Ségolène Royal dicta sus reglas: escotes sí, fumar no

Ségolène Royal ha vuelto al Gobierno francés con renovados bríos. La flamante ministra de Ecología, antigua pareja del François Hollande y madre de sus cuatro hijos ha vuelto a la política por la puerta grande. Tras los escarceos amorosos de su 'ex', cuya imagen pública está por los suelos, Royal ha encendido la polémica con las normas que ha ordenado cumplir en sus dependencias oficiales y que han sido publicadas en el diario galo 'Le Point'.

Las reglas incluyen desde no fumar en su presencia en los exteriores y jardines, hasta llevar una indumentaria recatada en la que el escote no tiene cabida. A esto hay que sumar susinstrucciones de que ningún despacho de la sede, situada en Saint-Germain, esté ocupado por un solo trabajador. A excepción del suyo, claro. Las restricciones llegan hasta los chóferes de los secretarios de Estado, que no podrán quedarse a dormir en las dependencias del ministerio si su responsable no se encuentra en la capital francesa. Por último, el personal se tendrá que levantar cuando un ujier anuncie su nombre, pero su equipo no deberá quedarse en los pasillos de las dependencias cuando esté comiendo para así evitar "molestias sonoras".

A la vista está que la ecológica ministra ha elaborado un largo listado de prohibiciones para los etrabajadores que están a sus órdenes. Según la publicación francesa, un empleado ministerial ha asegurado que Royal quiere "el más alto rigor en la utilización de fondos públicos". Aunque ella misma ha desmentido en Twitter que lo de los escotes fuese verdad. "Niego, por supuesto, el ridículo rumor referente a la prohibición de los escotes en el ministerio!", escribía. "¡Y tan ridículo!", contestaban algunos. Eso sí, lo demás no lo niega.

Así comienza su 'mandato' Ségolène Royal. Y no es la primera vez que ocupa un puesto en la cartera de Ecología. De 1992 a 1993 ya estuvo al mando de la misma, además de haber trabajado en otros tres ocasiones en una cartera ministerial. También se presentó a la presidencia en 1997, lo que supuso su ruptura con Hollande, ya que los asuntos de trabajo y los amoríos no deberían haberse mezclado. El presidente de Francia decidió irse con la periodista Valérie Trierweiler, a la que hace escasos meses abandonaba por la actriz Julie Gayet. Toda una historia.