Artur Laperla | Historietista
«Siempre me ha gustado la parodia»El dibujante y guionista del exitoso cómic infantil 'Superpatata' participa en un encuentro e imparte un taller hoy y mañana en Vitoria
Tubérculos o cobayas mutantes pueden ser superhéroes. De esto se encargan la pluma y las plumillas de Artur Laperla (Artur Díaz, Barcelona, 1975), un reconocido ... autor que compartirá hoy diálogo con la ilustradora Patricia Pérez y el escritor Julio Santos de 'Txano y Óscar' (19.00 horas en Astrolibros 2), dentro del programa Afinidades Electivas que organiza el Ministerio de Cultura. Además, Laperla dará allí (mañana sábado, a las 12.00, con inscripción previa) un taller especial para niños entre 6 y 9 años.
– Resulta curioso que el autor de 'Superpatata' acuda a un lugar como Álava, donde a sus vecinos se les llama 'patateros'...
– Vaya, no sabía yo eso.
– ¿Las expectativas de éxito le parecen mayores ahora?
– Hombre, si son patateros, supongo que serán más afines ya de entrada, ja, ja...
– Un supervillano transforma con un rayo a un héroe en patata. ¿Cómo surgió el personaje en su cabeza?
– No lo sé. Me lo han preguntado muchísimas veces y realmente no lo sé. Supongo que estaba intentando hacer un tebeo divertido y humorístico para niños. Cruzando mis referencias, porque me gustaban mucho Superlópez y cosas así, me salió esto. Además, venía de hacer un trabajo infantil de superhéroes. Supongo que salió de esta mezcla. Y como siempre me ha gustado la parodia, salió así y no 'de verdad'.
– Hablando de influencias, en '4 Cobayas Mutantes' se pueden entrever los 4 Fantásticos, Los Inhumanos y hasta Makoki...
– Sí, ja, ja, es verdad. También El Equipo A, Las Tortugas Ninja... En las 4 cobayas lo metí todo.
– En el caso de 'Superpatata' se trata de una serie de mucho éxito. ¿En qué cree usted que reside la clave de esa conexión con los lectores?
– No lo sé. Si lo supiera, haría más series como 'Superpatata', ja, ja. Me gusta pensar que es una serie honesta: yo me lo paso bien haciéndola, eso se transmite y los críos lo disfrutan. Aparte, es un personaje que me hace mucha gracia y ya de entrada es divertido y muy fácil de reconocer. Hay un cúmulo de cosas que hacen que pueda funcionar, pero esto no significa que algo similar funcione igual, claro. No es una fórmula.
– Hubo unos álbumes donde la musculatura de los brazos del personaje era más que evidente. Al margen del argumento del cómic, ¿por qué decidió rebajarle de nuevo los bíceps?
– Para que volviera a ser como antes. Me he dado cuenta de que Superpatata es un personaje mutante en realidad.Era un superhéroe, luego se convierte en patata. Más adelante le tiran otro rayo y se pone cachas. En el último, le dan con un rayo deconstructor y se le salen los ojos por un lado, las piernas por otro, se desmembra... Me hace gracia maltratarle en ese sentido. Creo que también tiene que ver con los críos, que van cambiando y creciendo. Y es fácil identificarse con un personaje que muta. Pero como es un cómic siempre vuelve su estado inicial.
– A lo largo de esta decena de álbumes ha tenido ocasión de compartir impresiones con sus lectores. ¿Qué le aporta este 'feedback'?
– Hombre, me dan ganas de seguir. El trabajo de autor de cómics es muy solitario: estás ahí en tu estudio, dibujando y escribiendo cosas que crees que han de ser graciosas. Pero tampoco sabes que lo sean, ja, ja. si vas a un sitio y te dicen que les ha gustado y les ha hecho gracia, te da energía para seguir haciendo más.
«El trabajo es muy solitario, en tu estudio dibujas y escribes cosas que crees graciosas. Pero tampoco sabes que lo sean»
– ¿Su proceso de trabajo es muy distinto si colabora con otro dibujante o escritor?
– Sí, claro. Cuando estás solo, haces lo que te da la gana, para bien y para mal. Trabajar con alguien tiene el reto de que igual tienes que hacer cosas que no te apetecen demasiado. Está bien de vez en cuando. Y te aporta cosas nuevas, como formas de ver el cómic o la narración que tú no te planteas. Me gusta ir variando. Si no, trabajar siempre solo es un poco duro.
– ¿Y contrastar puntos de vista, como en este encuentro en Vitoria?
– Sí, me gusta mucho. En una época ilustraba libros infantiles y traté con escritores, cuyo proceso es muy distinto de un guion de cómic y me interesa mucho.
Juego en torno al terror
– ¿Cómo plantea el taller que va a desarrollar?
– Consiste en hacer una Superpatata de verdad con una patata. En Vitoria, tendréis. La tuneamos con palillos y otras cosas, con una capa de papel pinocho. El muñeco sirve de modelo tridimensional para que los niños la dibujen desde distintos ángulos. Aparte, les enseño cómo diseñar un villano clásico, un monstruo, de una manera muy fácil. Y con ambos pueden hacer una minipágina o minicómic de Superpatata.
– En su 'Maldita casa encantada', mira al público juvenil con otra perspectiva.
– Quería hacer una historia de terror al estilo 'Creepy', pero pensé que a estas alturas del siglo XXI me iban a tirar piedras. Así que pensé en hacer un juego de 'elige tu propia aventura', lo que me permite jugar con los clichés del género, poner cosas más paródicas o referenciales. Me encanta el género de terror en los cómics y en las pelis de los 80. Y el formato te permite hacer historias cortas y no un guion largo que podría resultar más aburrido.
– También crea para adultos. ¿Cómo surgió Melvin?
– Es un personaje un poco inquietante, majo pero raro. Empezó como una broma, como un personaje de serie B pseudoerótica de Russ Meyer o así. Cuando me pidieron una historia con el personaje, como era una ilustración, decidí que no hablara. Es bastante paradójico que sea un seductor, pero es como una fuerza de la naturaleza: se presenta en los sitios y ya está. Permite hacer historias muy variadas, es como un pelele que pones ahí, un muñeco que pones con patinadores, motoristas nazis... Y también es un reto que no hable.
– ¿En qué está trabajando ahora?
– En un cómic con Gabriel Corbera, para Planeta, que saldrá en octubre. 'Mínor el Brutolote' es un pequeño ser, un guerrero que por una maldición viaja por el mespacio-tiempo y va a parar a sitios raros, donde tiene aventuras. Y estoy contento de haber hecho de guionista para un cómic adulto de ciencia-ficción, que dibuja Marcos Morán.
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