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Así fue la batalla campal de los Riazor Blues y el Frente Atlético

Muere un aficionado gallego tras una batalla entre radicales del Frente Atlético y de los Riazor Blues

Francisco Javier Romero Taboada, de 43 años, ha sido rescatado del río Manzanares, en los aledaños del Vicente Calderón, con un traumatismo craneoencefálico, hipotermia, y se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Hay, al menos, otros doce heridos, tres de ellos por arma blanca

Ignacio Tylko

Domingo, 30 de noviembre 2014, 16:10

La mañana soleada madrileña de este domingo hacía suponer una preciosa fiesta futbolera con ocasión del duelo que enfrentaba a partir de las 12 del mediodía al Atlético de Madrid y al Deportivo, en el estadio Vicente Calderón. Sin embargo, los ultras volvieron a provocar el drama, a sembrar el pánico entre familias con niños que acudían felices a disfrutar de un acontecimiento deportivo y a ofrecer la versión más negra de lo que con frecuencia rodea el deporte rey.

Francisco Javier Romero Taboada, de 43 años de edad, seguidor del equipo gallego, ha fallecido tras ser golpeado, arrojado al río Manzanares y sufrir como consecuencia parada cardiorrespiratoria, traumatismo craneoencefálico e hipotermia, según las últimas informaciones que llegan por desgracia desde el Hopistal Clínico San Carlos en el que fue ingresado con carácter de urgencia. Estaba casado y tenía dos hijos.

La brutal reyerta entre 'delincuentes' que dicen ser hinchas de ambos equipos pero en realidad se aprovechan del fútbol para cometer sus fechorías, se produjo en el entorno de Madrid Río, muy cerca del estadio rojiblanco. Comenzó alrededor de las nueve de la mañana y dejó un saldo provisional de once heridos y una policía nacional que sufre la fractura en la falange de un dedo. Al menos tres de los heridos lo son por arma blanca, otros tres padecen lesiones inciso-contusas en el cráneo, otro un traumatismo facial y otros tres sólo tienen lesiones de carácter leve.

Varios testigos pudieron ver la monumental pelea. "Parecía la guerra. Las sillas de la terraza de ese restaurante volaban de aquí para allá, y los chavales estaban a palos, pero con bates de beisbol", manifestaba uno de los vecinos del edificio próximo al lugar de la agresión al hincha muerto. "A uno de ellos le han dado una paliza entre siete u ocho y le han tirado al río. Debe ser el que ha muerto".

Varios hosteleros declararon que los agresores cogieron botellas y todo tipo de mobiliario de los restaurantes. "La policia está aquí, pero no puede con ellos", le confesaba un empleado al dueño de uno de los locales afectados por el altercado. "Tú enciérrate dentro y ya veremos que pasa. Es preferible que rompan sillas a que le ataquen a él", decía el dueño del bar a las cámaras de televisión.

Otra vecina que vio como agredieron "con palos" al fallecido declara que fue "horrible. No se puede quedar para matarse".

Citados por WhatsApp

Hasta el momento han sido detenidas 21 personas y otras varias mas han sido identificadas. Según informan fuentes de Emergencias Madrid y la Policía, la pelea se produjo en las calles de San Rufo, Virgen del Puerto y Paseo de la Ermita del Santo, todas ellas junto al coliseo atlético. Se inició entre unas 60 personas, pero en ella llegaron a participar hasta 180. Las integrantes de las dos aficiones radicales, el Frente Atlético y los Riazor Blues, se habían citado por WhatsApp en Madrid Río para enfrentarse.

De hecho, según fuentes conocedoras de los hechos, el pasado sábado durante la disputa del Atlético de Madrid-Málaga ya se hablaba en algunos foros de la cita de este domingo. Según han explicado las mismas fuentes, el Frente Atlético tiene un móvil oficial desde el que se distribuyen entre los miembros radicales del grupo las comunicaciones relativas a la adquisiciones de entradas o convocatorias para viajes a otras ciudades.

El Frente Atlético es un grupo dirigido por personas con ideología de extrema derecha, iconografía que se puede percibir claramente en sus pancartas. Por su parte, los Riazor Blues son de extrema izquierda y agrupan a sectores con diferentes grados de violencia, entre los que destacan por su radicalidad Los Suaves.

La Jefatura Superior de Policía ha abierto un investigación para aclarar los hechos y determinar la responsabilidad de quienes han participado en los incidentes, así como si la reyerta es el resultado de una convocatoria previa realizada a través de WhatsApp.

Participación de ultras de otros equipos

En la reyerta también han participado los Bukaneros, seguidores radicales del Rayo Vallecano con una ideología de ultraizquierda, y los Alkor Hooligans, ultras del Alcorcón, que apoyaban a los Riazor Blues. Por su parte, el Frente Atlético ha tenido la colaboración de miembros de los Ultras Boys, seguidores radicales del Sporting de Gijón, que en febrero de este año ya tuvieron importantes incidentes con los aficionados gallegos, según ha informado a Europa Press testigos presenciales.

