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Olvídate del chándal hortera y viste de esta firma vizcaína sin rascarte la cartera
Markel Orozko y Claudia Hernández plasman su visión de las tendencias urbanas internacionales y los problemas generacionales en los diseños que idean para Seint, su propia firma de ropa
El impacto de las redes sociales en la moda es incuestionable, solo hace falta echar la mirada atrás. Si superas los 50 o eres uno de los llamados 'early millennial' - naciste a principios de los 80'-, te habrás percatado de que los famosos ya no son los principales referentes de estilo de los jóvenes de ahora. La generación Z -los nacidos del año 1997 a 2015- ha encontrado sus propios iconos en la red. Hablamos de aquellos rostros que eran anónimos hasta que comenzaron a sumar seguidores. Nos referimos a los 'influencers' y 'tiktokers' que, además de bailar o sacarse fotos, son imitados por muchas personas que quieren vestir como ellos. Y en este sentido, la moda urbana o 'streetwear', como quieras llamarla, ha tenido «una gran acogida», según María Pascua, experta de WGSN, la primera empresa de previsión de tendencias del mundo. De la mano de estas pequeñas 'estrellas' frente a su teléfono móvil, asistimos a un revival de las camisetas 'oversize' y el chándal. Las firmas ya han rescatado estas prendas para satisfacer su demanda, aunque, en verdad, es posible que los diseños (con mensaje) más 'cool' que están buscando los 'tiktokers', 'influencers' y sus seguidores sean los de la firma bilbaína Seint.
Markel Orozko, de 31 años, y Claudia Hernández, de 23, son la cara visible del proyecto. Tras trabajar para la misma agencia de márketing en la villa, estos dos jóvenes decidieron trazar juntos su propio camino. «En verano de 2020, fundamos 'Belvedere Agency' en la calle Cortes de San Francisco. Además, tenemos una oficina en Madrid», cuentan. Pero el proyecto no solo se quedó ahí, su vena emprendedora les llevó a crear también Seint, su firma de ropa urbana. «Siempre nos ha gustado la moda, queríamos probar, aprender por el camino y hacer algo que nos llenará en otro ámbito», explican. En la marca, dan cabida a prendas para personas cuyos referentes están en las redes. «Es gente a partir de los 15 años, que se nutre de las subculturas y que no se identifica con una en concreto. A estos jóvenes les llega tanta información a través de las redes sociales que intentan observar para luego encontrar su lugar dentro de esa diversidad», añaden.
Fundaron el proyecto para poder aportar «algo diferente» al sector de la moda 'streetwear'. En concreto, sus prendas beben de la estética urbana de diferentes partes del mundo: desde Nueva York hasta Asia (Korea, Japón y Hong Kong). «Nuestra visión internacional se aprecia en la mezcla de diferentes idiomas y tipografías. Además, también hacemos referencia a la calle Las Cortes y a otros barrios rojos europeos y del mundo», explican. Sus diseños tienen un mensaje detrás: «Reflejamos los problemas generacionales. Por ejemplo, hacemos un guiño al sociólogo Pierre Bourdieu, porque nos identificamos con su análisis», puntualizan.
Parece que cada generación se identifica con un determinado color. Si el salmón empolvado ya conquistó a la mujer millennial, el verde menta se ha convertido en el tono que viste la generación Z. Pero estos emprendedores han preferido salpicar sus diseños de los colores blanco y negro. Su ropa unisex, 'oversize' y elaborada en algodón 100% es clara u oscura, sin medias tintas. «Queríamos jugar con estos dos tonos, cada uno tiene su propia colección con tres referencias», explican. Además, las impresiones que lucen los modelos en la parte trasera y frontal aportan a las prendas un aire futurista.
Hacen una excepción al usar el beige suave en un modelo de camiseta y en un chándal de dos piezas. Estas prendas han adquirido ese aire 'vintage' porque sus fibras son orgánicas, biológicas y veganas. Respetan el planeta y están confeccionadas en una empresa de Sondika.
Buscan que los jóvenes se identifiquen
Se propusieron llenar un vacío en el mercado con unas prendas accesibles. «Las firmas de este tipo de ropa tienen unos precios muy elevados. Los nuestros van de los 25 euros de las camisetas a los 90 del conjunto de sudadera y pantalón», aseguran. Además, buscaron dar con un diseño con el que los jóvenes se identificaran: «Tienen una manera específica de entender el mundo y la moda». Tampoco descuidaron que sus compradores se sintieran especiales. «Cada referencia solo se repite 20 o 30 veces. Cuando se agoten, las sustituiremos por otras nuevas para conseguir que la firma esté en constante movimiento», explican.
Lanzaron su primera propuesta en septiembre del año pasado, y como era de esperar, lo hicieron de forma 'online' para llegar a sus clientes a través de la pantalla. Desde entonces, sus modelos de camisetas y el chándal se pueden adquirir a través de su página web. «La tienda 'online' es muy distinta. La gente nos dice que nunca habían visto algo parecido. Parece una editorial de moda y muchas de las imágenes tienen diferentes rincones de Bilbao de fondo: como Zabálburu, Abando o Miribilla», cuentan. Además, dan la opción de comprar su ropa urbana en el perfil de la firma en Instagram. «Hemos recibido pedidos desde Madrid, Alemania e Inglaterra. Creemos que ha sido a raíz de la colaboración con la 'youtuber' Claudia Caminos», concretan estos jóvenes, que ya tienen entre manos su segunda colección, que verá la luz el próximo verano. Con esfuerzo y dedicación, esperan que su proyecto vaya cogiendo fuerza para poder seguir expresándose a través de la ropa urbana.