«Se vende la idea de que el hombre no debe mostrar debilidad y eso es perjudicial»
El escritor Roy Galán invitará hoy en Vitoria a «pensar en clave de género» para «ser más libres» dentro de un congreso de Emakunde
El escritor, influencer y experto en masculinidades Roy Galán (Santiago de Compostela, 1980) debatirá esta mañana de la mano de Emakunde sobre estrategias para lograr ... la igualdad junto a los hombres. Antes de la jornada en el Europa (a las 9.30 horas, entrada libre), reivindica que con este pensamiento «los hombres serán más felices y harán menos daño».
- ¿Cómo se convence a los que dicen que el feminismo no va con ellos?
- Haciéndoles entender que aquí hay una oportunidad. Los sectores reaccionarios tratan de proporcionarles falsas promesas o certezas que tienen mucho que ver con esa seguridad que creen que da la masculinidad tradicional. En el fondo no es así.
- ¿De qué certezas habla?
- Se vende la idea de que no hay nada malo en ser lo que siempre se ha sido y que, además, hay que defenderlo mucho. Hay muchos relatos en torno a las masculinidades que tienen que ver con el cuerpo y el pensamiento. En lo físico, se nos invita a crear una especie de máquina de guerra en el gimnasio, a darnos baños a las cuatro de la mañana... y en lo emocional, a desprendernos de los vínculos. Nos dicen que no necesitamos a nadie para ser el hombre que tenemos que ser y eso es bastante perjudicial porque lo que intentan es que la intimidad no aparezca nunca. Diría que ser hombre, en esencia, es quedarte sin intimidad, no mostrar debilidad, un viaje solitario, y si seguimos vendiendo estos relatos no encontraremos nunca ese lugar necesario para mostrar vulnerabilidad. Y eso es lo que nos hace humanos.
- Usted reivindica la ternura y la amabilidad. ¿Es una cuestión de cambiar los valores?
- Evidentemente. Pero es una cuestión estructural. Uno no se despierta un día y le atraviesa el mal. Tiene que ver con una serie de circunstancias que nos construyen y eso también es esperanzador. Como no es algo que viene dado por una varita mágica, también podemos deshacerlo.
«El feminismo ha ocupado la hegemonía y ahora ser antisistema es ir en contra de ese discurso»
- ¿Cómo?
- Una de las estrategias tiene que ver con proporcionarle al otro la posibilidad de dudar, equivocarse y aprender. Desde las instituciones se puede hacer muchísimo y es urgente porque esto beneficia a todo el mundo. Pensar el género y ser más libres es hacer una propuesta hacia la felicidad y los hombres felices harán y -se- harán menos daño.
- Los estudios dictan que vamos a la inversa. De los hombres jóvenes se dice que cada vez son más machistas.
- Creo que tendríamos que poner estas afirmaciones en cuarentena. Siento que son un poco adultocentristas con los jóvenes porque ellos están mucho más informados que nosotros y, además, tienen bastante claro lo que es incorrecto. Tendríamos que analizar cuánto de eso que se proclama como antifeminista forma parte de un pensamiento verdadero o es un estallido de rebeldía. Ahora ser antisistema es ir en contra del feminismo porque ha ocupado la hegemonía.
«Es urgente que las instituciones actúen. Pueden hacer mucho y esto beneficia a todo el mundo»
- Pero, ¿a qué se debe ese rechazo?
- Hay hombres que se piensan que esta lucha es una cosa única de las mujeres. Y si ellos tenían que ver, era para que les echaran la bronca. Lo interesante es que, a pesar de que se pierdan privilegios, hay mucho que ganar. No pensar en qué estas haciendo y romper tus vínculos afectivos para ser un hombre solitario es una huida hacia adelante, no la mejor opción.
- ¿Echa en falta que sus colegas hombres aborden sus privilegios en en producciones culturales? Abundan las que cuentan el lado de las víctimas.
- Sería fundamental. El tema de las masculinidades se ha reservado a lo académico y lo más rápido para llegar a la gente es el audiovisual. No existe y, cuando llega, lo hace en tono de comedia. No es que haya que ser serios, pero sí rigurosos.
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