Pradales pone a Mercedes como ejemplo de arraigo y «atracción de inversiones extranjeras»

La visita supone el primer encuentro entre el nuevo Gobierno vasco -también acudió el consejero de Industria Mikel Jauregi- y los ejecutivos de Mercedes. Un primer contacto marcado por la cordialidad y por las buenas palabras en el que el lehendakari sólo tuvo elogios para la planta alavesa.

Mercedes está ahora mismo inmersa en el desarrollo de las obras de la plataforma VAN.EA, la que permitirá a Vitoria fabricar la furgoneta 'full-electric', si nada cambia, en 2026. La llegada de estos nuevos modelos le cuesta más de 1.000 millones de euros a la multinacional alemana. Las obras se centran ahora, sobre todo, en las nuevas naves de montaje bruto y de pintura, de 120.000 y 52.000 metros cuadrado respectivamente.

Pradales se sirvió del caso de Mercedes Vitoria para fijarse el reto de captar inversiones extranjeras. La creciente competencia por conseguir capital industrial «obliga» a la región «a ser atractivos hacia el exterior». «Las empresas mundiales líderes miran a todo el mundo y deciden dónde invertir teniendo en cuenta múltiples factores», recalcó el jefe del Ejecutivo autonómico. En ese contexto, Euskadi tiene el deber de «sobresalir y cultivar nuestro poder de atracción».

Pese a todo, el lehendakari cree que en esa batalla por atraer inversiones, la comunidad autónoma cuenta con un «fantástico punto de partida». Entre otras virtudes, Pradales destacó la cualificación de los trabajadores, la «estabilidad jurídica» o los incentivos fiscales, a su juicio «numerosos».

Para mantener la competitividad de la comunidad autónoma, Pradales insistió en una de las ideas que el nuevo Gobierno vasco está trasladando en este arranque de legislatura: que la «fórmula mágica» es la «colaboración público-privada». El lehendakari, además, prometió más esfuerzo por «garantizar el arraigo de las empresas líderes» que ya están instaladas aquí.

El presidente autonómico también puso a Mercedes como ejemplo de «estabilidad sociolaboral» en un momento en el que la conflictividad y el diálogo entre empresas y sindicatos también condicionan a las compañías a la hora de decidir dónde ponen su dinero. Atrás queda la durísima pugna por el convenio y la tensión que generó en Vitoria. El último pacto para evitar el ERTE, avanzado por este periódico, contó de hecho con el apoyo de todos los sindicatos a excepción de UGT.

El director general de la firma, Bernd Krottmayer, resaltó el contexto en el que se dio la visita del lehendakari, cuando la planta alavesa está celebrando sus 70 años de vida. El ejecutivo de Mercedes subrayó el «reto enorme» que supone prepararse para la llegada de la VAN.EA.

En el marco de esta transformación tecnológica, que va a requerir de muchas horas de formación para los trabajadores, Krottmayer agradeció el apoyo institucional pero precisó que el respaldo del Gobierno vasco «ahora es más importante que nunca». «Es la base para crear un entorno favorable para la innovación y la competitividad», afirmó.

Antes de esos modelos completamente electrificados está, en cualquier caso, el programa de producción de 2025, que volverá a estar condicionado por las obras en la Avenida de Los Huetos, pero no por las modificaciones introducidas este año en los modelos fabricados en Vitoria. La multinacional trasladará las previsiones de carga de trabajo a la plantilla en los próximos días, aunque ya se trabaja con ellas a nivel interno.

A lo largo de este año, la baja demanda del sector de la automoción ha impactado de forma muy dura a la fábrica, que ha tenido que desactivar la producción hasta 34 días en algunos turnos. La previsión de fabricar 140.000 modelos en 2024 queda lejos y, salvo sorpresa, no se alcanzará. El año pasado fue de récord para la factoría, ya que consiguió sacar adelante la producción de 157.507 vehículos.