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Ha pasado un mes desde la entrada del invierno, y si bien en el conjunto de Álava los valores meteorológicos están siendo los propios de ... esta época del año -«nada excepcional», recalcan los expertos- la cosa cambia si nos centramos en la capital. Vitoria ha vivido un inicio de invierno calificado como «muy cálido» y más seco de lo habitual. A pesar de que la semana pasada las temperaturas descendieron de manera considerable obligando a sacar el gorro y los guantes, la nieve no ha llegado a la ciudad y las lluvias tampoco están siendo demasiado protagonistas.
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Sara López de Pariza
Para hoy, el Departamento vasco de Seguridad ha activado el aviso amarillo por nieve entre los 800 y los 1000 metros de madrugada y a primeras horas de la mañana. Será solo un espejismo. «Venimos de una semana marcada por la estabilidad, pero mañana empezará a cambiar la situación con la llegada de una masa de aire más cálida y húmeda que traerá la posibilidad de precipitaciones a Álava. Las lluvias podrían ser más abundantes al final de la semana», pronostica Santiago Gaztelumendi, director de estrategia y coordinación de Euskalmet. Aparecerá también el viento de componente sur y esto provocará un aumento tanto de las temperaturas mínimas como máximas. «Las mínimas podrían situarse entorno a los 5 grados y las máximas subir hasta los 15. Las heladas desaparecerán», avanza Gaztelumendi. En resumen, nos esperan jornadas más calurosas pero también más posibilidad de agua.
Este cambio llegada después de que la semana pasada hiciera su aparición la que podría considerarse la primera ola de frío de este invierno. En el territorio se alcanzaron valores por debajo de los nueve grados bajo cero, en concreto el martes en la estación de Iturrieta. En Vitoria el sábado se llegó a -4,7.
«Estamos ante valores normales para esta época del año y en el contexto de calentamiento global. En esta nueva normalidad los meses tienden a estar catalogados como normal-cálido, lo excepcional sería que se definieran como normal-frío», explica el meteorólogo de la Agencia Vasca de Meteorología. Tampoco ha habido episodios de nieve en la capital aunque sí en zonas más altas. «Pero queda mucho invierno por delante», recuerda Gaztelumendi.
Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la temperatura media en el conjunto de Álava en lo que va de invierno se ha situado en 8,7 grados, cinco décimas por encima de la media. «Pero aun así entra dentro de los valores considerados como normales», aclara Margarita Martín, delegada de Aemet en el País Vasco. En el caso de las temperaturas mínimas también han sido superiores a las de un invierno estándar, 8 décimas más, algo que también se incluye dentro de la normalidad. La excepción llega cuando nos fijamos en Vitoria. En la capital la temperatura media ha alcanzado los 6,4 grados, 1,3 puntos por encima de la media. Lo que lleva a calificar el invierno como «muy cálido». Además ha llovido la mitad de lo que suele ser habitual con 36 litros acumulados. «Debido a un anticiclón continental no ha habido muchas precipitaciones, tampoco en el resto de Álava», destaca Martín.
¿A qué se debe esta situación en la capital alavesa? «Es evidente que el cambio climático está ahí. Hace 50 años en Vitoria se llegaba a 20 grados bajo cero aunque fuera de forma extraordinaria, ahora si se llegase a -7 ya sería un notición», reflexiona Jon Urresti, que además de presidente de la Fundación Vital es un apasionado de la observación meteorológica. En el caso de la nieve, ya lleva años en retroceso y la realidad da la razón a aquellos que repiten eso de que 'ya no nieva como antes'. «La misma ciudad, por su configuración, hace que la temperatura aumente y esa imagen de las nevadas en enero o febrero con nieve acumulada durante 15 días en Vitoria ha desaparecido».
Imanol Gago, una de las tres personas que sostienen el proyecto Arabamet especializado en la difusión de la meteorología alavesa, apunta también al aumento de la temperatura de los mares y océanos en los últimos años, «lo que hace que los aires no lleguen tan fríos». Coincide con la sensación de que «nos está faltando frío y nieve», pero advierte de que el invierno ha empezado hace solo un mes y que todavía queda mucho: «puede llegar una gorda en febrero».
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