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Portada de disco de Imán Califato Independiente. Arriba, a la derecha, Marcos Mantero.

Marcos Mantero: del prog andaluz a la Movida madrileña

El rock y el pop español pierden a uno de sus referentes: el teclista de Imán Califato Independiente, Dinarama y Viceversa

Miguel Pérez

Sábado, 13 de diciembre 2014, 01:56

Un nuevo capítulo de la música española se acaba de cerrar este mes en forma de necrológica. El pasado 7 de diciembre fallecía en Sevilla a los 63 años Marcos Mantero. Su despedida ha sido discreta y teñida de cariño. Del cariño de los medios que reconocen su contribución al rock de este país, de numerosos fans que no han olvivado sus desarrollos con los teclados y, muy especialmente, de sus compañeros médicos, profesión a la que el doctor Mantero, como era conocido en el mundo de la música, se dedicaba a tiempo completo desde hacia años. En parte, desde una consulta para personas sin recursos.

Posiblemente, sólo quienes dispongan de una amplia discografía sobre los últimos cuarenta años de música en este país tengan en su radar a este teclista, otro grande que se bebió a sorbos la revolución cultural de los 70 y 80 y por el que no dejó de fluir el sonido de los sintetizadores hasta apenas unos años antes de su muerte, pese a que profesionalmente se había retirado de los escenarios. Mantero fue uno de los pioneros del rock sinfónico andaluz como parte de una de las bandas esenciales de aquel movimiento: Imán Califato Independiente. Pero aún hay más: sin él, es difícil imaginar el comienzo de grupos como Dinarama o Viceversa o el sonido logrado en algunas de sus grabaciones por Hilario Camacho, Radio Futura o unos transgresores Almodóvar & McNamara.

Mantero creció, como muchos otros adolescentes de su generación, bajo la influencia de decenas de géneros y del especialmente presente rock progresivo. Alucinaba con Joe Zawinul, Robert Fripp, Brian Eno y Keith Emerson, cuya forma de tocar los teclados marcó gran parte de sus desarrollos, alimentado por un virtuosismo propio de conservatorio. También tenía una vertiente bluesera muy motivada por el organista Jimmy Smith.

Imán Califato Independiente

Su investigación del prog le convirtió en un joven músico excepcional y le proporcionó el billete para ingresar en Imán Califato Independiente en 1977. Llevaba bajo el brazo un disco del multifacético Gualberto, con quien había colaborado un año antes en Vericuetos, y su dominio de los teclados acústicos y de los sintetizadores fascinó a Manuel Rodríguez, Iñaki Egaña y Kiko Guerrero. Con ellos hizo los dos discos que publicó el grupo en su corta historia: 'Imán Califato Independiente' (CBS, 1978) y 'Camino del águila' (CBS, 1980), dos álbumes llenos de largas improvisaciones, libertad y melodías que encajaban plenamente en la filosofía de Mantero: la "música es arte, no una competición". 'Darshan' y 'Tarantos del Califato Independiente', una canción instrumental que dura aproximadamente 24 minutos, son dos de los himnos de aquel movimiento.

Imán Califato Independiente se convirtió con temas como estos en uno de los grandes grupos de referencia del rock sinfónico y progresivo andaluz, que exportó a varios festivales en Europa. Pero en el 80 se disolvió, según su teclista, al haber perdido su sentido de la utopía. No hay que olvidar que, siguiendo los cánones de la época, los miembros de Imán habían vivido en plan comuna y bajo las enseñanzas del por entonces muy popular guru Maharaji.

Mantero se trasladó a Madrid. Otro mundo. Otra época. Fue reclutado por Alaska y los Pegamoides para sustituir a Ana Curra y tocar esporádicamente en sus conciertos. Conoció a Carlos Berlanga y le cautivó su inmensa personalidad creativa. Así entró de lleno en una de las formaciones cruciales de la Movida madrileña, Dinarama. Rápidamente contaría con Alaska como cantante. Mantero grabó con ellos sus dos primeros discos, 'Canciones profanas' (Hispavox, 1983) y 'Deseo carnal' (Hispavox, 1984), siendo además compositor de temas como Kali. Él formaba parte del sector de Dinarama que 'sabía' tocar un instrumento. Pero inquieto como pocos, a partir de ese segundo álbum decidió emprender nuevos proyectos por su cuenta, en coincidencia con las fricciones internas de la banda.

Imán y Dinarama no han sido las únicas gemas en el historial del médico de los escenarios. Produjo a dos grupos también cruciales de la Movida: Glutamato Ye-Ye y Peor Impossible. Suya es la sintonía de La Edad de Oro.,uno de los programas de televisión más famosos e innovadores de los 80. Y sus teclados aparecen en discos de artistas como Lole y Manuel, Radio Futura, los artefactos músico-iconoclastas de Almodóvar & McNamara, Bernardo Bonezzi o Senogul, grupo asturiano de progresivo con el que realizó su última colaboración musical en un álbum en 2011. No obstante, después de Imán y Dinarama, otra de sus etapas más populares es la que pasó con Viceversa, la banda de Joaquín Sabina. Una escuha del célebre doble disco en directo de 1986 Joaquín Sabina y Viceversa. En directo permite descubrir que era un fanático de los Beatles, además de un artista tan humilde como genial.

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