La reina Farrokh Bulsara
La inminente edición de una caja que repasa la historia de Ozzy Osbourne supone una ocasión propicia para recordar algunos de los más célebres cambios de identidad en el rock. Uno de los más llamativos es el de Freddie Mercury, cuyo verdadero nombre era Farrokh Bulsara
Miguel Pérez
Sábado, 20 de septiembre 2014, 01:57
Si todavía te quedaba algo por saber sobre Ozzy Osbourne después de su autobiografía, su 'reality show¡ familiar y la ingente cantidad de historias que se han escrito sobre sus excentricidades y excesos, el próximo mes de octubre estarás de enhorabuena. El hombre que hizo famoso aquello de lanzar intestinos de cerdo al público publica 'Memoirs of a Madman', una colección musical y visual que repasa con generosidad la trayectoria del último murciélago humano del rock.
No habrá mucha gente que sepa lo que pasa por la cabeza del excantante de Black Sabbath y mucho menos si se decidió por el título de la compilación en homenaje a la autobiografía del mismo título que Gustave Flaubert escribió en 1838. Más bien, parece que el veterano cantante de Birmingham, de 65 años, trata de rendir tributo a 'Diary of a Madman', el álbum de 1981 que ratificó su excelencia como solista y que le proporcionó los discos de oro, platino y multiplatino además del soporte para forjar una de las hazañas más grandes y menos sanitarias jamas conocidas del rock: fue durante la gira de este álbum cuando le arrancó la cabeza a un murciélago de un mordisco. Pocos músicos habrá que puedan confirmar con certificado médico haberse sometido a un tratamiento contra la rabia.
Lo que está claro es que 'Memorias de un hombre loco' se ajusta como un guante a las características del personaje y al contenido de la colección: un CD con diecisiete éxitos de su carrera en solitario (también los incluye en formato vinilo) y un par de DVDs que analizan exhaustivamente al músico mediante videoclips, grabaciones inéditas y entrevistas que desvelan algunas anécdotas y permiten, o no, entender algo de su particular personalidad y de su no menos singular pasado. Como que aprovechó una estancia en la cárcel durante su juventud para grabarse su apodo en los nudillos con la ayuda de una aguja. Porque, en realidad, Ozzy se llamaba John Michael Osbourne, pero todos sus amigos en el colegio preferían llamarle con una contracción de su apellido, que finalmente es la que ha utilizado como identidad oficial.
El caso de John Michael Osbourne no es único. A día de hoy es tan fácil encontrar pseudónimos en el rock como identidades auténticas. Al hilo de la actualidad más reciente, cabe destacar a Bono, situado ahora mismo junto con su banda, U2, en el epicentro de una auténtica tormenta discográfica y social tras la difusión gratuita de su nuevo álbum, 'Songs of Innocence', entre 500 milones de usuarios de iTunes. En realidad, en su carné figura como Paul David Hewson, aunque adoptó el apodo de Bono después de que sus colegas de juventud se hartaran de llamarle 'Bono Vox'. Aquí, las versiones disienten: unas afirman que le denominaban así por su buena voz y otras, porque fonéticamente sonaba parecido a 'Bonavox', una marca de 'sonotones' con la que los amigos ironizaban sobre el volumen que el líder de U2 empleaba al cantar.
Otro cantante del que muchos no han oído hablar aunque figure en la cúspide del rock es Farrokh Bulsara. También de moda en estos momentos, ya que hace apenas unos días ha sido puesto a la venta el concierto que su banda grabó en 1974 en la mítica sala The Rainbow, en Londres. Se trata, en efecto, de Queen y de su líder, Freddie Mercury, nacido en 1946 en la isla de Zanzíbar en el seno de una familia originaria de la ciudad india de Bulsar.
Farrokh Bulsara cambió pronto su identidad: al poco de ingresar en un internado británico cerca de Bombay a los 8 años de edad, empezó a llamarse Freddie, un nombre muy común en la época. Pasar a otro apellido le llevó más tiempo. Y, de nuevo, existen diferentes versiones, aunque la más pausible es que eligiera Mercury por la divinidad de Mercurio. Él mismo explicó en varias entrevistas a lo largo de su vida que el cambio tenía mucho de psicológico y a menudo utilizaba sus dos identidades para separar a la estrella de la persona. Por cierto, sin aquel colegio y su director, que se dio cuenta rápidamente de las aptitudes musicales de Mercury, el rock quizá nunca hubiera tenido a Queen.
Marc Anthony, en cambio, tuvo que recurrir al cambio de identidad para evitarse problemas legales. Cantante de origen puertorriqueño aunque nacido en Nueva York, sus padres le bautizaron como Marco Antonio Muñiz Rivera en homenaje a 'El embajador del romanticismo', el bolerista mexicano Marco Antonio Muñiz, un icono de la canción romántica latinoamericana con una enorme aceptación en Puerto Rico, donde actuó con profusión en la televisión y en salas de conciertos. Así las cosas, antes de iniciar su carrera como cantante, Marc Anthony tuvo que transformar al inglés su identidad para no entrar en conflicto con su homónimo, que en 2012 ofreció su última gran gira y en la actualidad vive en un semiretiro del que sale puntualmente para ofrecer recitales privados.
En cualquier caso, todos los casos mencionados palidecen ante uno de los cambios de identidad más radicales registrados en el mundo del rock y del pop. Ahí tienen a George Michael, cuyo verdadero nombre es Georgios Kyriacos Panayiotou. Nacido en Londres en 1963, el intérprete de 'Faith' es hijo de un restaurador grecochipriota y una bailarina inglesa que creció escuchando los éxitos de la Motown, además de los sonidos de la efervescente escena musical británica. En su época de estudios decidió crear un grupo con su compañero de colegio y mejor amigo, Andrew Ridgeley. Executive sería el embrión del arrasador fenómeno Wham!. Fue precisamente en ese momento en el que Georgios Kyriacos decidió construirse un pseudónimo, adaptando su nombre al inglés y tomando el apellido de un tío suyo. De hecho, en el tema 'Wham Rap!' -lanzado en 1982 sin despertar interés alguno y reeditado un año después con mucha mejor fortuna-, todavía pueden rastrearse sus raíces grecochipriotas al firmar en los créditos como Panos, el apellido que adoptó su padre cuando se marchó a vivir a Londres.