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La esperanza blanca de Álava
Arranca la cosecha en el Valle Salado, uno de los «motores» del territorio. El reto pasa este año por lograr el sello Eusko Label
Los chipirones «doraditos y crujientes» que prepara Pedro Subijana, la tartaleta de pistachos con el toque de Aroa López o las tostas «rápidas» de anchoas ... marinadas que sirve Patxi Eceiza comparten un sabor común. La sal de Añana salpica los tres platos y varias decenas de recetas más que cocineros, reposteros y cocteleros de diferentes puntos del mapa –de Euskadi a Burgos, Oviedo o Ciudad Real, entre otros– han regalado a la iniciativa #PonTuGranitoDeSal impulsada por el Valle Salado en plena pandemia. El proyecto comandado por los chefs Luis Hernani, del vitoriano Mano Lenta, y Jon Gil, a los fogones del vizcaíno Aspaldiko, cuenta desde este jueves con era propia en este rincón de postal, que ha aprovechado el reconocimiento para dar inicio a la cosecha de este atípico año.
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El dichoso coronavirus, que ha marcado distancias y ha regado de desinfectante el acto inaugural, no ha detenido la producción del 'oro blanco' que brota de las salinas alavesas. «No nos va a parar», asegura Daniel Solana, director gerente de la Fundación Valle Salado. De hecho, la sal de Añana no ha renunciado en estos complicados meses a retos como la consecución del sello Eusko Label a lo largo de este mismo año o la calificación como producto ecológico en 2021. Pero, mientras avanza en sus objetivos, la «apasionante» temporada que arranca mira de reojo las cifras que arrojó la última cosecha, con 148 toneladas de sal de manantial y 20 de la preciada flor de sal. El mercado internacional, admitió Solana, resulta «esperanzador» en vista de que el consumo de la versión 'gourmet' de este condimento «aumenta a un ritmo del 13%» en detrimento de su versión industrial.
En 2019 también se incrementaron las ventas de sal 'criada' en Añana (+8,27%) o los visitantes a la orilla del río Muera (un total de 96.000), lo que demuestra «el tándem ideal de comercialización y turismo» que el Valle Salado ha levantado sobre su paisaje milenario. «Tiene una manera única en el mundo de hacer las cosas», ha destacado el diputado general, Ramiro González. A pie de era ha presentado el lugar como «gran embajador de Álava y uno de los grandes motores de la comarca», en la que también se pensó a la hora de lanzar la campaña #PonTuGranitoDeSal. Más de 600.000 visualizaciones después de las recetas online, el proyecto se ha confirmado como una manera de promocionar las salinas con «imaginación y cariño por lo nuestro».
El propio Luis Hernani, una de las dos almas de la iniciativa, admitía que «ha quedado algo chulo». «Al principio iba a ser un proyecto simbólico y al final organizamos algo muy grande», con unos cuarenta chefs, remataba Jon Gil en un llamamiento compartido a «la unidad». Mano a mano trabajaron asimismo en el Valle Salado a lo largo del año pasado para poner a punto otras 214 eras, 23 pozos, cinco trabuquetes –una especie de grúa– o un par de terrazos, y la labor para que la zona brille como su sal ha continuado en los últimos meses con el desarrollo de otras actuaciones sobre un terreno que se reabrió al turismo a finales de mayo.
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Ruta y pasarela nuevas
Una de esas intervenciones se ubica en la trasera de la iglesia de Santa María de Villacones, a un par de pasos de las piscinas del pueblo, donde se ha colocado una pasarela de madera de 22 metros para paseantes y ciclistas que salva el río Muera de forma segura. La obra, que ha requerido casi 150.000 de las arcas forales, permite conectar las salinas con el itinerario verde que lleva hasta el lago Caicedo-Yuso e incluye un nuevo área de picnic y la recuperación ecológica del entorno. El otro proyecto que se ha dado por finalizado recientemente es el camino para personas con movilidad reducida, financiado por Fundación Vital, que suma 420 metros de recorrido de ida y vuelta. A estos visitantes se les ofrecerán rutas en bicicleta adaptadas todoterreno y, además, se ha mejorado la maqueta para que los invidentes descubran cada rincón de las salinas con sus manos.
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