El testimonio de un vitoriano en Islandia: «Acaba de explotar el volcán enfrente de casa»
«Un familiar me escribió diciéndome que mirase al cielo, que estaba todo rojo», comenta a EL CORREO
El calor de la lengua de fuego se siente desde su casa. El vitoriano Jaizkibel Roa narra en primera persona cómo está viviendo la impresionante erupción del volcán Grindavik, que ha obligado al Gobierno de Islandia a declarar el estado de emergencia. «Acaba de explotar el volcán, se ve desde casa». comenta a través de un vídeo. «Increíble... Noche larga por delante», añade, con más imágenes en las que se muestra la magma a vista de pájaro.
No han pasado ni 24 horas desde que saltaron las alarmas. El volcán entró en erupción a las 22.17 (una horas más en España), a unos tres kilómetros al noreste de la ciudad de Grindavik, un pequeño municipio pesquero que se encuentra a apenas 60 kilómetros de Reikiavik, la capital de Islandia. La grieta, con unos 3,5 kilómetros de largo, escupe entre 100 y 200 metros cúbicos de lava por segundo y las columnas de humo alcanzan los cien metros de altura.
Como si de una explosión se tratase, de pronto el cielo se tiñó de rojo. «Un familiar me escribió diciéndome que mirase al cielo, que estaba todo rojo. Salimos a la calle y ahí vimos ese espectáculo. Era lo más parecido al infierno», comenta en una conversación con EL CORREO. «Al principio te entra el miedo o la adrenalina porque no sabes dónde es, parecía que lo teníamos encima». Y es que en las imágenes captadas desde el pueblo Hafnir en el que reside de pronto se hizo de día en mitad de la noche.
«Es muy grande»
«Te extraña cómo la gente sale y coge los coches no para huir, sino para acercarse y verlo mejor. Nosotros subimos a una montaña lejana y entonces vimos que estaba relativamente lejos, a unos 20 kilómetros. Es muy grande, pero no corremos peligro. Y la población de Grindavik fue desalojada hace dos meses», comenta, tras tranquilizar también a la familia. «Les hice una videollamada para que viesen que estábamos bien, que no corríamos peligro. Para nosotros ya es hasta algo normal, en los dos últimos años he vivido dos situaciones parecidas», confiesa.
El paso de las horas también parece rebajar la tensión. «Parece que lo tienen controlado y hoy hemos visto que está perdiendo fuerza», añade en la conversación que se produce en mitad del trabajo, rodeado precisamente por lava seca (no de esta erupción). La actividad laboral en su caso no se ha visto afectada. «La Policía ahora controla los desplazamientos y si te acercas demasiado a Grindavik te salta una alarma en el móvil para advertirte de que entras en una zona de riesgo», apunta.
Hace ocho años que este exportero de las categorías inferiores del Alavés y del C. D. Vitoria, y que actualmente milita en el F.C. Ísbjörninn Futsal, hizo las maletas y viajó con su familia a Islandia. Precisamente en el vídeo que comparte este joven nacido en el barrio de Judimendi se pueden ver las embarcaciones amarradas en el puerto mientras de fondo el volcán expulsa el fuego.
Desde finales de octubre se está registrando una intensa actividad sísmica, con cientos de terremotos. En una entrevista previa comentó que la primera vez que le tocó vivir uno en primera persona le sorprendió mucho, al no estar acostumbrado. Ahora ya ha vivido tres en esta país en el que además hay 200 volcanes en activo. «Al final te acostumbras», concluye.