'Rosetta' se encuentra con su cometa
La nave de la ESA orbitará durante año y medio la roca, en la que aterrizará el módulo 'Philae' en noviembre
Luis Alfonso Gámez
Jueves, 7 de agosto 2014, 01:02
La sonda 'Rosetta' acudió ayer puntual a su cita con el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Los dos se encontraron a las 11 horas a unos 405 millones de kilómetros de la Tierra tras diez años y más de 6.400 millones de kilómetros de viaje por parte de la nave europea. Veintitrés minutos después, se recibió en el centro de control de la ESA en Darmstadt (Alemania) una señal de radio que confirmaba que todo había ido bien. «Estamos ahí», dijo entonces Sylvain Lodiot, director de operaciones de la misión.
Tecnología vasca para estudiar los orígenes
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Sener ha diseñado y construido parte de 'Rosetta'. La ingeniería vasca está detrás del dispositivo para el despliegue de instrumentos, dos mástiles en los que se sitúan cinco de los once aparatos científicos y cuya finalidad es alejarlos de las perturbaciones electromagnéticas de la sonda. También es responsable de 15 persianas para el control térmico, cada una de las cuales consta de 16 hojas que han de abrirse o cerrarse -según sea necesario- para mantener estable la temperatura de la nave, y de las pantallas ópticas para la atenuación de la radiación solar sobre las dos cámaras de navegación y los dos rastreadores de estrellas. Además, ha participado en el diseño e integración de la dos cámaras de 'OSIRIS', el instrumento con el que 'Rosetta' ha tomado fotos del cometa desde el inicio de la misión.
La ESA se planteó enviar una nave a un cometa después de la última visita del Halley, en 1986. Estudió la posibilidad de que una sonda trajera a la Tierra muestras de uno de esos cuerpos, pero en 1993 descartó una misión de ese tipo por su alto coste. El rediseño del proyecto se plasmó en 'Rosetta', bautizada así por la estela con inscripciones en demótico, griego antiguo y jeroglíficos egipcios gracias a la cual Jean-François Champollion descifró, hace casi 200 años, la escritura de tiempos de los faraones.
El objetivo de la sonda europea es arrojar luz sobre los orígenes del Sistema Solar -los cometas se consideran restos fósiles de su formación-y la procedencia del agua terrestre -se cree que pudo llegar a bordo de estas rocas-, así como comprobar si estos objetos pueden albergar moléculas complejas y ser una especie de 'sembradores de vida'. «'Rosetta' está allá para abrir un cofre con un tesoro que contiene las claves sobre el nacimiento y la evolución del Sistema Solar, y potencialmente la vida», asegura Mark McCaughrean, científico de la ESA.
Un viaje complicado
La nave europea es el primer ingenio humano en visitar un cometa. Su entrada en órbita de 67P/Churyumov-Gerasimenko es un hecho histórico. Despegó el 2 de marzo de 2004 del espaciopuerto de Kourou, en la Guayana Francesa. Como no había manera de ponerla en rumbo directo hacia su destino, 'Rosetta' -de 3 toneladas de peso- ha tenido que dar en diez años cuatro vueltas alrededor del Sol y sobrevolar tres veces la Tierra y una Marte para ganar velocidad gracias a sendos empujones gravitatorios. Entró en hibernación el 8 de junio de 2011 y estuvo dormida 957 días -estableció un récord- hasta que despertó el 20 de enero pasado.
Las maniobras de aproximación a 67P/Churyumov-Gerasimenko empezaron en mayo cuando se encontraba a unos 600.000 kilómetros de su objetivo (la Luna está a unos 400.000 kilómetros de la Tierra). La décima y última maniobra para ajustar su velocidad y trayectoria a la del cometa se ejecutó ayer por la mañana. Ahora, la nave acompaña a su pareja en su caída hacia el interior del Sistema Solar -su punto más cercano a la estrella se sitúa entre las órbitas de Marte y la Tierra- a una velocidad de casi 55.000 kilómetros por hora. Viajarán juntos durante un año y medio en el que los científicos esperan ver al detalle cómo, a medida que se acerca al Sol, el cometa se activa y desarrolla la coma y la cola características.
'Rosetta' está ahora a unos 100 kilómetros de la roca, cuya forma ha sorprendido a los científicos. El 12 de julio, las primeras imágenes claras, tomadas desde 12.000 kilómetros, revelaron que tiene forma de patito de goma, como dos bolas unidas por un 'cuello'. «¿Los dos lóbulos del cometa son dos cuerpos independientes que se formaron en algún momento de la historia del Sistema Solar o es un único cometa que ha sufrido una erosión drástica y asimétrica con el paso del tiempo?», se pregunta Mark Taylor, científico del proyecto, que espera que la nave ofrezca una respuesta.
«La llegada al cometa es solo el principio de una gran aventura», dice Lodiot. Lo primero que hará 'Rosetta' es un mapa de la roca -de 3 por 5 kilómetros de diámetro- para identificar cinco posibles lugares para el aterrizaje del módulo 'Philae', entre los que se elegirá uno a principios de septiembre. El segundo gran hito de la misión -presupuestada en 1.300 millones- tendrá lugar el 11 de noviembre. Ese día 'Philae', de 100 kilos de peso y con diez instrumentos, aterrizará en 67P/Churyumov-Gerasimenko y se agarrará a su superficie con una especie de arpones.¿Su objetivo? Analizar muestras de roca y agua para responder a preguntas sobre el origen del Sistema Solar, del agua terrestre y hasta de la vida. Y hacerlo en un entorno hostil, con crecientes proyecciones de gas y polvo -que analizará 'Rosetta'- según el cometa se aproxime al Sol.