentino, una. Y Abqar está jugando al límite de la exigencia física por la falta de recambios.

Con la zaga compuesta por Tenaglia, Abqar, Sedlar y Manu como opción más utilizada, en cuatro de las ocho jornadas disputadas, las circunstancias han hecho que el entrenador albiazul haya utilizado hasta cinco formaciones defensivas diferentes. Incluida la variante versátil que usó en el Bernabéu, donde la posición de Novoa –primero como extremo y después en una posición más retrasada– permitía jugar con una línea de cuatro o de cinco.

Una opción que Luis García ya exploró el curso pasado ante rivales del calibre del Atlético o el Barcelona. Hasta la fecha, el lateral izquierdo de Manu o Diarra está siendo el flanco más débil del Alavés. Y por ahí amenazan jugadores desequilibrantes como Lamine o Raphinha, lo que puede alterar los planes tácticos albiazules. Ahí son claves figuras como las del carrilero gallego –extremo o lateral– y el argentino –solvente en la banda o en el eje–. Las dudas físicas condicionan ahora los planes de un técnico que solo dispone de cuatro piezas al cien por cien: Tenaglia, Mouriño, Diarra y Manu, que tendrían que formar la defensa ante el Barcelona si no se recupera ninguno de los dudosos.