Situaciones para ponerse en danza

«Los beneficios del baile no son solo físicos, veinte minutos bailando aumentan los niveles de serotonina y esto ayuda a reducir la ansiedad y el estrés», explica María Munain Moral. Esta alavesa de 31 años lleva siete afincada en Amsterdam, donde trabaja «como terapeuta de danza, movimiento y terapia psicosomática en IPSY, un centro de salud mental que forma parte de la mayor institución de ayuda psiquiátrica de los Países Bajos». Allí trata «junto a psicólogos, psiquiatras y médicos» a gente con «problemas de ansiedad, depresión, trauma y trastornos de la personalidad».

La joven ha decidido plantear «sesiones online gratuitas de movimiento-yoga-danza para gente de Vitoria. La primera fue todo un éxito. La próxima es este miércoles a las 19.00 horas y el sábado, a las 12.00 horas», anuncia quien emplea Instagram (@imove.iam) y Facebook (María Muniain Moral) como canales para impartir estas series «muy divertidas y para todos los públicos», describe.

Con esta iniciativa, Munain busca que quienes participen puedan «disfrutar, estirar, mejorar la concentración y el estado de ánimo». Al principio, pensó enfocarlo de manera más individual y terapéutica, pero optó por llegar a más personas. Como el baile le llegó a ella en su día.

La vitoriana se apuntó en su adolescencia a alguna modalidad de danza en un gimnasio. Más adelante, después de cursar Periodismo, decidió que lo suyo era el baile. «Me dije 'quiero dedicarme a la danza'. Pero no como espectáculo. Como me ayudó tantísimo a sentirme mejor conmigo misma, lo planteé para ayudar a los demás y compartir con otra gente lo que la danza me ha dado a mí». Y, tras hallar un máster en Holanda, se formó allí y en esas tierras bajas ejerce su labor.

«La profesión no está reconocida en España, mientras que aquí es algo integrado en el sistema sanitario. La gente puede complementar la ayuda de un psicólogo con terapia de movimiento (no uso danza con todo el mundo, a veces es trabajo corporal o regulación emocional)», detalla quien precisa que «tampoco es una opción especialmente conocida entre la población».

Y, desde esa distancia, María Munain ha vivido los acontecimientos en la capital alavesa como algo «horrible», con el agravante de su situación familiar. «Sigo todas las noticias, pregunto a mis amigas y estoy al tanto de la situación allí», indica. Mientras, en su entorno cotidiano observa que «el Gobierno va dando pasos más lentos. Por ahora, podemos salir -sólo dos personas a la vez-, pero es que sólo se enfocan en lo económico. Estoy leyendo algunas cosas bastante inhumanas», califica quien, entre sus inquietudes, incluye el impulso de la ONG Libraz, que busca apoyar el empoderamiento de personas con experiencias traumáticas a través de la danza, el movimiento y la creatividad, «Hemos realizado proyectos con víctimas del abuso sexual, violencia doméstica o refugiados y solicitantes de asilo», expone la alavesa, responsable de la web imoveiam.org.

En el caso de la iniciativa online de estos días, «las sesiones no son danzaterapia, porque no se hacen dentro de un contexto terapéutico y se enfocan a un público muy general. No quería que la gente con reticencias hacia la danza no se apuntara, por eso hay movimiento y yoga también. Empezamos con un poco de estiramientos, abrir el cuerpo, mejorar la soltura, con movimientos más libres que una coreografía».

Pero el baile también tiene su peso. «Hay una coreografía divertida que he hecho, 'Corona me tiene hasta las narices', para que la gente se riera, con las manos en la cabeza como una corona. Luego, pregunto a la gente qué le apetece, porque son 'live', en directo y podemos interactuar. Combino disciplinas para llegar a más gente y que se lo pase bien», comenta. Y confiesa que lo aprovecha: «Motivo mucho a la gente, para que lo intente aunque sean cinco minutos. También es cierto que es muy personal pero sí pienso que te ayuda a tomarte el día de otra forma». Claro. Te pone en danza.