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Igor Barcia
Viernes, 26 de septiembre 2014, 01:26
Llega el otoño y atrás quedan meses de playa y calor, de vacaciones con tiempo de sobra para disfrutar con los más pequeños en familia. La vuelta al cole marca el regreso a la rutina del día a día, y en este apartado de planes con niños recuperaremos la costumbre de ofrecer actividades, paseos, visitas o excursiones para tratar de aprovechar al máximo los momentos de ocio. Para empezar, y con la llegada de la nueva estación, planteamos un recorrido a uno de los lugares más bellos que existen en nuestro entorno durante el otoño.
La Selva de Irati, en el Pirineo navarro, ofrece imágenes que merecen la pena ser vistas con la caída de las hojas. Se trata del segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. Una mancha verde de unas 17.000 hectáreas que se mantiene en estado casi virgen, situada en el Pirineo oriental navarro, y considerada un tesoro natural con gran valor ecológico gracias a su fauna, bosque y aguas.
Para llegar hasta allí hay que dirigirse a Pamplona y seguir en dirección al Valle de Salazar. Aunque hay dos accesos para adentrarse en el bosque -por su costado occidental desde Orbaizeta y por el oriental desde Otsagabia-, nos decantaremos por esta opción porque allí se encuentra el Centro de Interpretación, un buen punto de partida para informarse. Situado en esta última localidad, consta de tres plantas, con centro de información, explicación sobre geología, fauna y vegetación, y exposición etnográfica y audiovisual sobre el bosque.
De Otsagabia se toma la carretera hacia la entrada situada en Casas de Irati junto a la ermita de la Virgen de las Nieves, abierta entre Semana Santa y noviembre. Es la entrada a este inmenso hayedo, con árboles que se acercan a los 40 metros de altura y llegan a vivir 300 años. A partir de allí, sólo nos queda caminar por cualquiera de las rutas -aconsejable el recorrido del 'Bosque de Zabaleta' (senda recorrido SL-NA 63A) porque sus 8 kilómetros de longitud permiten un paseo agradable hasta el pantano de Irabia, sin apenas desnivel y con la posibilidad de ver animales y aves a nuestro paso. Así, tal y como se nos explica en la visita, allí habitan zorros, jabalíes, corzos, conejos, ardillas...Y también numerosos pájaros carpinteros que viven en esos bosques.
De todos modos, en la web oficial se recojen hasta 16 recorridos balizados y perfectamente explicados, con un recorrido inferior a los diez kilómetros situados en ambas entradas de la Selva.
De regreso al aparcamiento, en Casas de Irati tenemos merendero y mesas donde podemos quedarnos a comer mientras disfrutamos de un escenario único. Y de vuelta a Otsagabia, merece la pena parar en el alto de Tapia para contemplar el paisaje.
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