Urtaran se encuentra con una oposición alejada de su propuesta fiscal a largo plazo

Tanto EH Bildu y PP como Elkarrekin Podemos se muestran reacios a blindar ahora la subidas de las basuras, el carné deportivo y la OTA, entre otros, para el resto de la legislatura. Al menos, con el planteamiento que presentó el equipo de gobierno. Miren Larrion le reprochó que la propuesta «no tiene base» a día de hoy. «Nos cuesta mucho ver cómo plantean congelarlo todo en 2021 y que habrá que subir un 2% en los dos próximos años porque saben en qué situación económica van a estar», señaló la portavoz de la primera fuerza de la oposición.

Pero incluso más rotunda fue la respuesta del PP, el último socio de Urtaran en el capítulo fiscal. «Nos encontramos con el debate de las ordenanzas de 2021 y, de rondón, de las de 2022 y 2023. Y vemos que en una situación excepcional, la receta del gobierno sigue siendo la misma», subrayó Leticia Comerón, quien le afeó «no tener medidas concretas para los sectores que más están sufriendo» con la pandemia. «No solo eso. Les dicen que les cobrarán igual que en época de bonanza y que incluso pagarán más en los próximos años», sentenció. La portavoz del grupo popular apuntó a la «financiación europea» y a «revisar la Ley de Aportaciones» como vías alternativas para aumentar los ingresos.

Solo Elkarrekin dejó la puerta entreabierta a un posible pacto, aunque con una condición que a día de hoy considera indispensable: acompasar esos incrementos en los servicios con los tributos a las empresas, sobre todo a las que más facturan en la capital alavesa. Es decir, que el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) suba en la misma proporción que las tasas a partir de 2022. Esa es una de las líneas rojas que plantea la formación que aglutina a Podemos, Equo e IU en el Ayuntamiento, que, además, pide incentivar el reciclaje y equiparar las ventajas fiscales de las familias numerosas a las monoparentales.

No obstante, habrá tiempo de reubicar las fronteras durante las negociaciones hasta el próximo 21 de octubre. Así se deduce del tono que empleó el portavoz del grupo morado, Óscar Fernández (Equo), mucho más sosegado. «Entendemos y compartimos la congelación de 2021, pero es necesario un debate fiscal en profundidad. Pedimos solidaridad de los que más tienen para que, al contrario de lo que ocurrió en la crisis anterior, sean quienes tiren del carro en estos momentos», dijo.

La iniciativa encuentra similitudes con algunas de las planteadas por EH Bildu, que mostró cierta preocupación por el escenario que afrontará Vitoria en el futuro cercano. «Si se congelan los impuestos y se reduce el Fofel (principal fuente de ingresos por parte de la Diputación), el resultado son recortes. Debemos garantizar los servicios públicos y esta propuesta no lo hace», advirtió Larrion, quien reivindicó que su grupo planteó subidas el pasado año cuya recaudación «habría venido muy bien» en la crisis actual. «La ciudadanía está dispuesta a que se suban los impuestos si es para reforzar los servicios públicos», concluyó.

El equipo de gobierno ve a Elkarrekin como opción más factible en el inicio de las negociaciones y, de hecho, el concejal de Hacienda lanzó un pequeño guiño a la formación morada. No obstante, Iñaki Gurtubai (PNV) insistió en que la congelación de tributos debe ser algo «coyuntural». «No procede exigir más esfuerzos a la ciudadanía. Debemos ser coherentes e ir más allá. Un 2% es una subida moderada, pero implica el compromiso de los grupos políticos de no mirar a otro lado cuando existe un problema», aseguró Gurtubai.