Riffs de película
De Slash a Rosendo, el cine es prolífico en bandas sonoras compuestas por guitarristas
Miguel Pérez
Sábado, 11 de octubre 2014, 01:05
'World on Fire' se ha confirmado en pocos días como uno de los discos más musculosos de 2014. Un par de años después de su anterior colaboración conjunta, Slash vuelve a firmar un álbum plagado de hard rock del bueno junto a Myles Kennedy y los Conspirators, cuatro músicos con los que ha desarrollado una química especial a partir de su anterior trabajo y, sobre todo, durante su gira posterior. Ahora, en plena vorágine de 'World on Fire', situado en las primeras posiciones de las listas de éxitos, el guitarrista de origen británico encara un nuevo tour triunfal, una circunstancia que, según algunas fuentes, podría obligarle a ralentizar sus incursiones en otro terreno que le es muy apetecible: el cine y, en concreto, el de terror.
Porque en estas fechas se cumple un año desde que Slash debutará como productor cinematográfico al frente de su compañía Slasher Films, nombre con el que hace alusión a un determinado subgénero muy ajustado a su primer estreno: 'Nothing Left to Fear'. El filme, dirigido por Anthony Leonardi III, entró directamente en el mercado del DVD en la mayor parte de Europa tras pasarse por las salas de Rusia, otros países del Este y Estados Unidos, donde obtuvo cierta fama de película de culto gracias, entre otros factores, a su tratamiento naturalista del terror. La historia, protagonizada por James Tupper y Anne Heche, describe el espeluznante destino de un pastor religioso y su familia tras asentarse en un polvoriento pueblo de Kansas que, en realidad, es una de las puertas de entrada al infierno que se supone hay repartidas por el mundo.
Como era de esperar, el responsable de la banda sonora es el propio Slash, aunque coescrita con Nick OToole, y cuenta con una colaboración de Myles Kennedy en el tema principal. Acostumbrado a los excesos, el británico sufrió un auténtico ataque de hipercreatividad durante la composición de la BSO, muy al estilo de Andrés Calamaro, que acabó incluyendo nada menos que una treintena de cortes. Mucho más comedido se mostró Slash en una anterior contribución al séptimo arte, cuando prestó su imagen animada y una canción a 'Phineas & Ferb'. ¿Qué hacía el incendiario guitarrista, padre de todos los excesos, en una película de dibujos animados? Según él, se trata de sus personajes favoritos y era una forma de demostrar a su familia que también él cuenta con un lado tierno. Cosa que no queda clara si se piensa que su productora, Slasher Films, tiene entre sus proyectos futuros varias películas relacionadas con vampiros, asesinos y zombies.
En cualquier caso, Slash no es el único artista que ha inundado de grandes riffs guitarreros las pantallas de cine. He aquí algunos, sólo algunos, de los casos más destacados. Pero hay más.
John Lee Hooker. El guitarrista del Delta respondió a la invitación de Dennis Hopper para que firmara la banda sonora de la tórrida, sofocante y estupenda 'Labios ardientes'. Llegaba el artista de publicar 'The Healer' y 'Mr. Lucky' a finales de los 80 y todos los grandes del rock, el folk y el blues querían grabar con él, no tanto por las ventas como por su prestigio. En el filme protagonizado por Don Johnson y Virginia Madsen lo demostró. Contó con la colaboración nada menos que de Miles Davis, Roy Rogers y Taj Mahal. Un lujo del que pocos pueden presumir.
Neil Young abandonó durante unos minutos su mundo interior en 1995 para poner música a 'Dead Man', en la que el imprevisible y muy singular Jim Jarmusch dirigió a Gary Farmer y un Johnny Depp que por entonces aún no había visto a un pirata. Como cabe esperar de la unión de Young y Jarmusch, nada podía ser normal. El guitarrista canadiense hizo una BSO basada en siete piezas instrumentales que él mismo fue improvisando según el director iba avanzando en la película. Todo basado en las sensaciones y las armonías que alumbraba su cabeza a medida que pasaban los fotogramas, ya que el excomponente de CSN&Y se negaba en redondo a componer una música que acompañara a las escenas, sino que su pretensión era empotrarla directamente en ellas. De ahí, que el resultado fuera tan poderoso. Y que el asunto se dilatara un poco en el tiempo, algo que tampoco pareció disgustar al director, acostumbrado a pergeñar montajes muy personales de sus películas. Young no sólo se pone a los mandos de sendas guitarras eléctrica y acústica, sino que también toca el piano, mientras Johnny Depp introduce párrafos de la obra del gran poeta William Blake, muy aptos para un pseudowestern provisto de su correspondiente bajada a los infiernos. Más adelante se hizo una nueva edición de la BSO más perfeccionada en el capítulo musical que se puede escuchar como un disco autónomo.
Jonny Greenwood. Y de los guitarristas que hacen sus pinitos en el cine, a los auténticos profesionales. Ahí tienen al guitarrista de Radiohead, un individuo acostumbrado a hacer música mirando la pantalla. Greenwood se ha encargado de las BSO de media docena de películas, entre ellas títulos como 'Body Song' y la intensa y asfixiante 'Pozos de ambición', aunque su banda más destacada sea quizá la que corresponde a 'Tokyo Blues', una adaptación de la novela de Murakami llevada a cabo por Tran Ahn Hung. Al igual que Radiohead ha compuesto para filmes de alto voltaje y con una factura técnica y visual rompedora, Greenwood, un cinéfilo profundo que podría escribir varios libros sobre cine contemporáneo, se vuelca aquí en una BSO singular conformada por cortes orquestales grabados por la orquesta de la BBC. El resultado es a veces delirante; otras, absorbente, pero siempre magnífico. Para escuchar con atención.
Mark Knoplfer. Realizador de BSO casi a nivel industrial, el guitarrista de Dire Straits sorprendió a sus simpatizantes, y a todo el mundo rockista en general, cuando en plena efervescencia de su grupo se descolgó con la banda sonora de 'Local Hero', una amable y entrañable descripción de los avatares de un enviado de una multinacional a un pequeño pueblo escocés. Argumento que más tarde se ha repetido con sus distintas variantes en decenas de títulos permitiendo al planeta entero comprender los uss y costumbres de las pequeñas aldeas rurales de Escocia o Irlanda, en su segunda versión. El caso es que 'Local Hero' se convirtió en 1983 en una de las bandas más reconocibles y exitosas que ha dado el celuloide, hasta el extremo de que Knoplfer continúa interpretando hoy en día en sus conciertos su tema principal, 'Going Home', una canción tremendamente optimista que va in crescendo a medida que avanza y obliga a salir del cine silbando y con las manos en los bolsillos.
Rosendo. Por último, en este breve resumen no podía faltar el producto nacional. Rosendo. En 1997, el ex de Leño aceptó el encargo de crear la banda sonora de 'Dame algo', un filme firmado por Héctor Carré absolutamente asfáltico y urbano. Allí, el genial guitarrista deslizó 'Siempre hay una historia', tema señero de su repertorio, y rescató 'Qué desilusión', de su antiguo grupo. Un repaso al resto del temario permite descubrir títulos netamente 'made in Rosendo', como 'Que dice el alcalde' o 'Yo me largo'. Lo cierto es que las canciones se ajustan como un guante a las escenas y que Rosendo quedó plenamente satisfecho del resultado, que se tomó como un reto absolutamente personal y nada comercial. Porque así es él.