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El Carnaval de Vitoria se burla del fríoCuando llegan estas fechas, uno puede preguntarse si su vestimenta habitual es apropiada o si debería renovar el armario. Porque hay quien viste ancho y observa al que va de rapero preguntándose si irá disfrazado o es de su misma tribu urbana. Lo mismo sucede con los roqueros, los emos... Durante el carnaval de Vitoria, esa línea entre la identidad festiva y lo que uno pretende ser se difumina a veces.
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«¡Yo sí que voy de leñador, pero mi amigo va como siempre, con una camiseta de leñador!», bromeaba Mikel Arana, echándole en cara a su colega la falta de originalidad, ambos abonados al tardeo en la Mateo Moraza. Ese cruce y señalamiento de buen rollo al que no se disfrazó se repitió entre las evidentes ganas de jarana. La ciudad vio desfilar a toda una serie de personalidades que 'resucitaron' (Diego Velázquez, Miguel de Cervantes, Freddie Mercury, Michael Jordan) junto a propuestas tan originales como la de una cuadrilla que iba de las calles de Vitoria. ¿Cómo? Caracterizados una como la Plaza de la Virgen Blanca, disfrazada como la querida patrona; otro del Machete, con unas telas con la forma de ese cuchillo... Para que no hubiera confusión, portaban el letrero de cada vía.
La ciudad se volcó con la celebración de una jornada que arrancó al mediodía con la llegada de los pintores a la calle Dato, en una tradición que empezó a dibujar un enorme gesto de sonrisa. A esos artistas de brocha gorda les daban la bienvenida una cuadrilla de Ariznabarra. Patxi, Pedro, Alfredo y Javi, cuatro vitorianos caracterizados con el bigote y capa del gran maestro Diego de Velázquez, junto a Estíbaliz, Pili, Montse y Merche, en el papel de 'meninas'.
Todos pintaban en una fiesta que se alargó hasta altas horas de la noche y en la que se desafió al frío –las temperaturas que oscilaron entre los 0º y 7º–. A ello contribuía el caluroso desfile multitudinario que congregó a 7.003 personas, distribuidas en 29 comparsas. El recorrido arrancó puntual a las seis de la tarde desde el Centro Cívico Iparralde y, más de tres horas después, alcanzaba el Parque de La Florida (y hoy repite, a las 12.00 horas).
A la cabeza del desfile se encontraba el Club de Amigos de Sansomendi, que se metió en la piel de la familia Madrigal de la película de Disney 'Encanto'. Encanto de sobra tenía esa carroza que hizo que muchos se fotografiaran junto a ella antes del pistoletazo de salida. Los meses de trabajo en la decoración y puesta a punto de esos carruajes tenían su recompensa en el gesto de sorpresa de los miles de vitorianos que se agolparon a lo largo del recorrido. En algunos casos, como el del AMPA de NCLIC School, la portada de un periódico ficticio, 'Daily Learning', impreso en la carcasa, nos daba el titular: «Extra, extra! Nclic derrocha su magia con su primera comparsa de Carnaval». Eso era lo que se leía, a lo que no podemos más que reafirmarnos en estas páginas viendo cómo sus 186 comparseros bailaban vestidos de magos, con unas capas que evocaban al universo de Hogwarts.
Detrás de las carrozas ha habido un gran trabajo que se prolonga durante meses en la mayoría de los casos. En el vehículo de los 'Willy Wonka' de Arana, incluso se instaló un río de chocolate –en realidad, agua– que sorprendía a quienes se acercaban a contemplarla. Ángela Delgado, una de las integrantes del grupo, contaba que incluso diseñó una maqueta en miniatura para planificar la distribución de la carroza. «En enero nos pusimos a construirla y nos hace mucha ilusión enseñarla», comentaba. ¿Ingeniera? ¿Arquitecta? «No, estudio Tecnología de los Alimentos, pero siempre me han gustado las manualidades», explicaba la joven.
Allí sonaba La potra salvaje a todo trapo. Igual que unos metros más adelante, en la carroza de Vera Cruz, se oía «esa falda chiquitita, qué bonita te queda», una canción del rapero Myke Towers, que sonaba entre inquietante y divertida al ver a tanta gente bailando al compás vestida de lobos y caperucitas.
El reguetón mandaba. Pero también la diversidad se abría paso en el repertorio con canciones de título impronunciable de Bollywood, que bailaba Egibide-Nieves Cano. Ese carácter festivo que atraviesa esta celebración de gran tradición en Vitoria no elude la reivindicación. Casi siempre tirando de humor, eso sí. Los Zabalautos locos, del barrio al oeste de la ciudad, llevaban en su carroza estampado un tranvía haciendo visible las ganas de que llegue un ramal del metro ligero hasta allí.
Por su parte, la comparsa más pequeña, Euskali, con 93 miembros, impulsada por la asociación homónima que promueve la diversidad cultural y tender puentes entre Colombia (Cali) y el País Vasco, debutaba. Lucían un globo terráqueo sostenido por diferentes manos. «Con la que está cayendo con Trump, queríamos lanzar un mensaje. Tenemos gente de distintos colores de piel y tenemos que entender que esas manos de todas las razas levantamos este mundo», afirmó Freiman Machado, portavoz del colectivo. Aunque se anunció que su disfraz era de indígena, aclaraba que es «mitad de nativo (americano) y mitad de folklórico», despejando la polémica en torno a la petición de hace unas semanas de un colectivo de Vitoria que pidió evitar de forma generalizada disfraces de «chinos, africanos e indios» para no «perpetuar estereotipos».
El desfile de Carnaval, uno de los eventos más multitudinarios del calendario festivo de Vitoria, transcurrió ayer sin altercados. La celebración se desarrolló con normalidad a pesar del conflicto abierto entre el Ayuntamiento de Vitoria y parte de la plantilla de la Policía Local, que anunció que no iba a reforzar los turnos de estos días. Ayer se pudo ver la presencia de efectivos de la Ertzaintza en algunos puntos del recorrido. Como respuesta, el Ayuntamiento de Vitoria anunció la contratación puntual de 20 auxiliares para «garantizar la seguridad», así como la fluidez de las carrozas y el respeto a los cortes de tráfico.La decisión de reforzar la seguridad con personal externo se tomó para evitar situaciones como la vivida en la Media Maratón del pasado diciembre, cuando la negativa de la Policía Local a reforzar el evento, unida a una oleada de bajas médicas, estuvo a punto de provocar la suspensión de la prueba.Las tensiones entre agentes y consistorio recordaron a las del Carnaval de 2018, cuando una protesta similar provocó una oleada de bajas como medida de presión. Hoy, a las 12.00 horas, tendrá lugar el segundo desfile, que repetirá el recorrido con salida desde el Centro Cívico Iparralde y llegada al Parque de La Florida, pasando por las principales calles de la ciudad (Portal de Legutiano, Plaza de Bilbao, Francia, La Paz y Ortiz de Zárate). El Carnaval se despedirá el martes con la verbena en la Plaza de España, a partir de las 18.00 horas, con la música en directo de Joselu Anayak, y la quema de 'La Sardina a las 20.00 horas.
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