Vitoria plantea rediseñar las plazas de la Burullería y Escoriaza-Esquível

«La plaza de la Burullería, creada hace pocas décadas, es por su ubicación una de las más relevantes del barrio y la ciudad. Funciona como indiscutible puerta de entrada norte al casco viejo, hace las veces de charnela entre los tejidos urbanos este, oeste y fundacional, mientras que su juego de plataformas sirve de antesala a la Catedral de Santa María», describen los urbanistas de un amplio equipo de profesionales que ha coordinado desde el Ayuntamiento Ana Oregi.

Ven «fundamental» la renovación de este espacio por su papel clave dentro del conjunto monumental que la rodea. Y esto es lo que proponen: «la nueva reforma deberá conseguir una plaza accesible a pesar de las diferencias de cota, así como una drástica mejora de la habitabilidad y del uso cotidiano para el beneficio del vecindario». Cabe recordar que ha sido en ocasiones lugar de celebración de botellones.

Asimismo, apuntan, «desde el punto de vista patrimonial y paisajístico los edificios como el palacio Gobeo-Landázuri-Guevara (hoy residencia de mayores), El Portalón, la torre de los Anda y la imponente fachada de la Catedral de Santa María necesitan quedar visibles y ser realzados con la reforma. Ojo, y no pasan por alto otra de las carencias de barrio. Falta verde y ven en el rediseño de la Burullería una oportundiad para aportar árboles, arbustos y flores.

«Se trata de una de las zonas con menor presencia de verde, se podría aprovechar el desnivel hacia la catedral y los intersticios de la plaza para introducir vegetación, e incluir los huertos particulares de la fachada trasera de la calle Chiquita».

Los redactores, la empresa Paisaje Transversal ha llevado el peso del documento, advierten, eso sí, de la necesidad de contar con la participación de los vecinos y de la Fundación Catedral Santa María.

Muy cerca está el segundo rincón en el que quieren intervenir, la histórica plaza Euskaldunberri, frente al palacio de Escoriaza-Esquível. «Posee una innegable monumentalidad pues da soporte a la fachada renacentista y a la muralla medieval. Además, se eleva sobre el final del empinado cantón de las Carnicerías, sirviendo de entrada a la zona fundacional», relatan los expertos, que ligan su reforma al futuro del vacío edificio renacentista. «El abandono del palacio ha afectado al uso de la plaza y sus destinos están probablemente conectados. Por su inseparable relación, el nuevo diseño deberá alinearse con la reforma que se realice y dirigirse a reforzar los valores del propio palacio. En este sentido se trata de una plaza más monumental que de uso cotidiano».

Apuntan ideas como la que no sea un espacio tan «duro» y se mejore su «funcionalidad, confort climático y naturalización. Y su espacio diáfano resulta útil para ferias, actividades... por lo que debería tenerse en cuenta en su rediseño».

En su listado de «otros espacios públicos con necesidad de reurbanización» incluyen el jardín del Cantón de la Soledad (frente a Montehermoso), el Paso de Ronda de la Manzana S junto al frontón y la repavimentación de los cantones de Santa María y San Marcos y la calle Siervas de Jesús. También proponen estudiar cómo reverdecer la plaza del Machete o mejorar la accesibilidad de la escalinata de la Cuesta de San Vicente.

Esta revisión del PERI no presupuesta estas reformas «pero de forma orientativa se valora que unas reurbanizaciones de este tipo puedan tener un coste de ejecución material en función de su dificultad (movimiento de tierras, suelo natural, mobiliario…) de entre 100 y 300 euros por metro cuadrado» Es decir, para la Burullería o Euskaldunberri, plazas monumentales, el coste rondaría los 350.000 euros para la primera y 200.000 para la segunda.