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Algunas verduras de esta época del año tienen un alto poder depurativo.

Caldos depurativos para corregir los excesos

Verduras de invierno como el apio, las alcachofas o la escarola tienen un alto poder 'limpiador' para librar a nuestro aparato digestivo de la acumulación de toxinas y grasas

Javier Reino

Sábado, 17 de enero 2015, 00:32

Tan típicos como el turrón en Navidad son las dietas de desintoxicación en los días que siguen a estas pasadas fiestas navideñas, sí, pero también tan exigentes con el organismo. Los recetarios digitales se llenan en estos primeros días del año de fórmulas magistrales para librar a nuestro castigado aparato digestivo de la acumulación de toxinas y grasas.

Quienes todavía no se hayan recuperado del todo pueden muy bien recurrir a los variados caldos depurativos. En general, todos suelen tener como base una serie de verduras de alto poder limpiador. Cebolla, puerro, perejil, cardo... son los mejores 'detergentes' de nuestros intestinos. Y casi todos ellos están en temporada (el calendario de fiestas y la naturaleza se alían), aunque los congelados resuelven muy bien cualquier falta.

No hay pues más que mezclar en las proporciones que uno quiera estos ingredientes para compensar al cuerpo de los recientes excesos. Si se me permite una sugerencia, propongo hervir en la olla a presión y durante no más de cinco minutos una rama de apio, dos o tres pencas de cardo, algo de perejil, dos o tres alcachofas, un par de cebollas y unas hojas verdes de lechuga o de escarola (o de ambas) y un poco de sal. El resultado es un caldo de gran efecto purificador y diurético. Una vez colado, puede consumirse caliente o frío (dicen que hace más efecto si se toma un rato antes de comer. Si nos ha sobrado caldo, se conserva bien en el frigo para nuevas 'dosis'.

Aunque los excesos vayan quedando lejos y no sea necesario ya someterse a 'tratamiento', no hay razón, sin embargo, para que desdeñemos estas verduras salutíferas y que, además, ofrecen interesantes posibilidades gastronómicas. Vamos con algo ligerito, aunque no tanto como un caldo.

Cardos y alcachofas salteados

- Limpiamos medio kilo de pencas de cardo y las pelamos para quitarles los hilos. Las cortamos en trozos de unos 5 cm. y las cocemos con agua con sal hasta que estén tiernas. Eso significa alrededor de hora y media, por lo que conviene usar la olla a presión y reducir esa cocción a unos 30 minutos. Escurrimos las pencas, las apartamos y conservamos un poco del caldo de la cocción.

- Deshojamos cuatro alcachofas y las partimos por la mitad dejando un poco (un centímetro) del tallo. Las cocemos en agua y sal, aunque estas precisan una cocción mucho más corta que el cardo.

- En una cazuela sofreímos en aceite de oliva un diente de ajo picado y unas tiras o dados de jamón. Añadimos una cucharada de harina, dejamos que pierda su crudeza y la removemos un poco para que no se formen grumos.

- Añadimos un par de tazas del caldo del cardo y una vez comience a hervir -a fuego suave- incorporamos a la cazuela los cardos y las alcachofas cocidos. La harina hará que en un par de minutos espese la salsa. Y estará el plato listo.

Hay una forma de darle una 'gracia': añadir en el último momento unas almejas y dejar hasta que el calor las abra. Ya, pero eso es como volver a la Navidad y hará falta luego depurarse. Bueno, que cada uno decida...

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