Violencia machista en Álava
El preso en tercer grado que violó a su novia en Vitoria también intentó «asesinarla»Ataque ocurrido el 17 de octubre de 2020 ·
El TSJPV acepta la petición de la abogada de la víctima y endurece la pena hasta los 27 años. Jesús G. es reincidente, mató a la madre de sus hijos en 2002 en Navarra«Tentativa de asesinato» en vez de «intento de homicidio». El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha endurecido las penas de cárcel ... para Jesús G., el preso en tercer grado que el 17 de octubre de 2020 violó a su entonces pareja, le clavó varias veces un cuchillo y atacó a la hija –menor de edad– de esta mujer. De los 23 años de condena que le impuso en abril la Audiencia Provincial de Álava, la revisión del órgano autonómico ha elevado el castigo hasta los 27. Cuatro más.
La variación al alza obedece al recurso presentado por Mercedes Betrán, letrada de la acusación particular en representación de las dos víctimas, y al que se adhirió la Fiscalía de Álava, aunque solicitó la nulidad de la primera sentencia. El fallo del TSJPV, con el presidente Iñaki Subijana como ponente, remarca que hubo «intención de matar» durante todo el ataque y que, si no consumó, fue por «el instinto de supervivencia de la víctima, que neutralizó que el acusado culminara su letal propósito».
Los hechos ocurrieron en un piso compartido, administrado por una conocida ONG, en el barrio vitoriano de Arkaiate. Este hombre acudió a primera hora de aquella mañana de octubre a la vivienda de su entonces compañera. Su relación se tambaleaba puesto que ella le había advertido que no lo veía claro.
Cronología
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Abril de 2002. Asesina en Villava (Navarra) a Alicia Arístregui, su ex y madre de sus dos hijos. Condenado a 22 años.
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17 de octubre de 2020. Este preso en tercer grado agrede sexualmente y acuchilla a su novia. También ataca a la hija de esta. Huye y le detienen tres días después en un polígono de Burlada (Navarra).
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Abril de 2023. La Audiencia de Álava le impone un global de 23 años por «tentativa de homicidio, agresión sexual y lesiones». Mercedes Betrán, letrada de la acusación particular, recurre y pide «asesinato».
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Finales de julio. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco incrementa 4 años la pena global para el encausado.
La visita sabatina se convirtió en un infierno. Le obligó a practicarle sexo oral al esgrimir un cuchillo de once centímetros de longitud. No contento con ello, le ordenó que le «rascara la espalda», según reza la resolución del TSJPV. Pero en realidad aprovechó para inmovilizar a su víctima y lanzarle varias puñaladas. «Inicialmente en el pecho y, posteriormente, por varias partes del cuerpo». Ella logró arrebatárselo y «romper la hoja» del arma. Gritó, pidió ayuda. Acudió su hija menor, convertida entonces en objetivo del procesado, quien le agarró y provocó tres heridas. Esa reacción violenta generó «un riesgo sumamente relevante a la integridad de la niña».
«Pincharle en el culo»
«Además han de tenerse en cuenta las circunstancias que rodean el caso. Es decir, nos encontramos ante un homicida reincidente, que muestra el más absoluto desprecio por el género femenino y obra en consecuencia», remacha Subijana en una sentencia de 28 páginas. Y es que Jesús G. sabe bien lo que es apuñalar a una mujer. Ostenta el triste honor de ser el primer condenado en Navarra en un juicio con jurado. Hace ahora dos décadas le impusieron «22 años de prisión» por matar de cinco cuchilladas a su expareja, Alicia Arístregui, en una parada de autobús de Villava, en Navarra.
Durante el juicio celebrado en la Audiencia de Álava, este reo en tercer grado en el momento de los hechos habló de «sexo consentido» y que, por un «arrebato, quise pincharle el culo». Pese a ello huyó de la zona. Esquivó el dispositivo de la Ertzaintza y la Policía Local. Tres días después fue capturado en una lonja de su familia ubicada en un polígono industrial de Burlada, a 94 kilómetros del lugar del ataque.
De esta forma, el TSJPV le incrementa la pena inicial por «la tentativa de homicidio» –ahora «asesinato»– de diez a trece años. Mantiene los once por la «agresión sexual». Y respecto al tercer cargo, «lesiones con instrumento peligroso sobre persona menor de catorce años», sube de dos a tres años. De la suma de esos tres ilícitos salen los 27 años por el ataque en Arkaiate, un dictamen que puede recurrirse. Jesús G. cumplió 61 años el pasado domingo en una celda.
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