Según un testigo presencial, alrededor de unos 50 seguidores del Frente Atlético esperaban la llegada de los autobuses de La Coruña, armados con objetos contundentes y distintivos de su grupo fascista. Nada más bajar los hinchas gallegos se enzarzaron a golpes y navajazos.

En un momento de la reyerta, dos aficionados fueron arrojados al cauce del río: uno de ellos salió por su propio pie y el otro es el hombre que ha fallecido en el Hospital Clínico.

Los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) detuvieron a un seguidor del Frente Atlético con restos de sangre y a un grupo de unos 60 de Riazor Blues. Tras comprobarse su filiación, se decidió devolverlos a Galicia.

En los prolegómenos e incluso durante el partido, correspondiente a la decimotercera jornada de Liga y que durante algunos minutos se pensó en suspender, los agentes seguían buscando sospechosos en los aledaños del estadio y las calles próximas. Además, la policía realizó numerosos cacheos para buscar armas blancas entre estos radicales a extinguir en fútbol español y en la sociedad.

Riesgo bajo

La Delegación de Gobierno de Madrid ha apuntado además que "según informaciones facilitadas por la Jefatura Superior de Policía de Galicia, no estaba prevista la llegada a Madrid de miembros de la hinchada del Deportivo 'Riazor Blues'", y que "la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte había calificado el encuentro como de riesgo bajo".

La victoria más amarga del Atlético

Como casi siempre, el fiable y rocoso Atlético construido a imagen y semejanza de Simeone resolvió a balón parado el duelo que seguramente nunca se tuvo que celebrar. Con más empaque, más convicción, más personalidad y más argumentos, los rojiblancos ganaron con pocos apuros a un adversario demasiado defensivo y sin capacidad de respuesta para cambiar su planteamiento conservador cuando ya se vio por detrás en el marcador. Cada acción de estrategia favorable a los del Cholo se ha convertido en un drama para los rivales, a los que les tiembla todo el cuerpo cuando ven a Koke acercarse a golpear el balón con esa rosca extraordinaria. Y los madrileños atacan el balón como lobos hambrientos que van a capturar a su presa.

En esta ocasión fueron Saúl Ñíguez y Arda los que acertaron en el remate final, el canterano tras peinar antes Mandzukic y el turco tras encontrarse un rechazo y disparar desde fuera del área, pero hasta ocho jugadores entran al remate con una fe inquebrantable. Así ganaron su tercer partido consecutivo en su feudo, inexpugnable desde mayo de 2013 y donde este curso sólo el Celta ha conseguido hasta el momento sacar un punto.

Simeone volvió a dejar fuera de la convocatoria al lateral brasileño Siqueira, al que mantiene castigado desde su evitable expulsión en Anoeta, y dio galones al joven Saúl en el centro del campo en ausencia de Gabi. Como suele ocurrir cuando el Atlético juega en casa ante rivales teóricamente inferiores, apostó por Griezmann en detrimento de Raúl García. Y ordenó a Juanfran y a Arda, ambos en un excelente momento de forma, percutir por la derecha, como ante el Olympiacos. En los coruñeses, Víctor Fernández insistió en la zaga de tres centrales y exigió máxima intensidad, concentración y fortaleza en las acciones a balón parado. Consiguió el Deportivo frenar la salida en tromba de los colchoneros, con cabezazo de Mandzukic al poste incluido, y comenzar a respirar fuera de su guarida pero, como tantos otros equipos, acabó sorprendido a balón parado antes del descanso. El Atlético genera muchos saques de esquina y faltas a favor y luego es brutal porque cuenta con varios jugadores que van muy bien por arriba y disputan el balón con una intensidad y valentía encomiables. Además, Koke la pone como muy pocos en Europa. Así llegó su medido centro, el balón prolongado por Mandzukic y el remate final de Saúl Ñíguez, un jugador notable que progresó adecuadamente cedido en el Rayo.

En la segunda mitad, el Atlético mantuvo y amplió la victoria casi sin despeinarse porque los gallegos jamás le inquietaron. Simeone puedo rotar jugadores y ofrecer minutos al mexicano Raúl Jiménez y al italiano Cerci para que se reivindicasen sobre el césped. El ex del Torino, que durante la última concentración con la selección 'azzurra' manifestó su deseo de irse en invierno si no juega más, tocó bien, se ofreció mucho, percutió y fue ovacionado en una dramática mañana en la que el fútbol fue casi una anécdota, una excusa para que los animales se apaleasen con cita previa. Execrable.

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