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Paul Urkijo enciende la noche entre montañas
El director alavés aprovecha la agreste naturaleza vasca para rodar 'Gaua', una cinta fantástica ubicada en el siglo XVII
Los seres a los que ha dado vida el cineasta Paul Urkijo (Vitoria, 1984) para la creación del universo de 'Gaua' llevan semanas sin ver ... la luz del sol. Esa palabra, la noche, que titula esta nueva ambiciosa producción, da pistas de que el rodaje, que encara con esta su cuarta semana, no será fácil, tampoco cómodo. No lo está siendo. «A Paul le gusta el barro», coinciden productores, técnicos y actores que estos días comparten sus rutinas con el realizador alavés. La veracidad de esa frase se comprueba con cada escena, en la que todos los implicados acaban impregnados de fango, de forma literal.
Los parajes en los que se han desplegado hasta ahora los distintos equipos han sido esencialmente montañosos. Los focos han apuntado ya hacia el municipio alavés de Legutio, al Santuario de Oro, en Zuia, a la localidad vizcaína de Elorrio o al bosque mágico de Artikutza, en Navarra. Empezar a trabajar a las cuatro de la mañana ha sido lo habitual. En pleno invierno, con todas las inclemencias climatológicas propias de esta estación.
La película
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Localizaciones En Álava han pasado por Legutio y el Santuario de Oro (Zuia). También han visitado Elorrio, en Bizkaia; el bosque de Arkikutza, en Navarra; Zumarraga, en Gipuzkoa y acabarán en un plató de Oiartzun.
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Reparto Elena Irureta, Ane Gabarain e Iñake Irastorza completan, entre otras, el elenco. «Son una garantía», dice Urkijo.
«Sumamos problemas, pero merece la pena», asegura Urkijo. «Estamos consiguiendo unas imágenes muy poderosas que muestran una noche terrorífica, pero a la vez mágica y espectacular», avanza sobre este filme, que se ambienta en el siglo XVII, a caballo entre la historia y la fantasía por los relatos orales que se propagaron «en una época golpeada por la inquisición».
Teniendo en cuenta esos mimbres, el ambiente con el que se trabajaba ayer en Zumárraga (Guipuzkoa) parecía, más bien, una excepción. Un buen puñado de grúas se situaba a plena luz del día en el exterior del Caserío Museo Igartubeiti, ubicado al final de una sinuosa carretera camino a Ezkio. Este baserri ya ha servido en otras ocasiones como escenario para distintas producciones –por ejemplo para el drama de 'Handia' (2017, Aitor Arregi y Jon Garaño)–, pero los vecinos de la zona no acaban de acostumbrarse a ese ajetreo que trae la preparación de los filmes. «Estos chicos de las películas nos dejan sin aparcamiento», bromeaba uno en el restaurante Anduaga. «Creo que va de algo de brujas, cuando salga la veremos», añadía otro, entre las elucubraciones sobre lo que pasaba.
Esas hechiceras sí «tienen una importante presencia, pero no sólo están ellas. También hay otros demonios, otros monstruos», matiza después Urkijo. Puede que fuera de todos esos engendros malignos de los que le intentaban salvar ayer a Maritxu (Erika Olaizola, 'Los últimos románticos') en la secuencia grabada en este museo.
«Estamos consiguiendo unas imágenes poderosas, que muestran una noche terrorífica y mágica»
Paul Urkijo
Director
En la escena número 24 de este guion, ella aparecía postrada en una cama, mientras una mujer, Eugenia (Laura Iturregi), le intentaba cuidar y un cura, Mateo (Manex Fuchs, '20.000 especies de abejas'), rezaba por ella. Lo más probable es que en el filme este momento en el que Maritxu tiene que bordar un espasmo se reduzca a unos minutos. Aún así, la toma se repite varias veces y desde distintos planos porque «ella va muy rápido al grito», «no tiene puesto sudor» o porque una de las cadenas que decoran el techo se zarandea como un péndulo. Todos los detalles deben cuidarse al máximo hasta que Urkijo lanza un «¡corten!» y otro «por mí es buena».
Kattalin (Yune Nogueiras, 'Intimidad'), la protagonista huidiza de su marido por maltrato, toma después el encuadre. «Está siendo todo muy intenso. Tiene mucha intención el personaje. A veces me meto unos 'sprint' antes de rodar... porque tienes que llegar muy cargada, con tensión», cuenta, sobre este gran proyecto en el que se rodeará de tres mujeres experimentadas en el sector como son Elena Irureta, Ane Gabarain e Iñake Irastorza. «Son una garantía», dice sobre ellas Urkijo.
«El presupuesto está abierto, pero será similar al de 'Irati'», cuando se destinaron 4,3 millones
A través del 'set' montado en el interior de la segunda planta de este caserío se observa que Maritxu presenta una serie de marcas rojas en el cuello, como arañazos. Su cabello está en parte rapado, igual que el del religioso. Esta práctica se conocía como tonsura y representaba un signo de devoción religiosa.
Si bien no es posible aún conocer hasta qué punto esta escena se entrelazará con la trama o cuántos de estos ingredientes propios del momento histórico influirán en el desarrollo de la película, parece claro que el papel de vestuario (Nerea Torrijos), la dirección de arte (Izaskun Urkijo) y fotografía (Gorka Gómez Andreu), así como la música (Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi) y el montaje (Elena Ruiz) cobrarán un protagonismo tan esencial como el que tuvieron en 'Irati'. «El presupuesto está abierto, pero será similar», apunta Ander Barinaga-Rementería, uno de los productores de Irusoin Films, que trabajan junto a Ikusgarri Films y Vilaüt Films. Para esa cinta necesitaron 4,3 millones de euros.
La última escena de 'Gaua' se grabará en marzo, en el plató Zinealdea de Oiartzun. Allí se está recreando un bosque al que «hay que dar coherencia» con las localizaciones exteriores y a través de multitud de efectos especiales. También se necesitarán «cientos de extras».
«Me encantaría poder estrenarla en los festivales de otoño»
Es pronto para hablar de tiempos. El rodaje de 'Gaua' tiene previstas siete semanas de filmación, van por la mitad. El camino posterior se pronostica «bastante complejo» por la cantidad de efectos especiales que precisa, pero Urkijo ya asegura que le «encantaría poder estrenarla en los festivales de otoño. Sería lo ideal para mí. Tenemos la maquinaria engrasada para llegar y lo vamos a intentar». Con todo, advierte que «lo importante es que la película quede perfecta». Entre esas citas está el certamen de Sitges, donde este año anunció la producción.
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