La Formación Profesional tira del carro en el escalonado regreso a las aulas en Álava

Un goteo de alumnos protegidos con mascarillas accedió ayer a institutos, ikastolas y principalmente centros de Formación Profesional de Vitoria. Después de más de dos meses de clases 'online', el departamento de Educación del Gobierno vasco fijó el lunes 25 como fecha de regreso a las aulas de los estudiantes de 4º de la ESO, Bachillerato y FP. Cada centro tiene, sin embargo, libertad para la elaboración de su propio plan y en la capital alavesa esa vuelta ha sido tímida. La mayoría de centros esperará al mes de junio para recibir a los alumnos en la recta final del curso 2019-20.

Sí que recuperaron la actividad presencial tanto Egibide como Mendizabala, que volvieron a acoger en sus aulas y talleres a estudiantes de primer curso de FP. En el primer día de la vuelta a las aulas se extremaron las precauciones: los centros citaron a grupos reducidos de estudiantes de forma escalonada para evitar que se concentraran en los accesos, en las instalaciones se dispuso material de desinfección, recorridos marcados para transitar por los pasillos y salas acondicionadas con los pupitres separados para garantizar las distancias de seguridad. Entre el profesorado, una de las prioridades fue la atención a los jóvenes para que asumieran las medidas de higiene y protección.

Al CIFP Mendizabala regresaron ayer casi un centenar de alumnos de 15 grados diferentes. A todos se les tomó la temperatura con un termómetro de infrarrojos antes de acceder a las instalaciones, unas mesas colocadas en el exterior sirvieron como 'puesto de control'. Allí también se tenían que desinfectar las manos y pasar por una alfombra impregnada de agua con lejía para desinfectar el calzado. Unas marcas en el suelo indicaban la posición en la que debía colocarse cada uno para evitar que se juntasen demasiado. La mascarilla, como en el resto de centros educativos, era obligatoria. «La mayoría ha acudido con ella de casa, pero si no tienen, aquí les facilitamos una», explicaba Javier Ochoa de Alaiza, director de Mendizabala. Hacía una valoración muy positiva de esta primera jornada, y es que según compartía todos los estudiantes llegaron «muy concienciados» con las medidas a cumplir.

Aja Wilde, Alison Pérez y Vicky Hernando fueron tres de las cuatro alumnas del grado en Estilismo y Dirección de Peluquería que volvieron a pisar el centro después de semanas en casa. «Ha sido un regreso raro, pero ya teníamos muchas ganas de vernos. Hoy hemos hecho repaso del temario para el examen y recogido el material que todavía teníamos aquí», compartían las jóvenes. Como el resto de compañeros, entraron por una puerta y salieron por otra diferente.. En el interior de las instalaciones unas flechas en el suelo les marcaban la dirección a seguir.

Maier Alberdi vio por fin en persona a sus pupilos del grado Programación de la Producción de Fabricación Mecánica en una jornada repleta de nuevos protocolos. «Tenemos un taller amplio, así que guardar las distancias no es ningún problema. Lo que sí es un problema es que con la mascarilla se nos empañan las gafas protectoras», compartía la profesora con humor. Ahora, las máquinas se desinfectan después de cada uso con los dispensadores de producto que hay repartidos por todo el centro. Para las estudiantes del grado en Impresión Gráfica Onintze Bayer y Lucía Sedano, la principal novedad, además del uso del protector facial, estuvo en la necesidad del de pantallas. «Todo es muy raro, pero ha estado bien la vuelta. Hay cosas que tenemos que hacer aquí y a través del ordenador no es lo mismo», coincidían.

En Egibide, el movimiento de la jornada de ayer se concentró en los campus de Arriaga y Molinuevo. Algo más de medio centenar de alumnos de FP regresaban a las aulas, algunos para hacer exámenes y otros para realizar ejercicios prácticos. A todos se les había enviado ya un exhaustivo protocolo con las normas a seguir, entre ellas la obligación del uso de mascarilla o de medirse la temperatura en casa.

«La vuelta está siendo muy escalonada. Solo regresan alumnos que tienen que hacer algún exámen o actividades prácticas que no han podido realizar durante el confinamiento. El resto sigue recibiendo formación de manera 'online'», detallaba Xabier López de Santiago, director de FP de Egibide. A su llegada a Arriaga se encontraban con una única puerta de entrada y otra de salida e itinerarios marcados en el suelo. Esas pegatinas en forma de flechas también estaban presentes en Molinuevo.

«Hemos establecido grupos muy reducidos y en horarios diferentes para que no se junten entre ellos», señalaba López de Santiago, que agregaba que la desinfección de máquinas y herramientas compartidas es uno de los aspectos en los que se hace especial hincapié. Entre los alumnos, dos extremos: los que preferían continuar las clases en casa y los que estaban deseando volver. «Se me han hecho bastante duros estos meses en casa, necesito ver las cosas explicadas en la pizarra y que el profesor me diga y me ayude con lo que no entiendo», comparaba Naia Ibáñez de Garayo tras realizar un examen del grado de Desarrollo de Aplicaciones Web. «En casa cuesta mucho más atender porque no ves la cara del profesor», añadía su compañero Unai Vadillo.