La Síndica alerta de que en el Casco Viejo hay «vidas en peligro» por el deterioro de los edificios

Este nuevo toque de atención no llega en un momento cualquiera. El avanzado deterioro de la 'almendra' se reflejó, sin ir más lejos, en el derrumbe del techo del bar Botanic de la 'Zapa' el pasado mes, que causó una decena de heridos. Pero los desplomes y desalojos por riesgo de colapso en la parte vieja se suceden en los últimos años, casos que no son más que la punta del iceberg. Lo cierto es que 140 edificios de la colina de Vitoria urgen una gran reforma, una renovación 'integral', como se desprende de un diagnóstico elaborado por la agencia Paisaje Transversal para el Ayuntamiento bajo la perspectiva de la Agenda 2030.

Hay «residentes al borde del colapso» y «situaciones dramáticas». En estos alarmantes términos se pronunciaba la Síndica en la presentación de su informe anual ante el pleno municipal. «Vivir en el Casco Viejo constituye una heroicidad», lamentó. En el ámbito de la propiedad privada, recordó el caso de Santo Domingo 40-42, cuyos habitantes fueron desalojados hace más de un lustro. «La iniciativa privada no es suficiente para este tipo de obras, hay que buscar una solución. Pero es que no es el único inmueble en esta situación».

Si bien la casuística es «muy diferente», y consciente de que el Consistorio «trata con mimo a comunidades con problemas para afrontar obras», «la realidad es que hay inmuebles que se están deteriorando. Se debería poner más interés y cuidado en esas manzanas tan afectadas», pidió.

Por otro lado, a los vecinos de Zapatería 100-B «les afecta enormemente la situación de la manzana de Correría 127, Zapatería 198 y 100». «Edificios que no son habitables, que deberían haber sido objeto de actuación por el Ayuntamiento y que no lo han sido», una situación que «está acarreando consecuencias nefastas». «No se actúa ni para desalojar a las personas que están ahí cuyas vidas corren peligro», recriminó a los responsables municipales.

Por todo ello, la situación del Casco Medieval constituye la «primera preocupación» para la funcionaria, que calificó el barrio como «el corazón de la ciudad» y reclamó «cuidarlo y dignificarlo». «Los residentes están al borde del colapso, muchos me llaman y me dicen 'No podemos seguir viviendo aquí, esto es imposible'. Sobre todo en ciertas calles». Apabullante. Con ese fondo, la técnica reclamó al Consistorio agilizar el nuevo plan especial de ordenación (PERI). «Su tramitación está previsto que culmine en 2025, es mucho tiempo para los vecinos».

Otro de los problemas que soportan residentes y comercios de la 'almendra' es la falta de fibra óptica, queja que también ha llegado a la oficina de la Síndica. La letrada respalda al Consistorio, que «ha hecho lo que podía hacer», ya que el asunto «es competencia del Ministerio para la Transformación Digital y hemos orientado a ciudadanos para que presenten reclamación ante el mismo».

A la creciente lista de inconvenientes que sufre el barrio histórico se suma el ruido. Leire Zugazua reprochó que en el caso de un vecino afectado por un bar donde se estropeó el limitador de volumen máximo no logró una resolución municipal para restablecerlo hasta «después de año y medio». «En ese tiempo el vecino ha insonorizado su casa». «La ciudadanía no entiende que nos demoremos tanto», criticó la defensora vecinal.