Un sueño de la leche doblemente pionero

Muchos adjetivos podrían describir a Queseando, pero «inquieto» es el que mejor se adecúa a este bonito proyecto que, en un visto y no visto, ha pasado de ser la primera quesería urbana del Estado a ser el primer centro de afinación del País Vasco. Un cambio muy significativo porque aunque «la palabra afinador suena rara y la gente no la conozca, es un cambio importante, ya que ahora tenemos un registro sanitario».

«Ser afinador es encontrar el punto idóneo para el consumo de cada queso, como si de un instrumento musical se tratara. Tenemos en la cabeza una textura, un aroma y unos sabores y el afinador tiene que llegar a esos puntos con diferentes técnicas», añade Joseba. Por ejemplo, «en un día pueden salir 40 quesos de una cuba y a través de la afinación yo puedo hacer que todos sean completamente diferentes», explica. Todo ello, eso sí, cumpliendo siempre dos premisas: «que los quesos sean artesanos, y para ello vamos a conocer los centros de elaboración y la cadena de producción desde la misma pradera donde pastan los animales; y que ninguno esté envasado al vacío, ya que el queso se muere».

Lo que está claro es que Queseando no ha dejado de crecer desde hace 10 años. «En su día nos decantamos por una tienda cueva y hoy tenemos cuatro espacios: la tienda, la sala de talleres y catas, el obrador (centro de afinado) y un almacén». Por ello no es de extrañar que este proyecto requiera de mucho tiempo y esfuerzo. «Queseando es una multinacional de dos personas, mi mujer y yo. Y hay muchas cosas por hacer porque también hacemos eventos como bodas y celebraciones», comenta jocoso.

«Nuestra área de influencia natural comercial es el País Vasco, Navarra, La Rioja e Iparralde, pero tenemos clientes desperdigados por toda la península y hacemos importaciones de Italia, Francia, Suiza, Reino Unido y Holanda», puntualiza el afinador. Para conseguirlo «son de gran ayuda las redes sociales, a través de las que también vendemos. Además, dentro de poco estará operativa nuestra web», añade.

Pero aunque Andoni ya esté cumpliendo su sueño, no deja de pensar para continuar dándole forma a su proyecto y algún día espera poder dedicarse en exclusiva a viajar y recorrer el mundo para encontrar nuevos productores y nuevas elaboraciones que incorporar.