La vida de los 'okupas' de Olárizu: «No quiero ir a un albergue»
Veinteañeros buscándose la vida. Parados. Familias. EL CORREO habla con los 'ilegales' que se refugian en esta zona de Vitoria
Hay una 'isla' al Sur de Vitoria. Una especie de mundo paralelo en un rincón de Adurza. Entre edificios nuevos, coches que se ... dirigen a las fábricas y compradores que entran y salen de un supermercado, varios vecinos se han instalado de forma ilegal en unos pisos deshabitados. Son los 'okupas' de la avenida de Olárizu. Su presencia se remonta hacia 2016, cuando residentes de la zona advirtieron movimientos en estas viviendas que ahora son propiedad de Ensanche 21 tras el plan de realojo llevado a cabo con sus anteriores dueños.
EL CORREO recorrió ayer este vecindario en el día después del intento de ocupación sufrido en Aretxabaleta por el clan de los 'bartolos' debido a que, según contaron a los vecinos, «los bloques de Olárizu están llenos». Entre sus actuales moradores, un veinteañero que prefiere no dar su nombre accede a hablar. ¿Cómo llegó aquí? «Llevo un mes, con otras personas. Estamos amueblando. Nos gustaría hacer algo como en Errekaleor», cuenta bajo su capucha, mientras mira hacia las otras ventanas. «No quiero problemas», explica en referencia a los bloques del fondo, tomados por varias familias que llevan aquí «años». Un cartel de 'Gasteiz Calling' y otros rótulos decoran el portal que da acceso a la vivienda que le da cobijo. Tiene luz y estufas. «Es el único sitio al que puedo venir», relata este joven que se crió en Sansomendi. «Mis padres a veces me traen algo de comida. Chatarreando, saco algo de dinero al día». Asegura que no cobra la RGI. «En el Ayuntamiento no me han ayudado. No quiero ir a un albergue».
En el otro lado de los bloques, frente al parque de Olárizu, se observan varias ventanas abiertas. Dentro, una estampa de destrozo: el suelo lleno de cristales rotos, un futón, un 'trolley', viejos equipos de música, restos de tabaco y comida. Cerca de Errekaleor -el principal barrio 'okupa' en la ciudad-, la avenida de Olárizu comienza a convertirse en otra de las zonas que más 'ilegales' concentra. Vecinos de Adurza han denunciado la situación de inseguridad que sufren a raíz de ello, lo que requiere actuaciones policiales.
Sin embargo, algunos de estos habitantes irregulares prefieren dar otro punto de vista. Sentados en unos bancos junto a los portales, dos hombres charlan junto a sus perros. Son Javier y Aitor. Este último tiene 46 años y entró hace un tiempo a uno de los pisos, que está «en buenas condiciones». La Policía le identificó, pero continúa viviendo aquí. Se hipotecó años atrás para comprar una casa en Treviño. «Vivía sin luz ni agua, estaba a 0 grados. Estaba aislado. Vine aquí a pasar un invierno y me quedé».
«Trabajo en una discoteca»
Aitor, vitoriano «de San Cristóbal de toda la vida», trabajó durante varios años en una fábrica del sector siderúrgico en Júndiz. Ha pasado de ser parado de larga duración a encontrar hace poco dos empleos (uno los fines de semana). «Trabajo poniendo ventanas y en una discoteca de bodeguero. Con mi edad me mentalizaba de que no me iban a volver a contratar».
Él conocía Olárizu y optó por meterse en uno de los pisos. «Mientras unos te los encontrabas nuevos, otros estaban 'reventados'». Cuando los dueños fueron realojados «aquí dejaron pisos amueblados, con electrodomésticos y renovados». Afirma que lo hicieron para recibir una mayor compensación. «Nos encontramos tejados recién arreglados, paredes recién pintadas, suelos recién puestos. La Ertzaintza el primer día que vino no se lo creía» asegura. El ambiente de esta calle «al principio era bueno», pero este habitante insinúa que familias de los otros bloques asaltan las casas y cometen destrozos.
Se trata de las personas que han ocupado varias viviendas más al fondo. Un chico que entra a un portal con unos muebles en un carro se limita a decir que vive ahí junto a su familia. Un hombre se asoma a la ventana y espeta que no tienen más sitio a donde ir. «No vamos decir nada», suelta una mujer desde el bajo, donde se pueden ver los muebles de la cocina.
Las claves
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Aitor «En casa no tenía luz ni agua, estaba a cero grados. Aquí encontramos pisos recién renovados»
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Joven 'okupa' «Me crié en Sansomendi. A veces mis padres me traen comida. Es el único sitio al que puedo venir»
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