¿Qué han pedido los niños de Vitoria a los Reyes Magos?
12.30 horas y se abren las puertas del palacio Villa Suso. En el interior aguardaban Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes han recibido uno a uno a los pequeños de la casa. Susana Miso y su hija Laura Gainzarain han sido las primeras en hacerlo: «Hemos venido a las seis de la mañana, pero había menos gente que otros años» ¿Cuál es el truco para no darse por vencido durante tantas horas? «Al principio se hace un poco duro pero luego es mucho más ameno. Hemos estado escuchando música, hablando, leyendo...», explicaban. La recompensa: la pequeña Valeria (sobrina y prima respectivamente) ha sido la primera en sentarse en el regazo de Sus Majestades.
También de las primeras en pasar a la recepción han sido Naroa Eraña e Izarbe Fernández de Larrea, mejores amigas y compañeras de aventuras. «Melchor me ha dicho que le hablara en euskera, y yo le he pedido libros, algo de Harry Potter, una sorpresa y regalos para mi familia», enumeraba Izarbe, que para esta noche tiene preparado un plan medido al detalle. «Voy a ponerles una trampa a los Reyes para verles, voy a tirar piezas de Lego al suelo para que hagan ruido y descubrirles», confesaba con una sonrisa de oreja a oreja a sus 8 años. «Pues yo no sé si les voy a dejar algo de comer, porque a Olentzero le dejamos turrón y nueces y se comió las fresas que había en la cocina», agregaba su amiga Izarbe.
Entre las peticiones a los Monarcas había un amplio abanico de opciones: balones, camisetas de equipos de fútbol, muñecas de todo tipo, juegos de mesa, libro, 'gadgets' electrónicos, ropa... «Yo les he pedido dos Legos, unas zapatillas y un viaje», confesaba Carla, de diez años, instantes después de conversar con Melchor. «Me ha dicho que mi nombre es muy original», añadía emocionada.
Los Reyes Magos y sus entregados pajes se han dedicado durante toda la mañana a repartir ilusión y caramelos y también a escuchar detenidamente a cada uno de los chavales que han pasado por sus tronos. Por la tarde continuará la recepción hasta que llegue la hora de la cabalgata. «Nosotras hemos estado en Renfe cuando han llegado, luego hemos venido a Villa Suso y por la tarde a la cabalgata, hoy no paramos», deslizaban Esti y Sandra, amas de Haizea y Yeray, compañeros de clase. «Esta noche les voy a dejar a los Reyes un vasito de leche y para los camellos agua», avanzaba la pequeña Haizea de 8 años.