Vitoria-NeGrasteiz celebrará su segunda edición en 2024 tras el éxito de público
El escritor Juan Gómez-Jurado, que reunió a 520 personas, anunció su intención de volver a la capital alavesa
«Ha sido espectacular. Para un evento literario no he conocido una repercusión de este calibre en la ciudad», valora el escritor Jesús María Sáez, que junto a Alberto Gredilla lleva las riendas de Vitoria-NeGrasteiz. El ciclo organizado por la asociación Krelia ha contado con uan asistencia que, en sus diferente sesiones «no ha bajado nunca de cien personas, incluso a las diez de la mañana o las cuatro y media de la tarde, con picos de hasta 250», indica.
«Alberto y yo teníamos la intuición de que había un hueco que cubrir, hemos recibido muchos agradecimientos y el resultado ha sido muy cercano para la gente», agrega. El momento de mayor aforo fue la charla de Juan Gómez-Jurado, que contó con 520 asistentes. Y el novelista en español más leído disfrutó hasta el punto de que anunció su disposición de volver a Vitoria. No ha sido precisamente el único escritor que lo ha expresado.
«Va a a haber segundo festival», subraya Sáez. y es que el gato Poe, mascota del festival, ha podido ver con sus ojazos «mucha venta de libros y la gente agradeciendo que hayamos organizado un evento así. El público ha salido muy contento. Al final es lo que buscábamos», apostilla el organizador, que ha contado con el apoyo de EL CORREO, junto al Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación alavesa y Fundación Vital.
Además de las tertulias y talleres, la cena temática congregó el sábado a 64 personas en el restaurante Olarizu y las bailarinas de Arteria han animado unas calles en las que también ha habido propuestas en comercios y bares, como 'Aquí te pintxo, aquí te mato', promovido por Arabadendak.
Jesús María Sáez, que subraya el trabajo técnico de Ayser, apunta de cara a 2024 la presencia del cómic negro o un posible apartado de libros juveniles, como los de 'Amanda Black' que Gómez-Jurado firma junto a Bárbara Montes. Y esboza una extensión del ciclo a otros puntos de Álava, «una expansión controlada con jornadas previas o paralelas».
Álava, escenario de novela
De momento, la última jornada de esta primera edición hizo disfrutar a los asistentes con una interesante charla, con el periodista de EL CORREO Óscar Beltrán de Otálora y el abogado Javier Otaola. Ambos novelistas hicieron un ameno recorrido por referencias del género negro, las circunstancias y herramientas del autor, los escenarios del crimen o las confluencias de lo real y la ficción en sus relatos.
Y la muerte a fuego y hielo. En 'Tierra de furtivos' Beltrán de Otálora recupera un incidente real –un Ferrari incendiado junto al pantano– para sumarle dos cadáveres calcinados. El motor de la intriga de Otaola es el fin de un hombre al ser atacado y eviscerado por un enorme dogo albino, para desangrarse sobre la nieve virgen en Armentia.
Pero el autor de 'La comisaria Olaizola y el caso del perro blanco' recuerda también cómo «una fina capa de hielo» es lo que separa el mundo 'normal' del crimen, algo que el reportero plasma también. En su caso, con plantaciones de marihuana ocultas y nostálgicos de la lucha armada terrorista.
Tanto el creador de la ertzaina Felicidad-Zorione como quien refleja en la peluquera Tatiana una relación con el hampa y unas habilidades dignas de la antiheroína Catwoman ponen en Vitoria su escenario. Beltrán de Otálora lo extiende a un área de embalses que conoce al dedillo y que integra en un territorio que considera apasionante y poco explotado para la literatura negra.
En su cercanía al género, Javier Otaola mira al Maigret de Simenon mientras el periodista confiesa su enamoramiento juvenil de 'Adiós Muñeca' de Chandler. Pero Beltrán de Otálora disfruta al crear un villano total, malvado como un Joker o que como un Lecter da algo más que respeto, mientras el letrado prefiere unos personajes con más zonas grises.
Mitos del CSI
Después, la última jornada de Vitoria-NeGrasteiz contó con un contador de excepción, Alberto Gredilla. El comisario del encuentro literario llevó el crimen a la realidad, para confrontarlo con el CSI televisivo. Desde lo fácil que es adquirir insignias policiales falsas –«la Policía Local y la Ertzaintza no utilizan placas de cartera»– hasta la recogida y procesado de pruebas, se metió en el bolsillo a los asistentes, que aprendieron y jugaron mucho.
La imposibilidad de detener un coche a la fuga de un disparo a la rueda, la mágica obtención de vídeos de cámaras de vigilancia o la necesidad de al menos tres días para una prueba de ADN, «que cuesta unos cien euros», desinflaron más de un mito. Misión cumplida.
El festival premia seis historias policiacas
La apuesta de la asociación de autores alaveses Krelia no sólo consiste en la puesta en pie de Vitoria-NeGrasteiz. También incluye un certamen internacional de relato negro. Adrián Martín Ceregido, de Portugalete, recibirá 500 euros por 'La casa sobre el motel'. Miguel Ángel Gayo Sánchez, de Sevilla, con 'Damas para caballeros', percibirá los 300 euros del segundo premio.
El tercer clasificado es Ernesto Tubía Landeras, de La Rioja, que ve premiada con 200 euros su historia 'Seda Natural'. Accésit al mejor cuento negro en euskera está dotado con 400 euros, para Íñigo Legorburu Arregi, de Hernani, por: 'Gibeletik'.
Además, el I Concurso de Microrrelatos de las bibliotecas municipales de Vitoria y la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa reconoce con 100 euros en libros a Gaizka Tabares por 'Apariencia'. En euskera, la mejor pieza está firmada por Izaskun Eli, cuya 'Kanarietan Erretiroa' es recompensada con otros cien euros en libros.