«Quien utiliza la palabra 'mena' con fines peyorativos no sabe lo que dice»

– Define brevemente '14.4'.

– El Estrecho y sus barreras.

– El arte, la cultura, ¿hacen de puente sólido para unir y fomentar la convivencia?

– Creo que sí. No solo para unir, sino también con la intención de cambiar conciencias, que la gente pueda ver un poco lo que hay detrás de lo que se cuenta aquí. Más allá de las palabras de cuatro políticos que no tienen ni idea de lo que hablan.

– Vivó una infancia difícil, como muchos menores extranjeros que han llegado a España. Pero parte de la población solo ve a un inmigrante. En su caso, ¿cómo vivió aquello?

– Como menor que era, no me enteraba de nada. La palabra 'mena' asociada a algo negativo es un discurso que interesa a ciertos partidos políticos. A costa de estos chavales, son capaces de mantenerse en la política, cuando estos no tienen forma de defenderse. Quien usa la palabra 'mena' con fines peyorativos no sabe lo que dice.

– ¿Cómo recibe ese discurso negativo?

– A parte de que es un discurso falso, incoherente en muchas cosas de las que cuentan y sobre todo discriminatorio, me parece muy fuerte que vengan desde autoridades políticas cuando deberían dar un ejemplo.

– ¿Cómo cree que se podría revertir este discurso a algo positivo?

– '14.4' sería la respuesta a eso. Tienen que venir a ver la obra. Yo invito a Abascal y a toda esta gente que va por ahí promocionando argumentos falsos contra chavales que no se pueden defender a que hablen conmigo.

– '14.4' cuenta su propia historia, cuando huyó de casa porque sufría maltrato. ¿Revivirla una y otra vez no resulta doloroso?

– En parte no y en parte sí, porque no deja de ser mi vida. Es decir, soy un actor, tengo formación y puedo utilizar esas estrategias, ponerlo en práctica y salvarme un poquito, separarme del papel. Pero siempre te acaba llegando, sobre todo cuando veo al público llorando es cuando me pongo más triste. Ya soy adulto y he tenido la suerte de entender lo que me ha pasado. Cuando lo haces ya no suele ser un problema en la mente. He reestructurado mi cabeza y desde ahí puedo contar mi historia con la intención de hacer de este mundo un sitio mejor, cambiar conciencias con honestidad y humildad.

– ¿Hay alguna parte de la obra que le emocione más a la hora de interpretarla?

– En las casi dos horas que dura la obra, casi todas las escenas tienen un momento que a mí me conmociona y al público también. Pero si tuviese que elegir alguna, sin duda una de las últimas para mí es la más especial. Además de que todo el proyecto se ha hecho con mucho cariño y mucho amor por parte de todo el equipo.

– ¿Podría darnos una pincelada de esa última escena?

– Una forma de cerrar el círculo, cómo he llegado aquí hablando contigo, nunca mejor dicho. Todo lo que pasa después de lo malo, pero tendrán que ir a verla para poder enterarse bien.

– Ahora que ya han pasado unos cuantos años, ¿puede decir que ha cumplido algún sueño que tuvo ese pequeño de nueve años cuando emigró sobre un camión?

– Desde que me fui de mi casa de pequeño, yo creo que desde ahí ya he ido cumpliendo sueños, uno tras otro. Una vez que cruzas el Estrecho ya es otro sueño cumplido. Entonces empiezas a tener otros, estudiar, una vez que tienes una carrera, o tienes amigos, estás en un colegio, en un instituto, pues ya son retos que vas cumpliendo. Creo que yo cumplo sueños todos los días porque cuando vienes de abajo cualquier meta lo es.

– ¿Cómo encaja esta obra en una actualidad en la que no paran de morir personas cruzando el Mediterráneo?

– Encaja más que nunca. Si había un buen momento para ello era ahora. Es uno de los momentos decisivos en el que se están tomando decisiones muy importantes a nivel político respecto a la inmigración. Y tener este proyecto en marcha es importante.

– ¿Con qué quiere que se quede el público tras ver '14.4'?

– Por todo lo que pasa un niño migrante, con lo que viene cuando llega aquí.