Vitoria conectará la red de Amvisa con los pueblos afectados por nitratos

La actuación se realizará primero en superficie, para resolver el problema con la mayor rapidez posible. El objetivo es que los trabajos puedan arrancar esta semana con un plazo de ejecución cerca de un mes, a falta de una mayor definición. En una segunda fase se diseñará el proyecto y se contratará la obra para llevar los conductos bajo tierra.

Se trata de la «solución definitiva» que ha adoptado la sociedad municipal para acabar con la elevada presencia de nitratos en el agua. Los últimos trámites pendientes consistían en localizar el punto exacto para realizar la conexión y obtener el permiso de la junta administrativa afectada, que pedía «garantías» de que no perdería caudal ni presión en el agua.

A pesar de que existía la opción de hacer un tratamiento de nitratos, el Consistorio cree que la «solución más eficaz» será sustituir el sistema actual, que extrae agua de un acuífero situado a 200 metros de profundidad, por una ampliación de la extensa red de Amvisa en la capital alavesa.

Aunque los dos últimos análisis han arrojado que el agua se encuentra en buen estado, los expertos creen que cortaría el problema de raíz. Siempre existe la posibilidad de que en caso de realizar un tratamiento puntual, hubiera escépticos que dudaran de que realmente el agua se mantendrá potable y no sea vulnerable a nuevos episodios similares en el futuro.

La solución se prevé ahora «inminente». Según fuentes de Amvisa, la sociedad municipal cuenta con el material necesario y puede arrancar los trabajos en las próximas horas. De hecho, este martes comenzó con las laboras de reajustar la presión.

Legarda, Mandojana, Artaza y Gereña hicieron saltar las alarmas el pasado 29 de febrero, cuando el departamento de Salud del Ayuntamiento de Vitoria comunicó que existía una «alerta sanitaria», que se mantuvo hasta el 5 de marzo. La incidencia se resolvió, pero la solución apenas duró unas horas, porque las mediciones fueron de nuevo negativas el día 7. Una de las principales teorías que manejan las juntas administrativas es que las lluvias «arrastraron fertilizantes y se contaminó el acuífero».

El Ayuntamiento optó por una solución un tanto rudimentaria al repartir agua embotellada como medida provisional, tras comunicar que la presencia de nitratos no impedía el aseo personal. Sin embargo, los vecinos aún mostraban una lógica inquietud (este martes dieron muestra de ello) por la necesidad de agua para múltiples actividades.