El producto local se reivindica como el más ecológico y saludable
La Feria Agroecológica reunió ayer en la UPV a agricultores, investigadores y jóvenes para fomentar una alimentación sostenible
jesús nicolás
Viernes, 22 de octubre 2021, 00:15
«La comida no saludable es muy accesible y barata. Tenemos que ponérselo más difícil para fomentar el consumo de producto local, más ecológico y ... saludable». Con estas palabras resumía el espíritu de la Feria Agroecológica de la UPV su organizador, Jose Ramón Mauleón.
Ayer este evento celebraba en el campus alavés su octavo encuentro al que asistieron desde un colegio de Trocóniz, asociaciones como Slow Food Araba, Zentzu Kontsumitu e incluso un pequeño agricultor de Orduña. Con una explotación de una hectárea y media, Bittor Elorriaga fundó Landetxe, su producción de verduras y hortalizas ecológicas. «No es más difícil de producir, sí lleva más trabajo. Mientras otros usan herbicidas, yo tengo que quitar las malas hierbas a mano».
Aunque asegura que cada vez hay una mayor sensibilización, pero a muchos les cuesta acostumbrarse a consumir ecológico. «Hay mucha gente que me pide tomates y no comprenden que no puedo tener si no están de temporada». Y asume que las hortalizas de verano se venden más. «Hay mucha gente que no sabe cómo cocinar una berza o una borraja o simplemente se ha acostumbrado a solo cocinar solo algunas verduras», explica.
En el mismo proyecto que Elorriaga están metidos los alumnos de la Geroa Waldorf Eskola de Trocóniz, cuyo un método de enseñanza compagina las lecciones con el cuidado de un huerto escolar. Con apenas una aportación anual de 25 euros estos chavales son capaces sacar rentabilidad a sus cosechas, que ellos mismos se encargan de vender e de incluso producir sus propios abonos naturales a base de sílice o heces de vaca. «Lo importante es que sean conscientes del producto que consumen y del esfuerzo que hay detrás de la agricultura y lo mal pagada que está», explicaba la profesora, Aitziber Lasa.
Con estos objetivos conseguidos, estos colegiales tienen ya en mente expandir el proyecto con un estanque y una colonia de abejas. Y también otra meta menos elevada: su viaje de fin de curso. «Queremos ir a Florencia», confesaba una de las alumnas.
La mañana también dio para hacer degustación de estos productos de kilómetro cero. Slow Food apostó por una ensalada de garbanzos. El que ya viene siendo habitual de la cita es el Laboratorio de Análisis Sensorial de la UPV y sus degustaciones de productos como vino, pan o tomate. En esta ocasión optaron por el chocolate. «Se trata de enseñar a catar y valorar los sabores, ingredientes», contaba Mauleón.
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