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Una gasolinera en Arkaute.

Las gasolinas registran suaves bajadas en pleno desplome del precio del petróleo

El crudo se ha abaratado un 25% en cuatro meses, mientras la caída de los carburantes oscila entre el 5% y el 10%

Sergio Carracedo

Miércoles, 22 de octubre 2014, 00:06

El petróleo se hunde. El barril de tipo Brent, el que se utiliza de referencia en Europa, se ha abaratado un 24,9% en apenas cuatro meses. Hoy su cotización ha comenzado a 86,38, frente a los 115 que alcanzó a finales de junio. Ese desplome no se ha visto reflejado, de momento, con la misma intensidad en el precio de los carburantes. El litro de gasolina sin plomo ha caído algo más de un 10% en ese periodo -su media en las estaciones de servicio de Euskadi es de 1,30 euros, alrededor de quince céntimos menos que al inicio de verano- y un 5% el de gasóleo, que ronda los 1,27 euros. Aunque los carburantes llevan varios días a la baja, la intensidad de ese descenso es muy inferior a la registrada por el 'oro negro'.

El acelerado retroceso del crudo es consecuencia de varios factores. Por un lado, del alivio de las tensiones geopolíticas en Ucrania e Irak -dos de los principales focos de conflicto del planeta- desde finales de agosto. Por otro, de la creciente implantación del 'fracking' en Estados Unidos. Esta controvertida técnica le ha permitido incrementar de forma apreciable su producción -ya supera los 11 millones de barriles diarios- y situarse en el segundo puesto en el ranking mundial, tras Arabia Saudí (11,7 millones) y por delante de Rusia (10,4). Con ello ha reducido su dependencia de los países del Golfo y se ha convertido en exportador de petróleo.

Además, y sobre todo, influye el frenazo que desde hace meses registran las economías de las principales potencias -incluidos algunos estados emergentes-, que en el caso de Europa ha resucitado el fantasma de una nueva recesión. Ese enfriamiento de la actividad se ha traducido en una menor demanda. Esta, a su vez, ha favorecido una contención de los precios -los grandes productores de crudo han ajustado sus márgenes para no propiciar otra crisis global, que les perjudicaría seriamente-, que en la zona euro se ha visto acompañada por la depreciación del dólar.

Críticas de los consumidores

El desplome del crudo constituye un alivio para los países más dependientes en materia energética. A España le ha ahorrado 744 millones de euros en la factura del crudo de los ocho primeros meses del año.

Los consumidores han empezado a notar el descenso de los precios, aunque aún de forma muy moderada. Desde que a comienzos del verano los carburantes rondaran sus máximos históricos, la gasolina se ha abaratado algo más de un 10% y apenas un 5% el gasóleo de automoción, cuyo litro se ha reducido unos siete céntimos. La súper sin plomo de 95 octanos cuesta una media de 1,30 euros en las estaciones de servicio vascas y 1,27 el gasóleo, aunque las oscilaciones entre unos y otros puntos de venta son en ocasiones muy notables. Los expertos estiman que esa tendencia a la baja se mantendrá a corto plazo.

Las asociaciones de consumidores critican la "lentitud" con la que las petroleras trasladan a sus precios los bruscos retrocesos del crudo; una postura que contrasta, a su juicio, con la "rapidez" con la que aplican las subidas de la materia prima cuando el mercado se mueve al alza. El Ministerio de Industria investiga la actuación del sector en ese terreno.

El mercado del petróleo y el de los carburantes son distintos, pero la evolución del primero repercute "sin lugar a dudas" en el segundo, subrayó ayer el presidente de Repsol, Antoni Brufau. "Este es un negocio muy internacional y ni nosotros ni nadie decide cuál es el precio. La oferta y demanda es global, tanto en crudo como en productos", señaló. El máximo responsable de la compañía apuntó que la evolución del crudo y del coste de los combustibles es muy similar si se tiene en cuenta la cotización del dólar.

Al margen de la estrategia de las operadoras, el hundimiento del petróleo no se traduce en una rebaja proporcional de las gasolinas porque la materia prima representa menos de la mitad del precio: alrededor del 48%. Los costes de logística y distribución suponen alrededor de un 9% -en ese porcentaje entra el margen de beneficio que aplican las propias empresas energéticas-, mientras que los impuestos representan un 43%.

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