Muerte violenta en Vitoria
El triste final de Larbi, electrocutado en un campo de GamarraSu cadáver llevaría un mínimo de 15 días junto a una torre de alta tensión. Llevaba empadronado en Vitoria desde hace casi una década y la Ertzaintza le localiza 1.200 euros en un calcetín
¿Qué le ocurrió a Larbi? El cuerpo sin vida de este vecino de Vitoria, de 57 años de edad, fue hallado la tarde ... del miércoles por el propietario de un campo de labranza en el linde entre Gamarra Menor y Durana, a unos tres kilómetros de la capital alavesa. Según ha sabido este periódico de medios policiales, la Ertzaintza investiga el caso como una «muerte violenta». Aunque, en un principio, se ha descartado el asesinato o el homicidio.
Al parecer, y por razones que todavía se investigan, el fallecido pudo encaramarse a una torre de alta tensión que preside la zona y, en un momento dado, recibir una descarga mortífera. Aparte de aparecer a escasa distancia de esa construcción metálica, el cuerpo presentaba claros síntomas de «electrocución». No se encontraron huellas ni indicios de terceros cerca del cadáver. La edificación más cercana, un desguace de coches, se localiza a medio kilómetro de distancia. El resto es descampado.
El dueño del cultivo descubrió el cuerpo cuando acudió a revisar su propiedad
El estado en que encontraron el cadáver lleva a los investigadores de la Policía autonómica a fechar su fallecimiento «hace un par de semanas, como mínimo». Fue la última vez en que el dueño de la pieza se pasó por su propiedad y, entonces, no apreció nada extraño. Se trata de un terreno abierto, carente de vallado alguno, por cuyos bordes no resulta extraño que haya paseantes. Sin embargo, a lo largo de esos quince días, nadie alertó al 112 hasta que el dueño acudió a inspeccionar su plantación el miércoles.
Los agentes no localizan huellas o evidencias de otras personas en las inmediaciones del cadáver
Según conocidos de Larbi, este hombre acumulaba cerca de una década en la capital alavesa tras un paso previo por Murcia, donde tuvo problemas económicos. Aquí se estableció, al parecer formó una familia y matriculó a un hijo en un colegio vitoriano.
Nadie le echó de menos
Pese a ese supuesto entorno seguro, no figuraba en el listado de personas desaparecidas de la Policía autonómica. Tampoco nadie le había echado de menos. Al menos, de forma oficial.
El año pasado figuró en los ficheros de Lanbide como perceptor de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). En este sentido, la Ertzaintza le localizó alrededor de 1.200 euros en billetes en uno de sus calcetines. Se trata de una cantidad acorde con la nómina mensual que abona el Servicio Vasco de Empleo.
Ayer le practicaron una autopsia en el Palacio de Justicia, como marca el protocolo para esta clase de siniestros mortales. El resultado definitivo del examen médico podría ayudar a desentrañar este misterioso hallazgo, ahora en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Vitoria.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión