De Texas a Vitoria entre brindis
La primera jornada de la feria enogastronómica Ardoaraba demuestra el tirón que tiene esta cita dentro y fuera de Euskadi como un «gran plan»
El 87% de ocupación de los hoteles de Vitoria en este puente, con Ardoaraba como 'máximo responsable', ya hacía prever que darse una vuelta por las carpas de oda al vino y encontrarse visitantes era todo uno. Así fue. Desde su primera edición en 2002 –con cinco años en los que no se llevó a cabo–, este programa se ha confirmado como una potente atracción para conocer la capital alavesa, un atractivo imán para visitantes de toda procedencia dispuestos a descorchar lo mejor de las bodegas del territorio o darse un garbeo, simplemente.
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Desde las provincias más cercanas, pero también llegados desde otros puntos de Europa y del mundo. «Somos estadounidenses. Venimos desde Texas, San Antonio», comentaba la familia Kendrick, formada por Dennis y Amy, y sus hijas Meredith y Audrey desde la carpa de la plaza de España. Esta pareja ya vivió a mediados de los noventa en la capital alavesa. «Justo en la Plaza Nueva, donde estamos ahora». Ahora, en su vacacional regreso a su antigua casa, ya han pasado por San Sebastián y seguidamente continuarán por las carreteras al sur de Álava. «Nosotros ya conocemos la ciudad, pero queríamos que la conociesen nuestras hijas. Vivimos dos años y medio y yo trabajaba en una empresa de persianas ya desaparecida», explicaba Dennis. Claro, Ardoaraba aún no existía. «Pero los vinos de Rioja Alavesa siempre nos han gustado y es un placer repetir», contaban sonrientes en un castellano algo oxidado y con la copa en la mano al mediodía.
Ese castellano con deje extranjero no es un acento extraño en el entorno de Ardoaraba, donde si uno se esfuerza un poco oye tonos muy distintos. Pero el tirón de este festival de la enogastronomía se nota especialmente entre visitantes vascos, junto a riojanos y navarros. Eso sí, la mayoría cuenta con un 'cicerone' local. Embajadores de la ciudad como Elena Palacios, vitoriana a la que visitan desde hace unos años Koro y Leire Ibarra, de Galdakao. «Veraneamos en Rioja Alavesa y nos gusta la cultura del vino. Además, lo tenemos aquí al lado y aprovechamos esta fiesta», comentaban. ¿Algunas bodegas que no fallan? Eguren Ugarte, Baigorri, Lavalle o Berganzo. Para elegir hasta 42 marcas que participan en este encuentro.
También de Bizkaia, pero de Gernika, procedían Mikel Zabala e Idoia Ormaetxea junto a su hija Iraide Zabala. Con el vitoriano Jon Ayerdi brindaban con un blanco. «Hemos visto a más gente de Gernika, nos ha sorprendido». Reconocían a su vez que Jon les había hablado de esta feria y no se la quisieron perder. «No somos expertos, simplemente queremos aprender algo más sobre vino».
En la carpa de la plaza de la Provincia, Fernando García de Vicuña, madrileño, apuntaba que sabía distinguir un vino «peleón de uno de calidad». Y los segundos reinan en la cita. ¿Ese apellido? «Mi padre era alavés, de Monasterioguren, pero crecí en Madrid y venimos siempre que podemos, pero es la primera vez que podemos disfrutar de esto», decía acerca del que consideraba un «gran plan».
