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Vista de una de las oficiinas del Banco Santander.
El forjador de un gigante financiero

El forjador de un gigante financiero

Hijo, nieto y biznieto de banqueros, estaba al frente del mayor grupo bancario de España. Con él llegó la revolución de la banca

Miriam Cos

Miércoles, 10 de septiembre 2014, 09:22

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Ha sido definido como uno de "los mejores banqueros de Europa". Llevaba media al frente del Banco Santander, cuyas riendas tomó de su padre. Emilio Botín-Sanz de Sautuola y García de los Ríos, nacido en Santander y licenciado en Ciencias Económicas y Derecho, ha convertido un modesto banco de provincias en un gran imperio financiero, expandido por buena parte del planeta, y ha sido una pieza básica en la economíaa española. En sus 79 años años de vida no ha cejado en el esfuerzo por alcanzar grandes retos. El último de ellos, el Centro Botín, un complejo levantado en Santander que pretende desarrollar la creatividad a través del arte y la cultura, y que no llegará a contemplar.

Hijo, nieto y biznieto de banqueros, su gestión al frente del banco se ha traducido en un espectacular crecimiento del grupo, asentada en la internacionalización y también en la compra de otras entidades. Fuertemente enraizado en Cantabria desde siempre, como toda la saga familiar, Emilio Botín estaba casado con Paloma O' Shea, con la que tuvo seis hijos. Una de ellas, Ana Patricia Botín, le siguió los pasos en la actividad bancaria y empresarial. Ha presidido Banesto y ha sido consejera delegada de la filial británica del Grupo Santander y miembro del consejo de administración de Coca-Cola.

Una carrera meteórica

Botín ingresó con apenas 24 años en el Santander, donde ocupó en una primera etapa los puestos de apoderado de los servicios centrales y de subdirector general, y trabajó a la sombra de su padre, Emilio Botín Ríos. Consejero de la entidad desde 1960, cuatro años más tarde fue nombrado director general, y en 1971 fue elegido vicepresidente segundo. Una meteórica carrera que vería su cúlmen en 1986, cuando fue nombrado presidente. Se convirtió en uno de los pocos gestores financieros que además de estar al frente del consejo de administración del banco era también su principal ejecutivo y máximo accionista.

La fuerte expansión del grupo Santander bajo su mandato, que le ha llevado al liderazgo en España y a erigirse en uno de los prncipales gigantes financieros del mundo, se ha basado en una estrategia de alianzas internacionales y adquisiciones. Al acuerdo con el Royal Bank of Scotland, suscrito en 1987 y pionero en este tipo de operaciones, siguió la compra de una participación significativa en el First Fidelity, vendida con sustanciosas plusvalías cinco años más tarde.

En España, el banquero que siempre había rechazado las fusiones encontró su oportunidad en la subasta del intervenido Banesto. La conquista de mayor dimensión movió al presidente del Santander a poner la vista en el Central Hispano. La afinidad aparente con José María Amusátegui, el entonces presidente de ese grupo con el que se fusionaría, derivó en un pulso que reflejaba las tensiones internas y que se ha saldó con con la victoria del financiero cántabro.

Desde su privilegiada atalaya, ha sido una referencia incuestionable durante las últimas décadas en el mundo económico. Defensor de las reformas aprobadas por los sucesivos gobiernos para modernizar España y reforzar su presencia en Europa, Botín nunca ocultó su afinidad ideológica con el liberalismo y supo mantener privilegiadas relaciones tanto con los gobiernos del PP como con los del PSOE.

El banquero, consciente de que la formación es un valor estratégico de futuro de primer nivel, estuvo toda su vida muy vinculado a la universidad y al ámbito científico en España e Iberoamérica. Fue también presidente de la Fundación Marcelino Botín, una de las primeras instituciones privadas españolas dedicadas al fomento de la investigación científica, conservación del patrimonio histórico y desarrollo de las ciencias sociales. Ambas instituciones tienen acuerdos de colaboración y patrocinio con un millar de universidades, que agrupan a más de siete millones de estudiantes, y con los más prestigiosos centros de investigación.

Libre de causas

Botín tuvo que enfrentarse a varios casos judiciales derivados de su gestión en el banco, aunque consiguió salir impioluto de todas ellas. Fue procesado por delito fiscal por el asunto de las cesiones de crédito del Santander, productos financieros que evitaban el pago de las retenciones a Hacienda. La Audiencia Nacional archivó el sumario en 2006.

En febrero de 2007 la Audiencia de Cantabria archivó el procedimiento abierto contra él por la presunta comisión de varios delitos derivados de la entrega del 1% de las acciones de Banesto a 13 directivos en 1994. La Audiencia Nacional también archivó en mayo de 2012 la causa abierta contra él y varios familiares por un presunto fraude fiscal, a la luz de la regularización que practicaron ante la Agencia Tributaria. También fue investigado judicialmente por apropiación indebida y administración desleal en el caso de las jubilaciones que el Santander pagó al excopresidente José María Amusátegui y al ex consejero delegado Ángel Corcóstegui tras su salida de la entidad. Fue absuelto por la Audiencia Nacional en 2005 y por el Tribunal Supremo en 2006.

Botín, que abrió nuevos caminos en el negocio financiero y modernizó las técnicas de gestión, atesoraba una fortuna de 846 millones de euros en 2011, según la revista 'Forbes'. Su retribución anual en el banco rondaba los 3 millones. Tiene un fondo de pensiones con la entidad de 25 millones.

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