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El Día Internacional de la Mujer sirve cada año para ponderar la relevancia que han tenido ellas en el desarrollo de las sociedades y reconocer ... una labor que, en muchos casos, ha permanecido durante siglos silenciada. La Diputación de Álava rindió tributo ayer a siete destacadas féminas que contribuyeron a construir la memoria del territorio: Inés Alonso, Rafaela Garrido, Garbiñe Astondoa, María Ángeles Teso, Isabel Mellén, Paquita Sáez de Urturi y María Pilar Peciña. Fue un homenaje público celebrado en Artium en el que se puso el acento en las mujeres que trabajaban en las cuadrillas de la zona rural. Su historia y testimonios se han rescatado a través del proyecto 'Huellas de las mujeres alavesas en la historia'.
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«Reconocemos el legado de las mujeres que, a pesar de ser silenciadas por la historia, han sido claves para construir la Álava de hoy, lo que somos como sociedad en este siglo XXI. Aún más, este legado se proyecta en el futuro con el compromiso firme de avanzar en igualdad, justicia y visibilidad», señaló el diputado general de Álava, Ramiro González, durante la recepción institucional que ofreció ayer la Diputación con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En la celebración de Artium, a la que acudieron más de un centenar de personas presentes, se dio cuenta de los méritos de las homenajeadas. Relatos que sirven para conocer el pasado del territorio y que pusieron también en evidencia las desigualdades que las han relegado a un papel secundario.
Paquita Sáez de Urturi fue pionera en la profesionalización del trabajo arqueológico y recordaba que cuando emprendía un proyecto y «alguien preguntaba por el arqueólogo tenía que decir que la que mandaba era yo». Su trabajo se centró en el legado de las mujeres cazadoras-recolectoras en la transición del Paleolítico al Neolítico en Treviño.
La historiadora, investigadora y escritora Isabel Mellén, que destacó el papel de María Sarmiento por ser la impulsora «del primero hospital de Vitoria», recoge el testigo de los ritos de alumbramiento en Alaiza; mientras que María Ángeles Teso Fernández, de la familia Martínez de Lagrán, que lleva generaciones haciéndose cargo de la ermita de San Pedro en Lagrán-Bernedo, encarna la herencia de las seroras, freilas y beatas de Montaña Alavesa.
Por su parte, Garbiñe Astondoa Ormaechea, perteneciente a un linaje de curanderas y parteras en Aramaio al ser hija de Rosalía Ormaechea y nieta de María Trojaola, reivindicó el papel de las mujeres a la hora de ayudar a dar a luz «primero como parteras y luego, ya con estudios, como comadronas».
María Pilar Peciña Fernández, antigua alumna, vecina de Rioja Alavesa y amiga de Teófila Villanueva Marcuello, rememoró cómo esta y otras maestras republicanas se preocuparon por instruir y enseñar a los niños y niñas de la época.
Rafaela Garrido Mas relató cómo fue su llegada desde Aldeaquemada (Jaén) en 1955 para buscar un «futuro mejor» en Álava huyendo del «duro trabajo del campo» para incorporarse a la industria de Llodio, aunque con la crudeza de tener que vivir «en la habitación compartida de un piso» por las dificultades que había para encontrar vivienda.
Por último, la presidenta de la Asociación sociocultural Salineras de Santa Ana, Inés Alonso Martínez, en nombre de las salineras de Añana, representó la sororidad de estas mujeres del Valle Salado y quiso elevar un «agradecimiento muy especial a Raquel, que fundó la asociación hace 25 años y es la que permite que siga viva». Todas estas mujeres, que disfrutaron de un acompañamiento familiar multitudinario en una sala del Artium que se quedó pequeña, recibieron de manos del diputado general el reconocimiento en forma de laia (un apero de labranza que sirve para arar), que alude directamente a la Red Territorial de Álava para la Igualdad y el Empoderamiento de las Mujeres (Laia).
Una de las mujeres reconocidas, Isabel Mellén, fue la encargada de la apertura del acto con un coloquio sobre la labor de recuperación de memoria de las mujeres. Estuvo acompañada por la antropóloga, periodista y escritora Inma Roiz y por Savina Lafita, antropóloga social, experta en estudios feministas e integrante de Errotik, entidad que se ha encargado de la elaboración del proyecto 'Huellas de las mujeres alavesas en la historia'. Las tres coincidieron en señalar que las «mujeres han estado silenciadas». Parta ellas ha supuesto una «gratificación personal» recuperar historias que eran desconocidas.
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